Reconocimiento de la Fundación Bíblica de los Estados Unidos, 2008

110º CONGRESO
1ª Sesión
H. RES. 888

Afirmamos la rica historia espiritual y religiosa de la fundación de nuestra Nación y la historia subsiguiente, y expresamos apoyo a la designación de la primera semana de mayo como “Semana de la Historia Religiosa de los Estados Unidos” en reconocimiento de, y por la educación en la historia de fe religiosa de los Estados Unidos. 

EN LA CÁMARA DE REPRESENTANTES
El 18 de diciembre de 2007

El Sr. FORBES (por él mismo, el Sr. MCINTYRE, el Sr. AKIN, el Sr. BARRETT de Carolina del Sur, el Sr. CULBERSON, el Sr. DOOLITTLE, el Sr. FEENEY, el Sr. GINGREY, el Sr. GOHMERT, el Sr. HAYES, el Sr. HENSARLING, el Sr. HERGER, el Sr. JONES de Carolina del Norte, el Sr. MCHENRY, la Sra. MUSGRAVE, el Sr. PEARCE, el Sr. PENCE, el Sr. PITTS, el Sr. RYAN de Wisconsin, la Sra. SCHMIDT, el Sr. WALBERG, el Sr. WILSON de Carolina del Sur, el Sr. WOLF, y el Sr. YOUNG de Florida) propuso la siguiente resolución, que fue remitida al Comité de Supervisión y Reforma Gubernamental

RESOLUCIÓN

Afirmando la rica historia espiritual y religiosa de la fundación de nuestra Nación, y la historia subsiguiente, y expresando apoyo a la designación de la primera semana de mayo como “Semana de la Historia Religiosa de los Estados Unidos” en reconocimiento de, y por la educación en la historia de fe religiosa de los Estados Unidos.

Por cuanto la fe religiosa no sólo fue importante en la vida oficial americana durante los períodos del descubrimiento, la exploración, colonización y crecimiento, sino que también ha sido reconocida e incorporada a las 3 ramas del gobierno federal estadounidense desde su mismo comienzo;

Por cuanto la Corte Suprema de los Estados Unidos afirmó este hecho, evidente por sí mismo, en un dictamen unánime que declaraba: “Este es un pueblo religioso… Desde el descubrimiento de este continente hasta el momento presente, a una voz unánime se hace esta afirmación”; 

Por cuanto los científicos políticos han documentado que la fuente más citada en el período político conocido como la Edad de la Fundación fue la Biblia;

Por cuanto, el primer acto del Primer congreso de América en 1774 fue pedirle a un ministro que inaugurara con una oración y dirigiera al Congreso en la lectura de cuatro capítulos de la Biblia;

Por cuanto el Congreso asistía regularmente a la iglesia y los servicios divinos juntos y en masa;

Por cuanto a lo largo de la Fundación de los Estados Unidos, el Congreso con frecuencia recaudó dinero para los misioneros y la instrucción religiosa, una práctica que el Congreso repitió por décadas después que se aprobaran la Constitución y la Primera Enmienda;

Por cuanto en 1776 el Congreso aprobó la Declaración de Independencia con sus 4 reconocimientos directos religiosos, que se referían a Dios como el Creador (“Todos los hombres son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”) el Legislador (“las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza”), el Juez (“apelando al Juez Supremo del universo”), y el Protector (“con una firme confianza en la protección de la Divina Providencia”);

Por cuanto, después de aprobar la Declaración de Independencia, John Adamas declaró que el Cuatro de Julio “Debía ser conmemorado como el día de la liberación, con solemnes actos de devoción a Dios Todopoderoso”;

Por cuanto, cuatro días después de aprobar la Declaración, se tañó la Campana de la Libertad;

Por cuanto la Campana de la Libertad fue nombrada por la inscripción bíblica de Levítico 25:10, grabada a su alrededor: “Pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores”;

Por cuanto en 1777 el Congreso, al enfrentarse a una escasez nacional de “Biblias para nuestras escuelas, familias y para la adoración pública de Dios en nuestras iglesias” anunció su deseo de “hacer imprimir una Biblia bajo su cuidado y su estímulo” y por lo tanto ordenó que 20,000 ejemplares de la Biblia fueran importados “a los diferentes puertos de los Estados de la Unión”;

