Rissa Arias

Esther Quinn | 13 de junio de 2013

Al ver la televisión recientemente, noté  cómo comercial tras comercial estaba tan explícitamente cargado de insinuaciones sexuales. Claro que esto no es nada nuevo.  Es difícil de creer que incluso productos para la intimidad y demás son expuestos ante la gente de todas las edades. Esto es algo que al crecer yo nunca habría pensado que vería de una manera tan pública que me haría sentir vergüenza en frente de mis hijas. Unos días después fui a nuestro centro comercial local y noté cómo muchos de los escaparates estaban tan cargados sexualmente. Parece que la presentación de los productos de una manera erótica y sensual aumenta las ventas. Simplemente caminando por el centro comercial me di cuenta de cómo muchas de las mujeres, jóvenes y de mayor edad, se visten tan provocativamente revelando tanta piel. Reflexioné sobre cómo el sexo desenfrenado está en todas partes de nuestra cultura.

El tema de la sexualidad está en todas partes del mundo que nos rodea provocando y despertando a la gente de todas las edades a sus apetitos sexuales. Los anuncios y los sitios web que ofrecen servicios para buscar pareja, incluso los supuestos «sitios web cristianos» abundan para ayudarte en la selección de una pareja y participar en relaciones que te ofrecen el romance y las emociones que tu corazón anhela para sentirte amado y aceptado. Estos ya no están limitados a personas del sexo opuesto, pero ahora incluyen apelaciones del mismo sexo, los comerciales e insinuaciones están ahí.  ¿Qué se puede decir de la mayoría de las películas en las que el sexo debe estar presente para atraer mayor público?  Venden la idea que es perfectamente «aceptable» terminar en la cama, aunque sea la primera cita romántica. El sexo casual se presenta como que es de esperarse en el curso más natural de los acontecimientos sin ningún tipo de compromiso o responsabilidad.

Estas tentaciones no presentan los riesgos del sexo fuera del matrimonio en una relación, sin mencionar los embarazos no deseados o enfermedades de transmisión sexual. Todo esto confunde a las personas para que puedan interpretar sus impulsos sexuales. Ciertamente crea falsas esperanzas para una relación seria y familias intactas. Vivimos en una sociedad que hace del sexo una gran sensualidad y fomenta la experimentación con la intimidad antes de que exista una base sólida y permanente en una relación o incluso antes de que una persona sea madura y haya encontrado su propia identidad.

Estudios se han realizado e instituciones se han establecido para la investigación de la ciencia de la conducta sexual humana y sus consecuencias. Pero éstas sólo revelan superficialmente que los problemas sexuales se pueden prevenir con condones, anticonceptivos o la píldora del día siguiente y si todo eso no funciona está la infame decisión de «elección «para asesinar al bebé a través de un proceso “legal” llamado aborto.

Investigaciones de la neurociencia moderna han descubierto información  sorprendente acerca de cómo el sexo afecta el cerebro y cómo el efecto del sexo en el cerebro puede tener todo tipo de consecuencias, entre ellas algunas que todavía siguen requiriendo mayor investigación. Otros estudios se han realizado por Medical Institute for Sexual Health (Instituto Médico para la Salud Sexual) fundado hace 16 años por el Dr. Joe McIlhaney, Jr. en Austin, Texas. El Dr. McIlhaney y su coautora la Dra. Freda McKissic Bush, MD han revelado un gran riesgo como consecuencias de las relaciones sexuales que no se pueden prevenir por ninguno de los productos comerciales en el mercado. Han publicado sus hallazgos en un libro titulado Hooked: new science of how casual sex is affecting our children (Enganchados: nueva ciencia de cómo el sexo casual está afectando a nuestros hijos). Se ha informado de que hay mas de 428 millones de páginas pornográficas en el Internet que se producen solo en EE.UU. y los mayores consumidores son los hombres entre las edades de 12-17 años de edad. Los autores mencionados afirman que el «sexo literalmente puede cambiar el cerebro de una persona, influyendo en el proceso de pensamiento y afectando las decisiones futuras. «[1]

Espero poder compartir más aspectos de sus hallazgos en los futuros artículos, porque la ciencia pura, no adulterada, siempre corrobora y confirma que el Creador siempre tiene la razón. Pruebas científicas sólidas aumentan la fuerza para luchar y lograr el cambio de la cultura. Estamos muy agradecidos por el trabajo arduo y la investigación que sin lugar a duda estos hallazgos han costado.

En nuestra sociedad, los adictos sexuales de todo tipo se describen ​​como enfermos, o víctimas del mismo maltrato. Su comportamiento enfermizo es tratado con solo un breve tiempo en la cárcel y un «tirón de orejas». La consecuencia más grave es que ahora tienen que registrarse como delincuentes sexuales por el resto de su vida o hasta que reincidan y son devueltos a la cárcel por otro corto período, pero ahora se han arruinado más vidas que cruzaron su camino. Las leyes para los perversos sexuales son tan poco estrictas que, sin que te percates, tu vecindad ya podría estar llena de ellos.

¿Crees que Dios ya sabía acerca de estas devastadoras consecuencias cuando Él estableció las directrices para el sexo en su Palabra?

Considera las siguientes Escrituras:

“…ustedes no pueden decir que nuestro cuerpo fue creado para la inmoralidad sexual. Fue creado para el Señor, y al Señor le importa nuestro cuerpo.” “¡Huyan del pecado sexual! Ningún otro pecado afecta tanto el cuerpo como éste, porque la inmoralidad sexual es un pecado contra el propio cuerpo.” 1 Corintios 6:13,18.

“Que no haya ninguna inmoralidad sexual, impureza ni avaricia entre ustedes. Tales pecados no tienen lugar en el pueblo de Dios.” Efesios 5:3.

“La voluntad de Dios es que sean santos, entonces aléjense de todo pecado sexual.” 1 Tesalonicenses 5:3.

Dios siempre quiere decir lo que dice y dice lo que quiere decir. ¿Con qué autoridad han asumido los seres humanos la responsabilidad de «mejorar» el diseño de Dios hasta el punto de borrar las normas estrictas? Las terribles consecuencias del pecado nos han puesto a nosotros y a las futuras generaciones en un gran riesgo. Cuando se experimenta con el sexo de manera poco sana e irreverente a los estatus de Dios, dañará  los aspectos vitales de quienes somos como seres humanos. Sin embargo, podemos cambiar la cultura. Debemos enseñar y ejemplificar que cuando el sexo se practica como Dios manda, añade un gran valor y satisfacción a la vida.

No pierdas la esperanza; con Dios y con las personas que estamos dispuestas a trabajar con sus estatutos y principios, todas las cosas pueden cambiar y todas las cosas son posibles. La enseñanza y la práctica de los caminos de Dios es la solución. Los padres deben ser más diligentes en enseñar esto a sus hijos. 

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