¿Se debe considerar intolerante no apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo?

por Ramon Arias

Antes de contestar si se debe considerar que no apoyar el matrimonio entre personas del mismo sexo es intolerancia, contestemos las siguientes preguntas. ¿Por qué no es normal que una persona robe, que mate, que viole o que cometa cualquier otra clase de crimen? Porque existe una ley civil moral que dice que no lo es y quienes la violen serán penalizados. ¿Se podrán violar las leyes de la física sin recibir las consecuencias? Por supuesto que no, ninguna persona mentalmente sana podría decir que sí.

¿Qué nos hace pensar que ir en contra de la naturaleza es normal? Específicamente en el caso de las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo. Los mismos animales saben que el sexo tiene como finalidad la reproducción del género, entiendo que hay algunas excepciones. El solo hecho que se tenga que debatir en el Senado una ley de enmienda para que se prohíba el reconocimiento matrimonial entre personas del mismo sexo es una clara señal de la decadencia moral. Aquellos Senadores que se opongan a esta enmienda están del lado de la historia que por milenios ha condenado a las civilizaciones que creyeron que las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo eran normales sólo para terminar en una desastrosa ruina. La relación sexual entre personas del mismo sexo jamás ha sido una relación normal por la sencilla razón de que el hombre y la mujer fueron creados sexualmente diferentes para poder cumplir el propósito de reproducción en un entorno llamado familia. Por miles de años ésta ha sido la verdad y el pilar de sociedades sólidas. El matrimonio entre un hombre y una mujer tiene sentido común, es la lógica y es una verdadera vergüenza, pero necesaria, tener que recurrir a enmendar una ley que de una vez por todas deje aclarado que la familia es la que trasmite los valores morales, desarrolla el carácter de sus miembros y la salud de la sociedad en general. Recordemos que como se encuentre la familia es como se encuentra la nación. 

Ningún Senador que comprenda el diseño original de la familia debe atreverse a redefinir la función familiar, más bien, sin importar el precio político que deba pagar debe mantenerse firme en proteger lo más valioso de una nación: la familia tradicional. Aquellos Senadores que quieran hacer creer a las personas de su distrito que los republicanos están jugando política deben considerar seriamente que esta enmienda no se trata de política, sino de la sanidad moral de la nación y el futuro de ésta y de las siguientes generaciones.

Quienes consideren que ésta es una distracción de campaña política y que el Senado no debería gastar energía ni tiempo en una enmienda relacionada con el matrimonio, sino que deberían enfocarse más en cuestiones de seguridad nacional, inmigración, plan de la salud y muchos otros malestares sociales, están equivocados. Están equivocados porque si se destruye el fundamento normal de la familia, muy pronto seguirá la destrucción total de la sociedad debido al comportamiento inmoral del ser humano. Este tema de la enmienda matrimonial es tan importante como cualquier otro tema de seguridad nacional.

No pasemos por alto que los jueces activistas son los culpables de que esta enmienda sea necesaria. Son culpables por su arbitrariedad de no respetar el voto de la sociedad en los estados en los que se ha rechazado el matrimonio entre personas del mismo sexo. Si la mayoría de Senadores no apoyan esta enmienda, están enviando un mensaje bastante claro a la nación y ese mensaje es dejarle saber a la sociedad en general que ni su voz ni su voto cuenta. Señoras y señores del Senado, piensen bien en su decisión, su voto no debe ser porque son demócratas o republicanos, sino porque valoran el fundamento de la familia tradicional que es una institución digna de ser defendida. Su voto a favor de la enmienda no es un voto de discriminación o un insulto a una minoría, sino favorecer los cimientos que pusieron los padres fundadores de la nación. Prestemos atención a las palabras de aquel que es digno de ser admirado no sólo por sus grandes victorias en su lucha contra Inglaterra, sino por su convicción moral: “Cada que se acepta la influencia de una educación refinada en la mente de cierta estructura peculiar, la razón y la experiencia nos prohíben esperar que la moralidad nacional pueda prevalecer al ser excluido el principio de religión”. – George Washington

Toda persona que piense que el matrimonio entre personas del mismo sexo es normal debe conocer los hechos históricos. Ninguna civilización que ha aprobado el estilo de vida homosexual como algo «normal» ha sobrevivido por mucho tiempo. Aprobar el matrimonio entre personas del mismo sexo sería un clavo más en el ataúd de los Estados Unidos. Negar el matrimonio entre personas del mismo sexo no es un acto de intolerancia, sino una acción para la sobrevivencia nacional.