Por cuanto en 1782 el Congreso trazó un plan para imprimir una Biblia que fuera “una edición clara de las Santas Escrituras para el uso de las escuelas, y por tanto aprobó la producción de la primera Biblia en lengua inglesa impresa en América, que contenía la declaración congresional de que ‘los Estados Unidos, reunidos en Congreso… recomiendan esta edición de la Biblia a los habitantes de los Estados Unidos’”;

Por cuanto en 1782 el Congreso adoptó (y ha reafirmado en numerosas ocasiones subsiguientes) el Escudo nacional con su divisa latina “Annuit Cœptis”, que significa “Dios ha favorecido nuestros empeños” junto con el ojo de la providencia en un triángulo sobre una pirámide; el ojo y la consigna “aluden a las muchas señales de intervención de la Providencia a favor de la causa estadounidense”;

Por cuanto el Tratado de París de 1783 que terminó oficialmente la Revolución y estableció a los Estados Unidos como independientes comenzó con la apelación: “En el nombre de la santísima e indivisa Trinidad”;

Por cuanto en 1787, en la Convención Constitucional de Filadelfia, Benjamin Franklin declaró: “Dios gobierna los asuntos de los hombres. Y si un gorrión no puede caer sin que Él se dé cuenta, ¿es probable que un imperio pueda surgir sin Su ayuda?.. Sin que concurra Su ayuda, tendremos el mismo éxito en este edificio político que los constructores de Babel”;

Por cuanto la delegados a la Convención Constitucional concluyeron su trabajo clocando una nota religiosa al final de la Constitución, en la Cláusula de Testimonio, señalando que no sólo ellos habían completado el trabajo “con el consentimiento unánime de los Estados presentes”, sino que lo habían hecho “en el año del Señor mil setecientos ochenta y siete”;

Por cuanto James Madison declaró que veía a la Constitución terminada como un producto “del dedo de esa Mano Todopoderosa que con tanta frecuencia y tan señaladamente se ha extendido para socorrernos en las etapas críticas de la Revolución”; George Washington la veía como “poco menos que un milagro”, y Benjamin Franklin creía que su redacción había estado “influida, guiada y gobernada por ese Gobernador omnipotente, omnipresente y benefactor en el cual todos los espíritus inferiores viven, se mueven y tienen su existencia”;

Por cuanto, desde 1787 hasta 1788, las Convenciones estatales para ratificar la Constitución de los Estados Unidos no sólo comenzaban con una oración, sino que se desarrollaban en edificios de las iglesias;

Por cuanto en 1795, durante la construcción del capitolio, se instituyó una práctica mediante la cual “la adoración pública se administra regularmente ahora en el Capitolio, cada domingo por la mañana, a las 11 en punto”;

Por cuanto en 1789 el primer Congreso Federal, el Congreso que redactó la Carta de Derechos, incluyendo la Primera Enmienda, destinó fondos federales para pagar a los capellanes que oraran en la apertura de todas las sesiones, una práctica que ha continuado hasta nuestros días, y el Congreso no sólo pagaba a sus capellanes congresionales, sino que pagaba los salarios y el funcionamiento de más de 4,500 capellanes militares;

Por cuanto en 1789 el Congreso, durante la redacción de la Carta de Derechos y la Primera Enmienda, aprobó la primera ley federal sobre la educación, que declaraba: «Considerando que la religión, la moral y el conocimiento son necesarios para el buen gobierno y la felicidad de la humanidad, las escuelas y los medios de educación deberán ser siempre estimulados”;

Por cuanto en 1789, el mismo día que el Congreso terminó de redactar la Primera Enmienda, le solicitó al presidente George Washington que declarara un Día Nacional de oración y acción de gracias, lo que dio como resultado la primera proclamación oficial federal de Acción de Gracias, que declaraba: “es el deber de todas las naciones reconocer la providencia de Dios Todopoderoso, obedecer Su voluntad, estar agradecidas por Sus beneficios e implorar humildemente Su protección y favor”;

Por cuanto en 1800 el Congreso puso en vigor regulaciones navales que exigían que un servicio divino fuera realizado dos veces al día a bordo de “todos los buques y embarcaciones de la marina de guerra” y que se predicara un sermón cada domingo;

