Este editorial fue escrito hace dos años. Su contenido, sin embargo, hace que sea igual de relevante debido a nuestro clima político. Mucho ha pasado en dos años, no obstante, las respuestas a nuestros problemas se están volviendo cada vez más evidentes a medida que seguimos viendo el colapso de nuestra cultura. Si hemos de sobrevivir como pueblo debemos estar dispuestos a echar un vistazo duro y no eludir nuestras responsabilidades personales y obligaciones como ciudadanos de una nación y ciudadanos del cielo.
Ramon Arias | 5 de mayo de 2014
¿Alguna vez te haz preguntado por qué la gente, en especial algunos «cristianos», son tan obstinados en señalar que la política y los políticos están sucios? ¿Por qué algunos creen que es mejor no involucrarse en la política? A pesar de que millones de personas, a sabiendas o no, piensan que son apolíticos, yo te pregunto, ¿existe tal cosa? Muchas preguntas como éstas abundan en las mentes de la gente. ¿Es correcto no involucrarse en la política, sencillamente vivir y dejar vivir o hay algo en este modo de pensar que deberíamos examinar?
Brevemente, empecemos con la última pregunta: ¿Existe tal cosa como una persona apolítica? Técnicamente sí, hay millones de personas que no están interesadas o preocupadas por la política. Sin embargo, hablando claramente, nomás porque la gente no está interesada en la política o no les preocupa, esto no los exime de la participación en el proceso político de su sociedad. He aquí por qué, la palabra ciudad en griego es polis, y politikos significa los asuntos de la ciudad. Aquellos que dicen que son apolíticos podrán confirmar su rechazo a cualquier participación con un partido político y el proceso de elección de los individuos a los cargos públicos, pero están lejos de ser inmunes a los efectos de la política en sus vidas. Todos somos afectados por lo que sucede en nuestra comunidad, ciudad, condado, estado o nación, e incluso lo que sucede en el mundo. Al no participar en los procesos políticos ya las personas están involucradas. No hay tal cosa, de que, «Yo no voto». Al no votar ya están a favor de lo que la mayoría de los votos elige, por lo tanto, aceptan el resultado de las decisiones de los demás. No hay inmunidad aquí para cualquier persona, independientemente de las creencias personales.
La verdad es que nadie puede escapar de participar todos los días en la política. Los problemas de la vida siempre están ante nosotros, no sólo durante las temporadas de campañas y elecciones. Si alguien niega que todos los problemas son políticos entonces no entienden la naturaleza, la fuente, ni las consecuencias duraderas de esas cuestiones. George Orwell escribió: «Todas las cuestiones son cuestiones políticas, y la política en sí es una masa de mentiras, evasiones, locura, odio y esquizofrenia».1
Orwell estaba en lo correcto en la evaluación de la política de su tiempo clasificándola como mentiras, evasiones, locura, odio y esquizofrenia. No mucho ha cambiado desde entonces, ¿verdad? Si ésta es la única perspectiva que hay en la política son escenarios realmente sombríos para la condición nacional y mundial de la humanidad. Si no hay otra opción, entonces hay razones válidas para perder la esperanza en la política y los políticos. Orwell hizo una evaluación correcta, no obstante, una pregunta que debemos plantear claramente a su evaluación es, ¿qué alternativa existe para corregir la política? O, ¿estamos condenados a estar bajo tal perspectiva del mundo para siempre? Vamos a llegar a las respuestas en un momento.
Entonces, ¿están las personas mal en su evaluación de la política? No. En realidad no existe tal posición, la misma naturaleza de la existencia humana no lo permite. No hay tal cosa como la neutralidad moral. La ley universal de la acción y la reacción, que por cierto no sólo se aplica a la física (la ley del movimiento de Newton), sino a todos los ámbitos de la vida, que incluye la política lo entendamos o no. No importa si aceptamos este hecho o lo rechazamos. Esto también debe responder la segunda pregunta: ¿Por qué algunos creen que es mejor no involucrarse en la política?
