Ramón Arias | 19 de octubre de 2015
Si tuviera que poner en pocas palabras lo que debería haber sido muy claro a Estados Unidos del primer debate presidencial demócrata de 2015, sería decirle a Estados Unidos que acepte su realidad que ya es una nación socialista.
¿Cómo nos está funcionando el socialismo hasta ahora? Si tu eres un beneficiario de la generosidad del gobierno, que obliga a otros a pagar por todas las «cosas gratis», entonces tu estarías de acuerdo en que la ideología socialista ha sido muy buena para ti. Si estás conectado con la élite socialista en el poder, entonces dirías que el bienestar corporativo es algo maravilloso, a pesar de que, en el proceso, la nación está siendo empujada hacia el precipicio.
No hay nada excepcional cuando la deuda nacional está subiendo por encima de $18 billones, y hay 94 millones de personas sin empleo y más de 100 millones que reciben algún tipo de «beneficio» del gobierno. Es alarmante, especialmente, cuando el gobierno quiere regular todos los aspectos de nuestras vidas. Es desastroso cuando un gobierno aprueba la muerte de los no nacidos y la redefinición del matrimonio y la familia, cuando ataca sistemáticamente al cristianismo bíblico, y cuando promueve la malévola obsesión para desarmar a los ciudadanos respetuosos de la ley. El gobierno de Obama tiene toda la intención de seguir promoviendo las fronteras abiertas y el multiculturalismo, que continuarán fundamentalmente transformando a la nación, por lo tanto, irá en aumento la intensificación y la agitación de la olla social.
Si esta tendencia continúa en Estados Unidos, sé honesto y responde a esta pregunta, ¿cómo crees que se verá el futuro de Estados Unidos?
¿Reconoces el nombre de Norman Mattoon Thomas? Si no es así, lo más probable es que estés familiarizado(a) con el nombre de American Civil Liberties Union (ACLU [La Unión Americana de Libertades Civiles]). Es una organización que está totalmente dedicado a destruir el cristianismo en nuestro país. Ellos creen erróneamente que Cristo puede ser eliminado, no sólo de la nación de Estados Unidos, sino del mundo. Thomas fue uno de los fundadores de la ACLU, junto con Roger Nash Baldwin, Crystal Eastman y Felix Frankfurter.
¿Por qué nos debe importar el conocer acerca de Thomas en particular? Por la siguiente razón: se postuló seis veces como un candidato a la presidencia por el Partido Socialista de Estados Unidos y fue un ministro presbiteriano estadounidense, famoso por su ideología socialista. Una cita bastante conocida se le atribuye, aunque eso es cuestionable debido a que muchos políticos del campo conservador la han utilizado. Si la dijo o no, no cambia su contenido: «El pueblo estadounidense nunca adoptará a sabiendas el socialismo. Pero, bajo el nombre de «liberalismo», adoptará cada fragmento del programa socialista, hasta que un día Estados Unidos será una nación socialista, sin saber cómo sucedió». Y otro dicho: «Ya no necesito correr como candidato presidencial por el Partido Socialista. El Partido Demócrata ha adoptado nuestra plataforma».
Comparemos lo anterior con lo que Roger Baldwin escribió en su libro Liberty Under the Soviets, (Libertad bajo los soviéticos), «Me uní. No me arrepiento de ser parte de la táctica comunista, la cual aumentó la eficacia de una buena causa. Yo sabía lo que estaba haciendo. Yo no era un liberal inocente. Quería lo que los comunistas querían …» Baldwin también especificó, «Estamos por el SOCIALISMO, el desarme, y en última instancia para abolir el Estado mismo … buscamos la posesión social de la propiedad, la abolición de la clase propietaria, y el CONTROL EXCLUSIVO de los que producen la riqueza. El COMUNISMO es la meta». [1]
¿Por qué Norman Mattoon Thomas abrazó la ideología antagónica a la perspectiva bíblica? Por la misma razón que otros antes que él que se criaron en la religión cristiana o judía lo hicieron; como por ejemplo, Charles Darwin (Anglicana), Karl Marx (de una familia judía convertida al cristianismo protestante), Friedrich Engels (fue criado como cristiano protestante) fue coautor con Marx de El Manifiesto Comunista (1848), Vladimir Lenin (de orígenes judío), Joseph Stalin (criado en la Iglesia Ortodoxa Griega y estudió para el sacerdocio) (1894-1899). Adolf Hitler (bautizado católico, fue monaguillo y quería ser sacerdote). Benito Mussolini (asistió a la Iglesia Católica con su madre; su padre era ateo). Otros cristianos, que se alejaron de la fe y se convirtieron en filósofos del socialismo, influyeron a todos estos hombres. Sus ideas, en su mayoría, siguen dominando todas las áreas de la vida estadounidense y su impacto aún está empujando el movimiento progresivo hacia adelante, y por lo tanto, menoscaban el paisaje moral y cultural de nuestro amado país.