Por cuanto en 1800 el Congreso aprobó el uso de la recién terminada estructura del Capitolio como edificio eclesiástico, con la realización de servicios divinos cada domingo en el Salón de la Cámara, oficiados alternadamente por capellanes de la Cámara y el Senado;

Por cuanto en 1853 el Congreso declaró que los capellanes congresionales tenían el “deber… de conducir servicios religiosos semanales en el Salón de la Cámara de representantes”;

Por cuanto para 1867 la iglesia del Capitolio era la iglesia más grande de Washington, D.C., en la cual asistían hasta 2,000 personas cada semana al servicio dominical en el Salón de la Cámara”;

Por cuanto para 1815 más de 2,000 llamados oficiales gubernamentales a la oración habían sido emitidos a los niveles federal y estatal, y miles más lo fueron después de 1815;

Por cuanto en 1853 el Senado de los Estados Unidos  declaró que los Padres Fundadores “no tenían temor ni celos de la religión, ni deseaban ver en nosotros un pueblo irreligioso… no pretendían esparcir sobre todas las autoridades públicas ni el público general de la nación el espectáculo muerto y repugnante de la apatía atea”;

Por cuanto en 1854 la Cámara de Representantes de los Estados Unidos declaró: “[La] religión debe ser considerada como el fundamento sobre el cual toda la estructura descansa… el cristianismo; en sus principios generales, es el gran elemento conservador en el cual debemos confiar para la pureza y permanencia de las instituciones libres”;

Por cuanto en 1864, por ley, el Congreso añadió a las monedas americanas “En Dios confiamos”;

Por cuanto en 1864 el Congreso aprobó una ley que autorizaba a cada Estado a colocar estatuas de dos de sus héroes en el Capitolio de los Estados Unidos, lo dio como resultado que aparecieron muchas estatuas de notables clérigos y líderes cristianos en el Capitolio, incluyendo de ministros del Evangelio como los reverendos James A. Garfield, John Peter Muhlenberg, Jonathan Trumbull, Roger Williams, Jason Lee, Marcus Whitman, y Martin Luther King Jr.; de teólogos del Evangelio como Roger Sherman; de sacerdotes católicos como el Padre Damián, Jacques Marquette, Eusebio Kino, y Junípero Serra; de monjas católicas como la Madre Joseph, y otros muchos líderes religiosos;

Por cuanto en 1870 el Gobierno Federal hizo de la Navidad (un reconocimiento al nacimiento de Cristo, evento descrito por la Corte Suprema de los EE.UU. como “conmemorado en el Mundo Occidental durante 20 siglos, y en este país por el pueblo, la Rama Ejecutiva, el Congreso y los tribunales durante 2 siglos”) y del Día de Acción de Gracias, días festivos oficiales;

Por cuanto a partir de 1904 y durante el siguiente medio siglo, el Gobierno Federal imprimió y distribuyó La Vida y Enseñanzas de Jesús de Nazaret para el uso de los Miembros del Congreso, a causa de las importantes enseñanzas que contenía;

Por cuanto en 1931 el Congreso, por ley, adoptó La Bandera Estrellada como el Himno Nacional oficial, con sus frases como “que la tierra rescatada por el Cielo Alabe el Poder que ha logrado y que nos ha conservado como nación” y “este sea nuestro lema: ‘En Dios está nuestra Confianza’”;

Por cuanto en 1954 el Congreso añadió por ley la frase “Una nación bajo Dios” al Juramento de Lealtad;

Por cuanto en 1954 se añadió al Capitolio un Cuarto Congresional de Oración especial, con un reclinatorio, un altar, una Biblia abierta, un vitral inspirador con George Washington arrodillado en oración, la declaración del Salmo 16:1 “Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado” y la frase “Una Nación bajo Dios” colocada sobre Washington arrodillado en oración;

Por cuanto en 1956 el Congreso, por ley, hizo de “En Dios confiamos” el Lema Nacional y añadió la frase a las monedas estadounidenses;

Por cuanto las Constituciones de los 50 estados, sea en el preámbulo o en el cuerpo, explícitamente reconocen o expresan gratitud a Dios; 

Por cuanto la primera Inauguración Presidencial de los Estados Unidos incluía 7 actividades religiosas específicas, incluyendo:

