Rissa Arias

Ramón Arias | 9 de noviembre de 2015

Recientemente vi dos entrevistas sobre dos materias diferentes. La primera fue sobre los partidarios del candidato presidencial demócrata Bernie Sanders, quien admite abiertamente ser «Socialista Democrático.» A sus seguidores se les pidió explicar lo que es el socialismo, pero no tuvieron éxito en explicar la definición de lo que es el verdadero socialismo. No obstante, ellos, al igual que el senador Sanders, quieren que Estados Unidos sea totalmente socialista. [1]

Fue obvio para mí ver que los que estaban siendo entrevistados no sabían de la horrible historia del socialismo. Si sólo tomaran la iniciativa de utilizar su pensamiento crítico, verían la realidad del socialismo, algo que ya no se enseña en la Universidad. Ellos no tendrían que ir muy lejos para ver un ejemplo del socialismo si investigaran la vida tan cerca como 90 millas de las costas de la Florida en Cuba. ¿Por qué es que desde el triunfo de la Revolución Cubana (de 1953 a 1959), la gente todavía quiere salir de ese «paraíso socialista»? También si pudieran tomar un buen vistazo a lo que está ocurriendo en Venezuela y cómo ese experimento socialista está funcionando; aprenderían del caos social y la forma en que la nación está al borde del colapso.

¿Qué de Nicaragua socialista? ¿Son conscientes los amantes del socialismo del experimento socialista de corta duración en esa nación? ¿No se han preguntado aún por qué la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se derrumbaron? ¿Están incluso prestando atención a por qué China pasó de su sistema de paraíso socialista fallido a mezclarlo con el capitalismo para sobrevivir? Podría dar más ejemplos, pero creo que ya entiendes la idea.

Dudo que estos partidarios de Sanders han estudiado alguna vez los escritos de las siguientes personas con conocimientos sobre el socialismo:

«El tomar de uno, porque se piensa que su propia industria y la de sus padres ha adquirido demasiado, con el fin de ahorrarle a otros, cuyos padres no han ejercido la misma industria y habilidad, es violar arbitrariamente el primer principio de asociación, ‘la garantía a cada uno de un ejercicio libre de su industria, y los frutos adquiridos por ella'». – Thomas Jefferson

«Siempre he dudado de que los socialistas tienen de dónde agarrarse intelectualmente». – Friedrich Hayek 

«El socialismo es una filosofía del fracaso, el credo de la ignorancia, y el evangelio de la envidia, su virtud inherente es la distribución equitativa de la miseria». – Winston Churchill

«Los socialistas ignoran el lado del hombre, lo que es del espíritu. Ellos pueden proporcionar refugio, llenar tu estómago con tocino y frijoles, tratarte cuando estés enfermo, todas las cosas que están garantizadas para un prisionero o un esclavo. Ellos no entienden que soñamos – sí, incluso de algún día poder ser dueño de un yate».

«¿Cómo se distingue a un comunista? Bueno, es alguien que lee los escritos de Marx y Lenin. ¿Y cómo se le distingue a un Anti-comunista? Es alguien que entiende a Marx y a Lenin». – El presidente Ronald Reagan 

«Los socialistas gritan ‘Poder para el pueblo’, y elevan el puño cerrado cuando lo dicen. Todos sabemos lo que realmente significa – Poder sobre la gente, y el poder para el Estado». – Margaret Thatcher

«El problema con el socialismo es que se asemeja a una forma de enfermedad mental más que a una filosofía». – L. Neil Smith

«El socialismo se basa en la envidia y, finalmente, siempre crea un gobierno grande y muy potente controlado por gente muy mediocre que envidia cualquier éxito y lo destruye». – autor desconocido (describe perfectamente al socialismo).

«El socialismo en general tiene un historial de fracaso tan evidente que solamente un intelectual podría ignorarlo o evadirlo». – Thomas Sowell

«Todo el socialismo implica la esclavitud». – Herbert Spencer

Karl Marx era conocido por ser, entre muchas otras cosas, el padre del socialismo, lo que me lleva a la siguiente observación de que el socialismo viene en diferentes formas: el leninismo, socialismo «democrático», el socialismo comunitario y las estrechas relaciones entre el comunismo, el nazismo y el liberalismo.