La destrucción de su legado socialista, comunista y fascista es indiscutible; los siglos 19, 20 y 21 testifican contra ellos. Como se puede ver, no es suficiente que alguien lleve el nombre de cristiano o el de un conservador como una garantía de que su ideología se basa en la cosmovisión bíblica o en el consejo completo de Dios. Debemos buscar la evidencia y el resultado de su profesión.
Durante 200 años, los políticos estadounidenses han utilizado el lenguaje bíblico para ganar las elecciones. El problema ha sido que la mayoría de ellos eran y son lobos rapaces con piel de oveja.
Cuanto más profundo nos sumergimos en el caos social, más personas se desesperan; es muy triste decir que esto incluye a la mayoría de los cristianos. Jesús dijo que el propósito del Espíritu Santo era enseñar y guiar a sus seguidores a toda la verdad, (Juan 14:26; 16:12-14). A pesar de que esta promesa inicialmente fue dada a los apóstoles, ellos a su vez lo aplicaron a todos los creyentes. Juan el apóstol escribió cómo cada creyente en Cristo es capaz de tener el conocimiento de Dios, y lo complementó con la siguiente declaración: «no necesitan que nadie les enseñe lo que es la verdad. Pues el Espíritu les enseña todo lo que necesitan saber, y lo que él enseña es verdad, no mentira. Así que, tal como él les ha enseñado, permanezcan en comunión con Cristo», (1 Juan 2:20, 27). ¿Significa esto que todo lo que aprendemos de los que dicen que el Espíritu Santo les enseña a ellos es 100 por ciento acertado? Podemos aprender de ellos, pero somos responsables de procesar y discernir lo que oímos y vemos de los demás. Una cosa es cierta; nunca podemos ser independientes de la palabra revelada de Dios y pretender ser exactos. El Espíritu Santo es el autor de La Palabra y es el instrumento que utiliza para enseñar a los seguidores de Cristo a fin de que puedan crecer en la plenitud de Cristo e imitar a Dios (Efesios 4:13-14; 5:1). Dependemos totalmente del Espíritu Santo como nuestro maestro divino (Efesios 6:17; Juan 6:33; Efesios 5:18-19; Colosenses 3:16).
A principios de la década de 1930, los protestantes eran mayoría en Alemania (67%) y los católicos (33%), ¿dirías tú que Alemania profesaba claramente su fe y estaba dentro del campamento cristiano? Sin embargo, creyeron las mentiras de un hombre. Las únicas excepciones fueron una minoría de pastores y sus iglesias que se oponían al nazismo: el resto de la Iglesia profesante, y muchos otros, creyeron que las circunstancias no ameritaban oponerse a la demanda y a la persecución de los judíos.
En las naciones cristianas, los políticos corruptos utilizan siempre el lenguaje cristiano de amar a nuestro prójimo, la atención a los necesitados de alimentos, ropa, vivienda y salud, a unirse contra todo tipo de violencia y el control de armas, también conocido como la confiscación de armas de fuego.
Permíteme terminar con una parte del discurso de Hitler dirigido a la cristiandad en Alemania en Würzburg el 27 de junio de 1937. Nota cómo los protestantes, otros cristianos no confesionales, y los católicos fueron engañados para aceptar a Hitler como un cristiano. Aprendamos de lo que les sucedió a los cristianos cuando el Partido Socialista de los Trabajadores Alemanes Nacional (los nazis), tomó el control total de Alemania, y cuáles son las lecciones para los cristianos de hoy en Estados Unidos?
«En esta hora yo pido al Señor Dios sólo esto: que Él dé Su bendición a nuestro trabajo, y que Él siempre nos dé el valor para hacer lo que es correcto. Estoy convencido de que los hombres que son creados por Dios deben vivir de acuerdo con la voluntad del Todopoderoso. Ningún hombre puede moldear la historia del mundo a menos que en su propósito y su poder descansen las bendiciones de esta Providencia».