La primera pregunta es, ¿por qué la política y los políticos están sucios? Esta pregunta tiene una respuesta sencilla y, sin embargo para la mayoría, puede ser difícil de entender.
¿Podemos separar al político de su política? Una respuesta inteligente sería que no. Un político es una persona con creencias personales que le llevan a actuar de acuerdo con esos conceptos. No es raro escuchar a los políticos, sobre todo los que tienen mayor acceso a la plataforma nacional, cambiar constantemente su posición en temas sociales, lo cual es otra manera de decir la moralidad. Los que en un momento estaban en contra de la matanza de los bebés en el vientre de la madre, después de ver los números de las encuestas, cambian su posición debido a que más personas quieren seguir matando a los bebés. Esto es cuando escuchamos a los políticos dar un giro de ciento ochenta grados y traicionan su convicción previa al decir que han cambiado su posición de estar en contra a estar a favor de una cuestión crítica. Es evidente que ganar una elección es todo lo que les importa.
Lo mismo sucede en otras áreas. Mencionaremos sólo unas pocas y luego puedes decidir cuando hagas un poco de análisis por tu propia cuenta. La lista es perturbadora, tal como ignorar y destrozar la Constitución, el control gubernamental de la educación, los intentos para el control total de la libertad de expresión, el matrimonio entre personas del mismo sexo, todos los niveles de gasto público, aumento constante de los impuestos y la deuda nacional, el cuidado de la salud, la determinación de las tasas de interés, la desviación del poder ejecutivo, los escándalos morales de los políticos, el mal manejo de los recursos energéticos, la reactivación del prejuicio racial, la inmigración ilegal, la política al exterior, la violación abierta de la Segunda Enmienda para confiscar las armas de las personas, y mucho más. Puede ser abrumador el querer seguir de cerca lo que está pasando en la política; todas las leyes que siguen inventando con el fin de ejercer un mayor control de la sociedad.
La mayoría de los políticos que tienen un entendimiento claro en todos estos temas y lo destructivo que son, cuando sienten la presión, los oímos hablar de un cambio de pensar y unirse a aquellos que quieren perpetuar el daño a la sociedad. Por supuesto, al parecer, todo se hace por el bien de todos por lo que los convierte en los dioses de la nación. No van a aceptar cualquier reto, es decir, hasta que la gente despierte y acepte su responsabilidad por el estado de la nación. La corrupción engendra corrupción – es su naturaleza, y no podemos esperar un resultado diferente, es decir, a menos que la persona tenga un cambio de parecer para hacer lo que es históricamente correcto y probado por el tiempo.
Si, la política es sucia, corrupta y es el resultado de las ideas y decisiones de los políticos, entonces, ¿qué tiene que cambiar? Tu sabes la respuesta a esa pregunta, ¿verdad? Bueno, me alegro de que la respuesta sea obvia para ti.
El rey Salomón es conocido por haber sido la persona más sabia antes de Jesús, y, sin embargo, cuando murió dejó una nación sobrecargada con una carga tributaria y en la confusión porque él se apartó de la obediencia a la ética de Dios y la sabiduría que Él proveyó para él. Sin embargo, él escribió acerca de los absolutos morales a pesar de que no siguió su propia comprensión de los mismos:
«La justicia engrandece a la nación, mas el pecado es afrenta de las naciones …. Cuando los justos se multiplican, el pueblo se alegra, mas cuando domina el impío, el pueblo gime», (Proverbios 14:34, 29:2).
Aquí tenemos la respuesta a la pregunta de por qué la política y los políticos están sucios. Simple y sencillamente, no se le puede dar vuelta al asunto, el pecado en la vida de las personas produce la maldad y todo en la vida y las instituciones sociales se desboca.
El mal no aparece de la nada en la sociedad, la gente o abraza y vive por la ética de Dios o abraza la ética maligna. Cada una produce el fruto de acuerdo a su naturaleza. Es uno o el otro. Ambas han estado en guerra en la historia humana por más de seis mil años.