(1)   El uso de la Biblia para tomar el juramento;

(2)   Afirmar la naturaleza religiosa del juramento, al añadir la frase “Con la ayuda de Dios” al mismo;

(3)   Oraciones inaugurales ofrecidas por el Presidente;

(4)   El contenido religioso del discurso inaugural;

(5)   Líderes civiles que exhortan al pueblo a orar o reconocer a Dios;

(6)   Servicios inaugurales de adoración, a los que asistía el Congreso en pleno, como parte oficial de las actividades congresionales;

(7)   Oraciones inaugurales dirigidas por el clero, actividades que han sido imitadas en su totalidad o en parte por todo Presidente subsiguiente;

Por cuanto el presidente George Washington declaró: “De todas las disposiciones y hábitos que conducen a la prosperidad política, la religión y la moral son apoyos indispensables”;

Por cuanto el presidente John Adams, uno de los dos únicos firmantes de la Carta de Derechos y de la Primera Enmienda, declaró: “Como la seguridad y la prosperidad de las naciones dependen en última instancia y esencialmente de la protección y la bendición de Dios Todopoderoso, y el reconocimiento nacional de esta certeza no sólo es un deber indispensable que el pueblo le debe a Él”;

Por cuanto el presidente Jefferson no sólo asistió a los servicios divinos en el Capitolio durante toda su presidencia e hizo que la banda de los Marines tocara en los mismos, sino que durante su Administración comenzaron también los servicios religiosos en el Departamento de Guerra y el Departamento del Tesoro, con lo cual los devotos tuvieron la opción de asistir a la iglesia en el Capitolio de los Estados Unidos, el Departamento de Guerra o el Departamento del Tesoro si así lo desearan;

Por cuanto Thomas Jefferson instó a los gobiernos locales a dejar terrenos disponibles específicamente para fines cristianos, proveyó fondos federales para la labor misionera entre las tribus indias y declaró que las escuelas religiosas tendrían “el patronato del gobierno”;

Por cuanto el presidente Andrew Jackson declaró que la Biblia “es la roca sobre la cual se asienta nuestra República”;

Por cuanto el presidente Abraham Lincoln declaró que la Biblia “es el mejor regalo que Dios le ha dado a los hombres… Si no fuera por ella, no podríamos distinguir entre el bien y el mal”;

Por cuanto el presidente William McKinley declaró que “Nuestra fe nos enseña que no hay una confianza más segura que en el Dios de nuestros padres, Quien ha favorecido tan singularmente  al pueblo estadounidense en toda prueba nacional y Quien no nos abandonará mientras obedezcamos Sus mandamientos y andemos humildemente en Sus sendas”;

Por cuanto el presidente Teddy Roosevelt declaró: “El Decálogo y la Regla de Oro deben ser el fundamento de todo esfuerzo exitoso para mejorar nuestra vida social y política”;

Por cuanto el presidente Woodrow Wilson declaró que “los Estados Unidos nacieron para ejemplificar esa devoción a los elementos de la justicia se derivan de las revelaciones de las Sagradas Escrituras”;

Por cuanto el presidente Herbert Hoover declaró que “la vida estadounidense está construida, y solo puede sobrevivir basada… [en la] filosofía fundamental anunciada por el Salvador hace diecinueve siglos”;

Por cuanto el presidente Franklin D. Roosevelt no sólo condujo a la nación en una oración de seis minutos durante el Día D, 6 de junio de 1944, sino que además declaró que “Si no estamos listos para entregar todo lo que tenemos y todo lo que somos en aras de preservar la civilización cristiana en nuestra tierra, iremos a la destrucción”;

Por cuanto el presidente Harry S. Truman declaró que “La base fundamental de la ley de esta Nación le fue dada a Moisés en el Monte. La base fundamental de nuestra Carta de Derechos procede de las enseñanzas que recibimos del Éxodo y de San Mateo, de Isaías y de San Pablo”;

Por cuanto el presidente Harry S. Truman le dijo a un grupo que visitaba a Washington, D.C.: “Verán ustedes, al realizar sus giras, que esta Nación fue establecida por hombres que creían en Dios… Verán la evidencia de esta fe religiosa a cada paso”;

