Podemos sobrevivir si nos aferramos a los principios

Nena Arias | 28 de octubre de 2013 

«El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán».
Mateo 24:35

Estos son tiempos difíciles en el mundo y especialmente en nuestro país, los Estados Unidos de Norteamérica. Nuestra cabeza se marea con toda la confusión que enfrentamos a cada momento. ¿Cómo llegamos a esta condición?  ¿Qué debemos hacer para salvarnos? ¿Qué clase de mundo estamos heredando a nuestros hijos y las futuras generaciones? Si queremos sobrevivir es tiempo de volver a los principios básicos de amar y respetar a Dios y Su diseño para la creación, es tiempo de respetar y servir al prójimo. Dios nos asegura que si nos aferramos a Sus principios y luchamos con todas nuestras fuerzas para defender Su base sólida en todo, perduraremos. El pasado nos recuerda que esto es posible de acuerdo al relato en la Biblia en el caso de Nínive (Jonás 3:1-10). Cuando la gente en una sociedad se vuelve hacia Dios, la salvación se manifiesta. Pero, si seguimos perdiendo de vista Sus parámetros vamos a seguir hundiéndonos en el abismo. Estados Unidos no será la excepción a las otras civilizaciones que ofendieron a Dios con su arrogancia al pensar que pueden vivir por si solos sin tomar a Dios en cuenta.

Debería ser obvio para todos a estas alturas que el hombre no sabe cómo gobernarse a sí mismo con éxito y que su conocimiento no es suficiente. Las pruebas, en este país, son los cientos y miles de leyes y reglamentos que se han creado, puesto a votación, aceptadas y aplicadas y aun nuestra sociedad es un desastre y sólo sigue empeorando. Nuestras batallas interminables con un gobierno federal que esta fuera de control, el gasto, la deuda, el desempleo, el aumento de los impuestos, la perversión y la corrupción, la desintegración de la familia y la educación, todo esto y mucho más sólo puede conducirnos a la tragedia de nuestra civilización, a menos que volvamos a observar la sabiduría divina y los principios que no pasarán, pues perduran para siempre.

Las leyes del universo son inalterables. Los seres humanos orgullosos odian escuchar eso, pero aún así no cambia el hecho.  De Dios nadie se burla.

Debemos negarnos a aceptar seguir siendo invadidos por la maldad.  Los animo a que lancemos la batalla más importante de nuestras vidas en Estados Unidos. Se trata de una batalla con implicaciones más allá de los Estados Unidos  porque el mundo está en juego. Es un llamado divino a nuestra generación. No subestimemos el poder de la oración y la obediencia a la Palabra de Dios. Debemos tener el valor y la fe de David cuando él salió a pelear para derrotar a Goliat. Debemos perseverar para ser usados por Dios para mostrar Su poder y Verdad a través de Su pueblo una vez más.

A medida que luchamos para aplicar los principios de Dios en todas las áreas de la vida, un mar de cambio se manifestará en todos los ámbitos de nuestra sociedad. Los valores que han estado hundiéndose en las profundidades olvidadas de repente comenzarán a resurgir para ser atesorados una vez más. Esta es la promesa de Dios de recompensa cuando se cumple una cuidadosa aplicación de sus principios y se transmiten. Lee Deuteronomio 28 y Levítico 26.

«¡Quién sabe!, puede ser que todavía Dios cambie de parecer, contenga su ira feroz y no nos destruya.  Cuando Dios vio lo que habían hecho y cómo habían abandonado sus malos caminos, cambió de parecer y no llevó a cabo la destrucción que les había amenazado”. (Jonás 3:9-10)

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