El otro tema que vi en la segunda entrevista era sobre el punto de vista de los partidarios de Hillary Clinton que quieren implementar la ley Sharía en los Estados Unidos. [2] 

La ley Sharia es la ley islámica. Las personas entrevistadas sólo se están centrando en el nombre de la persona a la que apoyan a la presidencia, y todos querían dar la impresión de que estaban bien informados sobre el tema. Tengo serias dudas de que siquiera tienen la menor idea de lo que están deseando para los Estados Unidos en querer abrazar esa ley y el tremendo cambio cultural y caos que provocarán. O, tal vez ellos realmente quieren reemplazar el fundamento bíblico original que está desapareciendo rápidamente de Estados Unidos con la ley Sharía. Un viaje a los países musulmanes que practican la ley Sharía podría iluminarlos mejor que cualquier otra cosa.

El pensar que estas personas votan es de gran preocupación. La gente crea cultura basada en sus ideas sobre la vida y el mundo. Una nación no está nunca sin la influencia de las ideas que dictan su moralidad. La misma preocupación es con todos, que incluye a los cristianos profesantes que están mal informados en todos los ámbitos de la vida.

¿Está tu pastor educando a la congregación profundamente sobre los dos temas tratados en esta lista? ¿Está tu pastor educando en cada tema que va en contra de la moral de Dios? Si él o ella no lo está haciendo, entonces te hago a ti la pregunta:  ¿estás educándote a ti mismo, a tu familia y a tus amigos sobre las cuestiones sociales que están desgarrando a esta nación? ¿Te ves haciendo la diferencia para revertir esta tendencia?

El cristianismo estadounidense puede confiar en la veracidad histórica del antiguo Israel. Puesto que Dios no cambia Sus principios morales y el plan para Su pueblo, veamos hacia atrás a la historia y aprendamos de las consecuencias de ser engañados por las tendencias decadentes de la sociedad y pongámonos del lado de Dios para cumplir Su voluntad.

Oseas fue un profeta, o reformador social, enviado por Dios para lidiar con la infidelidad de Israel en el siglo VIII antes de Cristo durante los reinados de Uzías y Jeroboám II. Después de las campañas militares exitosas de Jeroboám II (2 Reyes 14:25-26), Israel experimentó una época de abundante prosperidad económica y de libertad. Sin embargo, como los israelitas se hicieron más ricos, su condición espiritual disminuyó, llevándolos eventualmente a abandonar su pacto con Dios (Oseas 6:7; 8:1).

Lean con cuidad el siguiente pasaje que se encuentra en Oseas 4:1-11:

“¡Escucha la palabra del Señor, oh pueblo de Israel! El Señor ha presentado cargos en tu contra, diciendo: «No hay fidelidad, ni bondad ni conocimiento de Dios en tu tierra. Haces votos y los rompes; matas, robas y cometes adulterio. Hay violencia en todas partes; un asesinato tras otro. Por eso la tierra está de luto y todos desfallecen. Hasta los animales salvajes y las aves de los cielos y los peces del mar desaparecen. ¡No señales a otro para echarle la culpa! ¡Mi queja, sacerdotes, es con ustedes! Así que tropezarán en plena luz del día y sus falsos profetas caerán con ustedes durante la noche. Y destruiré a su madre Israel. Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce. Así como ustedes, sacerdotes, se niegan a conocerme, yo me niego a reconocerlos como mis sacerdotes. Ya que olvidaron las leyes de su Dios, me olvidaré de bendecir a sus hijos. Mientras más sacerdotes hay, más pecan contra mí. Han cambiado la gloria de Dios por la vergüenza de los ídolos. Cuando la gente lleva su ofrenda por el pecado, los sacerdotes se alimentan. ¡Por eso se alegran cuando el pueblo peca! “Y lo que hacen los sacerdotes, el pueblo también lo hace”. Así que ahora castigaré tanto a los sacerdotes como al pueblo por sus perversas acciones. Comerán pero seguirán con hambre. Se prostituirán pero no lograrán nada, porque han abandonado al Señor para rendir culto a otros dioses. El vino le ha robado el entendimiento a mi pueblo»”.

Al igual que nuestro cuerpo físico nos avisa cuando algo anda mal, así es con la nación. Contamos con todos los síntomas de una gran nación que está por morir; pero no tienes que tomar mi palabra o confiar en lo que digo con respecto a esto. Haz tu propia investigación de la verdadera historia que no ha sido modificada. La destrucción de los Estados Unidos no va a ocurrir debido a los incrédulos, sino a causa del pueblo de Dios que rechaza el conocimiento como se revela en las Escrituras.

El futuro de la gloria de Estados Unidos o de su vergüenza depende de todos los cristianos profesos, o por lo menos, en los que quieren hacer la voluntad de nuestro Padre celestial. Si bien es cierto que hay consecuencias por estar mal informado, también es cierto, y probado por la historia, de los grandes beneficios que vienen de estar informado de los planes de Dios y por ponerlos en práctica.

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