Por cuanto el presidente Dwight D. Eisenhower declaró que “Sin Dios no podría existir la forma estadounidense de gobierno, ni la manera de vivir estadounidense. El reconocimiento del Ser Supremo es la primera, la más básica expresión del americanismo. Así los padres fundadores de los Estados Unidos lo vieron, y así con la ayuda de Dios, seguirá siendo” en una declaración repetida más tarde con aprobación por el presidente Gerald Ford;

Por cuanto el presidente John Kennedy declaró que “los derechos del hombre no proceden de la generosidad del estado, sino de la mano de Dios”;

Por cuanto el presidente Ronald Reagan, luego de señalar “El Congreso de los Estados Unidos, en reconocimiento a la contribución sin igual de la Biblia para conformar la historia y el carácter de esta Nación y de tantos de sus ciudadanos, ha… solicitado al Presidente que declare al año 1983 como ‘El Año de la Biblia’”, declaró oficialmente al año 1983 como “El Año de la Biblia”;

Por cuanto todos los demás Presidentes han reconocido de manera similar el papel de Dios y de la fe religiosa en la vida pública de los Estados Unidos;

Por cuanto todas las sesiones de la Corte Suprema de los Estados Unidos comienzan con el anuncio del Alguacil de la Corte “Dios salve a los Estados Unidos y a este honorable tribunal”;

Por cuanto una parte regular e integral de las actividades oficiales en las Cortes Federales, incluyendo la Corte Suprema de los Estados Unidos, era la inclusión de una oración por un ministro del Evangelio;

Por cuanto la Corte Suprema de los Estados Unidos ha declarado, durante el transcurso de la historia de nuestra Nación, que los Estados Unidos son “un país cristiano”, “una nación cristiana”, “un pueblo cristiano”, “un pueblo religioso cuyas instituciones presuponen un Ser Supremo” y que “no podemos ver en la Carta de Derechos una filosofía de hostilidad hacia la religión”;

Por cuanto el juez John Jay, uno de los autores de los Escritos Federalistas y juez original de la Corte Suprema de los Estados Unidos, instó: “El medio más efectivo de asegurar la continuidad de nuestras libertades civiles y religiosas es recordar siempre con reverencia y gratitud a la Fuente de la cual ellas fluyen”;

Por cuanto el juez James Wilson, un firmante de la Constitución, declaró que “La ley humana debe basar su autoridad, finalmente, en la autoridad de esa ley que es Divina… Lejos de ser rivales ni enemigas, la religión y la ley son hermanas gemelas, amigas y ayudadoras mutuas”;

Por cuanto el juez William Paterson, un firmante de la Constitución declaró que “La religión y la moral… [son] necesarias para el buen gobierno, el buen orden y las buenas leyes”;

Por cuanto el presidente George Washington, que aprobó como ley los primeros pasos legales para organizar el poder judicial federal, preguntó: “¿Dónde quedan la seguridad de la propiedad, de la reputación, la vida, si el sentido de la obligación religiosa abandona los juramentos de las cortes de justicia?”;

Por cuanto algunos de los más importantes monumentos, edificios y obras notables de Washington, DC, incluyen palabras, símbolos e imágenes religiosas;

Por cuanto en el Capitolio de los Estados Unidos la declaración “En Dios confiamos” está desplegada con prominencia en los locales del Senado y la Cámara de Representantes;

Por cuanto alrededor del remate de los muros de la Cámara de Representantes aparecen las imágenes de 23 grandes legisladores de todos los siglos, pero Moisés (el legislador que –según la Biblia– recibió originalmente la ley de Dios) es el único legislador honrado con una vista completa de su rostro, que mira abajo, a los procedimientos de la Cámara; el bautismo de Pocahontas y la oración y el estudio bíblico de los Peregrinos están todos desplegados con prominencia; en el Corredor Cox del Capitolio, donde están inscritas las palabras “¡América! Dios derramó Su gracia sobre ti”; en la entrada oriental del Senado con las palabras “Annuit Cœptis”, que es la expresión latina para “Dios ha favorecido nuestras empresas” y en muchos otros lugares;

