Rissa Arias

Ramón Arias | 13 de julio de 2015

¿Cuántas veces has escuchado o se te ha dicho que, «No se puede legislar la moralidad»? La pregunta es, ¿crees que la declaración es acertada? Si tu respuesta es afirmativa, entonces estás en buena compañía con millones de personas que tienen ideas afines. Pero no lo celebres, el hecho de que la mayoría cree esto no significa que sean precisos en su comprensión.

La razón por la cual soy un creyente apasionado de la historia sin revisión se debe porque presenta los hechos innegables, que rompe toda comprensión equivocada acerca de la realidad social. Por más de seis mil años, los humanos han revocado las leyes que regulan la moral que no les gusta. Cualquier persona que se considera una autoridad en el campo del derecho y / o la moral y dice: «No se puede legislar la moralidad», está muy consciente de que está mintiendo y espera que tu aceptes su autoridad insensata y asimiles su agenda nefasta. 

¿Alguna vez has pensado que toda ley es en relación a la moral? La palabra «legislar» significa establecer, crear o aprobar leyes. Es imposible no tener leyes que rigen en el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, el tráfico, el gobierno civil, la iglesia, los deportes, la comunidad, el estado, la nación y el mundo. La definición del Diccionario Webster de 1828 dice:

LEG’ISLATE, (legislar) verbo intransitivo [Latín lex, legis, la ley y fero, latum, para dar, pasar o promulgar.]

La siguiente es una definición de ley

Los principios y normas establecidas en una comunidad por alguna autoridad y aplicables a su gente, ya sea en forma de ley o de la costumbre y políticas reconocidas y aplicadas por decisión judicial. [1]

Podemos decir con certeza que todas las leyes están hechas para legislar la moralidad. La historia nos enseña que cada ley va a ser rechazada por algunos de los que están en desacuerdo con aquellos que definen el derecho como legislar la moralidad. Las leyes morales que regulan la moral contra el asesinato, el robo, la mala conducta sexual y otras preferencias morales pueden variar de un país a otro, y la tendencia común es que todos ellos legislen su moralidad.

La pregunta obvia es: ¿de dónde obtienen los humanos sus sistemas de valores acerca de lo que es correcto e incorrecto para legislar la moralidad? Una sociedad está atada a su interpretación de la ley ya que toda ley está fundamentada en la moralidad y su fuente está basada en la religión. La palabra en latín religio significa atar de nuevo, o la interpretación de religare es «de obligar y sujetar». Todas las leyes son morales y toda moralidad es de origen religioso. Por lo tanto, la ética de un hindú, un musulmán, un humanista y un cristiano bíblico están en conflicto. Cuando las personas adoptan éticas diferentes también están eligiendo reemplazar sus creencias, y este cambio afectará directamente a sus leyes y su cultura. Los Estados Unidos se está moviendo rápidamente del cristianismo bíblico al campo humanista.

Estados Unidos debe aceptar que al cambiar su moralidad podrá esperar que los cambios sean perjudiciales para las generaciones presentes y futuras. Cualquiera que piense que puede permanecer neutral es un error, no hay tal cosa como la neutralidad en cualquier área de la vida, y mucho menos cuando se trata de la moral.

Noah Webster (1758-1843) estaba más cerca de la historia de esta nación, y pudo dar la definición en inglés de las palabras en vista de doscientos años de historia colonial para apoyar la manera en que la moral bíblica influenció la herencia de Estados Unidos. Consideremos la definición de tres palabras, legislar, derecho y moral:

Legislar

Realizar o promulgar una ley o leyes. Es una cuestión de si es conveniente para legislar en la actualidad sobre el tema. No debemos legislar cuando no tenemos poder para hacer cumplir nuestras leyes.

Ley

Una regla, en particular una regla establecida o permanente, prescrita por el poder supremo de un estado a sus súbditos, para la reglamentación de sus acciones, en particular sus acciones sociales. Las leyes son imperativas u obligatorias, al mando de lo que se hace; prohibiciones, restricciones, abstenciones; o algo permisivo, declarando lo que puede hacerse sin incurrir en penalización. Las leyes que ordenan los deberes de piedad y moralidad, son prescritas por Dios y se encuentran en las Escrituras.

Ley de la naturaleza es una regla de conducta que surge de las relaciones naturales de los seres humanos establecidas por el Creador, y existentes antes de cualquier precepto positivo. Por lo tanto se trata de una ley de la naturaleza, que un hombre no debe herir a otros, y el asesinato y el fraude serían crímenes, independientemente de cualquier prohibición de un poder supremo.

Moralidad

La calidad de una acción, que la hace buena; la conformidad de un acto a la ley divina, o con los principios de la rectitud. Esta conformidad implica que el acto debe ser realizado por un agente libre, y por un motivo de la obediencia a la voluntad divina. Este es el sentido estricto teológico y bíblico de la moralidad, aunque a menudo se aplica la palabra a las acciones, que van de acuerdo con la justicia y las leyes humanas, sin hacer referencia a los motivos de la cual proceden. 

Cuando el estilo de vida homosexual fue señalado como perversión moral, los de la extrema izquierda y los liberales utilizaron el mantra de que no se debe legislar la moral y nos la impusieron. Ellos disfrutaron el citar a Jesús incorrectamente diciendo: «no juzgues para que no seas juzgado». Ahora, cinco de los jueces de la Corte Suprema de Estados Unidos, en violación a la Constitución y a la ley natural, impusieron una ley sobre la nación declarando a los matrimonios del mismo sexo como legales, cuando el comportamiento sexual entre el mismo sexo ha sido considerado inmoral por miles de años.

¿Ahora puedes entender por qué es irracional creer que «no se puede legislar la moralidad»? Nadie puede vivir sin ningún sistema de leyes. La ley y la moral no son neutrales, no importa cómo los ideólogos quieran torcer el significado. Por lo tanto, es imposible no legislar la moralidad. Ahora, la pregunta real es, ¿bajo qué ley y moral queremos estar, la de Dios o la del hombre? En la actualidad, estamos experimentando cómo se destruyen grandes civilizaciones y naciones. Además, estamos siendo testigos de cómo las leyes de los hombres están haciendo de los cristianos bíblicos unos criminales cuando rechazan la nueva ley, nueva moral y la nueva religión. Tenemos una opción, podemos aceptar la definición del hombre del bien y del mal, o la definición de Dios del bien y del mal. Durante décadas, he aceptado la perspectiva de Dios y me ha funcionado bien con mi alma. Estoy más que dispuesto a vivir por, y luchar por cualquier otra cosa que pueda ser requerida de mí para traer a otros al conocimiento, la comprensión y la sabiduría de El Todopoderoso y Su Cultura.

John Quincy Adams, el 6to. presidente de los EE.UU., le escribió a su hijo:

«Hay tres puntos de la doctrina de la creencia que es la base de toda moralidad. El primero es la existencia de Dios; el segundo es la inmortalidad del alma humano; y el tercero es un estado futuro de recompensas y castigos. 

Supongamos que es posible que un hombre no crea cualquiera de estos tres artículos de la fe y que el hombre no tiene conciencia, no tendrá otra ley que la del tigre o el tiburón.

Las leyes de los hombres lo pueden atar en cadenas o pueden darle muerte, pero nunca pueden hacerlo sabio, virtuoso, o feliz». [2]

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