Rissa Arias

Ramon Arias | 12 de febrero de 2013

Muchos creen que la ignorancia es la felicidad, de hecho, lo contrario demuestra que la ignorancia es una maldición. Aclaro, cada uno de nosotros es ignorante en muchas áreas de especialización, sin embargo, para beneficiarnos no necesariamente tenemos que entender todo en esa zona especificada. Por ejemplo, tú y yo podemos disfrutar de los grandes beneficios de volar para ir de un lugar a otro sin tener que ser pilotos. Podemos aplicar este principio en todas las áreas donde beneficiamos del conocimiento de otros.

Sin embargo, hay un área en la que la humanidad siempre paga un precio muy alto y éste es la ignorancia en el ámbito de lo correcto e incorrecto. Quizás te preguntas, ¿quién define lo que es correcto y lo incorrecto? En muchas culturas del mundo y a lo largo de la historia se encuentra que lo que es bueno para unos es malo para otros y viceversa. Y esto es precisamente mi punto, esta es la razón del por qué las sociedades a través de la historia se autodestruyen, mientras que otras han sido capaces de avanzar por un período de tiempo puesto que adoptan los absolutos morales de Dios revelados en su Palabra.

Sólo en la Biblia encontramos el verdadero significado de la vida, la libertad y el derecho a la propiedad. Cuando a los individuos se les ha enseñado a conocer y entender estos derechos es imposible de que cualquiera tome ventaja de ellos para robarles lo que por derecho les pertenece a ellos como parte de un regalo de Dios. Sólo cuando las personas ignoran voluntariamente o se rebelan en contra de los recursos de Dios que pueden hacerlos conocedores, comprensivos y sabios entonces se convierten en presa fácil para las mentes degeneradas que quieren tomar cargo de sus vidas, dándoles leyes que los esclavizan. John Adams, uno de los padres fundadores consumados y segundo presidente de los Estados Unidos, lo expresó muy bien al decir:

«En el momento que la idea es admitida en la sociedad, que la propiedad no es tan sagrada como las leyes de Dios, y que no hay fuerza de ley ni justicia pública para protegerla, comienzan entonces la anarquía y la tiranía. Si ‘No codiciarás’, y ‘No robarás’, no eran mandamientos del Cielo, entonces deben hacerse preceptos inviolables en cada sociedad, antes de que ésta pueda ser civilizada o ser libre».1

Antes de que te rías o menosprecies la declaración de John Adams, no olvides quién era. Él estuvo expuesto al Primer Despertar [The First Awakening/The Great Awakening] muy conocido en las colonias que regresó a la gente de nuevo a la comprensión de la justicia de Dios, Sus leyes morales, y Sus juicios. Fue diplomático y un presidente por ocho años de 1797 a 1801. Jugó un papel muy importante en la redacción de la Declaración de la Independencia; escribió la Constitución para el Estado de Massachusetts, se desempeñó como diplomático en Inglaterra, Francia y los Países Bajos; negoció el Tratado de París; y bajo la presidencia de George Washington sirvió, como vicepresidente de los Estados Unidos. Murió el 4 de julio de 1826 a la edad de 90 años.

¿A quién le vas a creer? ¿Le vas a creer a los hombres y las mujeres con el calibre y la comprensión de la cosmovisión bíblica como John Adams? O, ¿le vas a creer a los demagogos políticos, el gobierno, la economía, la ciencia, el mundo del espectáculo, las artes, la academia, los magnates de los medios de comunicación que constantemente golpean a cualquiera que se oponga a ellos ya su agenda destructiva? Estos sobresalen en desinformar a la gente y por consecuencia forman a las personas en su propia imagen y su visión maléfica del mundo.

Sabes que las cosas no están mejorando y los que llevan la mayor parte de la responsabilidad del estado de la nación son las personas. Las personas que se dejan atontar merecen lo que reciben. Por otro lado, aquellos que están bien informados pueden detectar fácilmente cuando alguien los quiere engañar en cualquier área de la vida.

Las personas bien informadas saben que la nación está en una encrucijada. Ellos saben que todo está tan volátil que el descontento social está alrededor de la esquina y puede estallar en una anarquía y una tiranía tal y como John Adams dijo hace casi 200 años.

Las personas bien informadas tienen la responsabilidad de ser valientes en denunciar todo lo que está torcido y está dando lugar a un período de oscuridad, sino que también, deben ser los primeros en presentar soluciones inteligentes y prácticas para todos los males sociales.

Las personas bien informadas no deben aceptar dejarse intimidar por los matones que se han apoderado de la nación. En su lugar, deben aprender de todos los grandes hombres y mujeres del pasado, que la historia ha juzgado tenían razón, y unirse a ellos así como los de nuestros tiempos.

El Cielo gobierna Supremo y los que sirven al Plan Divino nunca pueden ser derrotados. “Porque Tuyo es el reino y el poder y la gloria para siempre. Amén,” (Mateo 6:13).

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