Por cuanto en muchos edificios federales se hallan imágenes de los Diez Mandamientos en todo Washington, DC; incluyendo en letras de bronce en el piso de los Archivos Nacionales; en una estatua de bronce de Moisés en el Salón Principal de Lectura de la Biblioteca del Congreso, en numerosos lugares del la Corte Suprema de los Estados Unidos, incluyendo el friso que está sobre los jueces, la puerta de roble en el fondo de la Cámara, el ápice del remate y en decenas de sitios de la celosía de bronce que rodea al estrado de los Abogados de la Corte Suprema;

Por cuanto en el Monumento a Washington no sólo hay numerosos versículos bíblicos y reconocimientos religiosos grabados en bloques memoriales de las paredes, incluyendo las expresiones “Santidad al Señor” (Éxodo 28:26, 30:30, Isaías 23:18, Zacarías 14:20), “Escudriñad las Escrituras” (Juan 5:39), “La memoria del justo será bendita” (Proverbios 10:7), “Que el Cielo continúe bendiciendo a esta Unión”  y “En Dios confiamos”, sino que la inscripción latina Laus Deo, que significa “Alabad a Dios”, está grabada en el remate del monumento;

Por cuanto de las 5 áreas dentro del memorial Jefferson en las cuales se han grabado las palabras de Jefferson, 4 están centradas en Dios, incluyendo su declaración de que “Dios, que nos dio la vida, nos dio la libertad. ¿Podrán estar seguras las libertades de una nación cuando hayamos eliminado la convicción de que esas libertades son el don de Dios? Ciertamente tiemblo por mi país cuando reflexiono que Dios es justo, que Su justicia no puede dormitar por siempre”;

Por cuanto el Memorial Lincoln contiene numerosas alusiones a Dios y citas de versículos de la Biblia, incluyendo las declaraciones de “Por la presente resolvemos con ahínco que… esta nación bajo Dios… no desaparecerá de la tierra”; “El Todopoderoso tiene Sus propios propósitos”; “¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!”  (Mateo 18:7); “Como se dijo hace tres mil años se puede decir hoy ‘Los juicios del Señor son verdad, todos justos’” (Salmo 19:9); “Un día todo valle será alzado, y bajará todo monte y collado; y lo torcido se enderezará, y lo áspero se allanará y se manifestará la gloria del Señor, y toda carne juntamente la verá” (Discurso del Dr. Martin Luther King, basado en Isaías 40:4-5);

Por cuanto en la Biblioteca del Congreso la Biblia Gigante de Mainz y la Biblia de Gutenberg están en exhibición permanente en un lugar señalado y en las paredes están grabados versículos bíblicos, incluyendo: “La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:5); “Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría; y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia” (Proverbios 4:7); “Qué pide el Señor de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios” (Miqueas 6:8); y “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos” (Salmo 19:1);

Por cuanto muchos otros de los más importantes dirigentes gubernamentales, instituciones, monumentos, edificios y sitios notables estadounidenses aluden abiertamente a Dios e incorporan palabras, símbolos e imágenes religiosas a las actividades oficiales;

Por cuanto dichas alusiones son aún más frecuentes al nivel estatal y local que al nivel federal, en el que miles de tales alusiones existen; y

Por cuanto la primera semana de mayo de cada año sería una semana adecuada para nombrarla “Semana de la Historia Religiosa Americana”. Ahora, por tanto, se

Resuelve, Que la Cámara de Representantes de los Estados Unidos—-

(1)   reafirme la rica y variada historia espiritual de la fundación de nuestra Nación y la subsiguiente, incluyendo hasta el día presente;

(2)   reconozca que el fundamento religioso de fe sobre el cual los Estados Unidos fueron edificados son baluartes críticos de las instituciones más valiosas de nuestra nación y forman un fundamento inseparable de los procesos representativos, sistemas legales y estructuras sociales;

(3)   rechace, en los términos más firmes posibles, cualquier esfuerzo por eliminar, oscurecer u omitir a propósito la dicha historia de los edificios públicos  y recursos educacionales de nuestra Nación; y

(4)   exprese apoyo a la designación de una “Semana de la Historia Religiosa Americana” cada año, para mostrar agradecimiento por y educación en la historia de fe religiosa de los Estados Unidos.

*Para ver los copatrocinadores y comprobar el estado de esta propuesta, visite Thomas y busque «H.Res. 888.»

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