Si eres uno de los que creen que hay una separación entre el pecador y el pecado, entonces tienes muchas explicaciones que dar, porque esa no es la forma en que el Dios de la Biblia lo explica desde Génesis hasta el Apocalipsis. Desde la perspectiva ética de Dios, el pecador debe arrepentirse de sus pecados y apartarse de sus malos caminos, si no, habrá consecuencias que enfrentar en el presente y en el futuro de su vida personal, familiar, comunitaria y nacional.
¿Queremos que los Estados Unidos de América tenga un futuro mejor y recupere su libertad y no siga por la pendiente resbaladiza de la corrupción? Entonces los cristianos en esta país deben entender lo que los antepasados y los Padres Fundadores entendieron sobre la naturaleza humana pecaminosa. Debemos ser conscientes al elegir a los políticos y buscar en qué consiste su moral y su carácter:
«Cada ciudadano debe recordar en el momento que está ofreciendo su voto que él no está entregando un regalo o un cumplido para agradar a una persona – o por lo menos que no debe hacerlo así, pero que está ejecutando una de las más solemnes confianzas en la sociedad humana por el cual él es responsable ante Dios y su país «. – Samuel Adams (1781)
Mucho antes de la revolución americana Samuel Adams en 1748, dijo: «Es un gran error imaginar que el objeto de la lealtad es la autoridad y el interés de un hombre individual, no importa qué tan dignificado sea el aplauso o enriquecido por el éxito de las acciones populares.» – Samuel Adams, Lealtad y Sedición, ensayo en The Advertiser, (1748)
Históricamente, el hombre que quiere agradar, al final, destruye todo lo que anhelaba. El hombre que quiere agradar al hombre es muy inconstante en todos sus caminos; es una tontería confiar en ellos. Estoy de acuerdo 100% con Samuel Adams, el Padre de la Revolución Americana; somos responsables ante Dios y al país por el resultado social.
Por otro lado, cuando las personas quieren hacer la voluntad del Dios de la Biblia entienden que la justicia es el resultado de la aplicación de las normas éticas de Dios en todas las áreas de la vida. Lo que producen es siempre de gran beneficio para todos, incluyendo a los que rechazan la existencia de Dios.
Esta es la razón porque otro Padre de la Patria fue claro acerca de quién debe ser elegido para un cargo público: «La Providencia ha dado a nuestro pueblo la elección de sus gobernantes, y es el deber y el privilegio y el interés para nuestra nación cristiana, seleccionar y preferir a los cristianos para que sean sus gobernantes » – John Jay Presidente del Congreso; Diplomático; Juez original de la Presidencia de la Corte Suprema de los EE.UU., y el gobernador de Nueva York.
Sí, la política está sucia, y necesita una limpieza total. ¿Qué estás dispuesto a hacer? No te desesperes pensando en todo lo que no tiene remedio únete a los millones de estadounidenses que están despertando y quieren restaurar a esta nación bajo Dios.
¿Qué dices Estados Unidos? Los Padres Fundadores lo hicieron, ¿crees que se puede hacer de nuevo? No perdamos de vista las instrucciones que Dios le entregó a Josué para el éxito de la realización de cualquier tarea, sin importar qué tan monumental las probabilidades puedan ser (Josué 1:5-9).
Te recomiendo altamente que te familiarices con y des a conocer a cuantas personas te sea posible los conceptos escritos muy acertados y a tiempo por Joel McDurmon en su libro: “Restoring America: One County at a Time” [Restauración de América: Una condado a la vez]. Es una visión inspiradora y práctica para Estados Unidos basada en la Biblia, que abarca diez áreas principales de la vida: la educación, el bienestar social, los gobiernos locales, los gobiernos estatales, los impuestos, las áreas monetarias y bancarias, los mercados libres, los tribunales, la guerra, el ejército y el poder ejecutivo. Puedes adquirir este libro en nuestra página de Internet aquí [en inglés] o puedes descargarlo en formato PDF aquí [en inglés].