Ramón Arias | 25 de abril de 2016
¿Cuándo fue la última vez que viste una foto del planeta Tierra tomada desde el espacio? Se trata de una hermosa forma suspendida en el espacio, se ve tranquila y acogedora, ¿no es así? Pero si se compara con los planetas vecinos de nuestro sistema solar, simplemente no hay comparación. Sin embargo, es otra historia muy distinta estar en este planeta con todas las convulsiones históricas y sociales que generación tras generación han vivido y continuarán viviendo.
¿Alguna vez has considerado que tomaría muy poco para destruir nuestro planeta? Puede suceder por fuerzas externas tales como meteoritos, erupciones solares o por la tierra acercándose un poco más cerca al sol o alejarse de él; somos realmente muy frágiles. Uno podría pensar que la relación del hombre y su desarrollo a lo largo de los siglos es como si fueran los dueños de su destino y que son imparables en su búsqueda de lograr su visión de la vida y el mundo. ¿Alguna vez has considerado que todo se reduce a la fe de la gente? La fe es la fuerza impulsora detrás de sus convicciones y logros para determinar si van a ser constructivos o destructivos.
¿Qué tipo de fe crees que domina a las naciones, incluyendo a los Estados Unidos? Es imposible que una persona no tenga fe, incluso si con orgullo o arrogancia profesa no tener una. Desde el momento en que nos levantamos por la mañana hasta el momento que volvemos a la cama por la noche, estamos interactuando con la fe; incluso aunque nadie preste atención, no cambia el hecho de que todos nos movemos en la fe. Basta pensar en todas las cosas que haces en un día, y por un momento darte cuenta de cuánta fe tienes que usar para cada acción que tomas. Sé que es probable que hayas experimentado la muerte de alguien a tu alrededor o sabes de la muerte inesperada de alguien que sorprende a las personas y les hace ver la realidad; es un recordatorio de que la vida llegará a su fin en este mundo. La muerte es parte de la vida, e inevitablemente se enfrentará cuando nos llegue la hora. La mayoría de la gente ve a la muerte como el paso final de su existencia y de acuerdo con su fe que tienen verán qué sigue o si se trata de algo o nada. ¿Para qué queremos vivir? Esta es una pregunta que tiene una respuesta en la fe de todos.
No dejes que los ateos, agnósticos, o los humanistas te engañen cuando los escuchas presumir de no tener fe simplemente debido a su negación de la existencia de Dios. Ellos también tienen que ejercer la fe diariamente. Desde los que niegan la existencia de la dimensión espiritual y todas las religiones conocidas que hacen una profesión de fe en su marca de fe; la fe de todo el mundo se manifiesta en la cultura, y se puede aprender mucho acerca de las acciones de las personas.
La definición de la fe del diccionario Merriam-Webster es la siguiente:
1a: lealtad al deber o a una persona: solidaridad b (1): fidelidad a las promesas (2): la sinceridad de las intenciones
2a (1): la creencia y la confianza y la lealtad a Dios (2): la creencia en las doctrinas tradicionales de una religión b (1): firme creencia en algo para lo que no hay ninguna prueba (2): confianza completa
Como podemos ver, es imposible que alguien pueda pensar que no tiene fe. ¿Captaste la parte de la definición que dice, «firme creencia en algo para lo que no hay ninguna prueba»? Esto incluye la fe religiosa secular del ateísmo, la evolución y el humanismo.
Ni uno de los aspectos de la acción humana carece de la fe secular en la ciencia, el derecho, la economía, la política, la educación, el entretenimiento, y en pocas palabras, toca todos los ámbitos de la vida. ¿Están haciendo las naciones progresos positivos con su fe secular o se están llevando a sí mismos y a su gente al precipicio? Lo mismo puede decirse de todas las religiones, ¿hacia donde llevan a la gente y a las naciones que influyen?
La fe humanista secular se está colapsando en todo el mundo, por difícil que parezca de creer, es un hecho. Algunos pueden decir que toda la evidencia está en contra de mi evaluación sobre todo cuando estamos viendo cómo el cristianismo está siendo atacado incluso en Estados Unidos. La razón para el fracaso de la fe secular para mejorar el mundo está en el resultado. Es la misma enfermedad que ha asolado a la humanidad a lo largo de la historia, una fe que se basa en mentiras.
No hay duda de que la mayoría de los que pertenecen a la religión cristiana y profesan la fe en Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo y las Escrituras no pasan la prueba de una verdadera profesión de fe; el estado actual de la sociedad es la evidencia que los acusa. Dos mil años de cristianismo y los errores cometidos por los creyentes no han descalificado a la fe bíblica.
La fe bíblica es una experiencia dinámica para los que se convierten y siguen a Dios en la obediencia; esto es lo que revela la historia antes y después de Cristo. Desde Génesis hasta Apocalipsis, las Escrituras tienen mucho que enseñarnos acerca de los efectos revolucionarios de la fe bíblica.
La mejor manera de encontrar la definición de la fe es en la carta a los Hebreos:
“La fe es la constancia de las cosas que se esperan, la comprobación de los hechos que no se ven. Por ella recibieron buen testimonio los antiguos. Por la fe comprendemos que el universo fue constituido por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. …. Y sin fe es imposible agradar a Dios, porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.” (Hebreos 11:1-3, 6)
Yo te animo a leer y a estudiar Hebreos capítulo 11, en profundidad. Fue escrito hace dos mil años para alentar a los judíos a aceptar a Jesús el Mesías prometido. El escritor describe el valor y los logros de aquellos cuya fe se centró en el conocimiento de la verdad revelada de Dios. Tenlo por seguro que nunca fue una fe equivocada y débil como lo que se enseña en el cristianismo apóstata moderno, lo que hace cobardes al pueblo de Dios quien los compró a un precio muy alto con la sangre de Cristo.
La fe bíblica se basa en el conocimiento relevante de Aquel que creó todas las cosas. Él es la única fuente fiable de las promesas verdaderas siempre y cuando garanticemos de nuestra parte la obediencia y la lealtad. El nivel de conocimiento de Dios hace que la fe se base en la verdad, sin lugar para vacilaciones; que genera una enorme y apasionada manera de vida contra todo pronóstico. Por último, la fe está coronada con una dimensión de confianza, que es, literalmente, fuera de este mundo. Dios, nuestro Padre celestial, se convierte en la fuente de nuestra confianza y no hay nada ni nadie que pueda compararse con él. Nada puede hacer que nuestra confianza tropiece porque sabemos quien controla todas las cosas.
La definición bíblica de la fe ha demostrado ser el verdadero conocimiento, ya que no se origina con un hombre mortal. Por lo tanto, es impecable. Es una fe probada a través del tiempo y siempre resulta ser genuina. Este tipo de fe nos hace ganar esa confianza; es la única salvación para la humanidad. Todas las otras religiones nunca han sido capaces de destruir a los de la fe bíblica. Podrán perjudicar a sus cuerpos físicos o causarles la muerte física, pero no los destruirán. La historia y el presente nos dice quienes son los conquistadores finales; Jesús es el modelo a seguir: “Más bien, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.” (Romanos 8:37)
Dios Todopoderoso tiene el plan de restauración de este mundo, somos salvos por medio de Cristo, para ser parte de ese plan maravilloso en el aquí y ahora. Desde la distancia en el espacio, este planeta se ve muy hermoso, porque lo es y la intención original se llevará a cabo con la paz y las naciones gozarán de los beneficios de la ley de Dios.
Los cristianos nominales y los no cristianos tienen una opción, o bien permanecen en su marca de fe o abrazan y experimentan la fe bíblica perfecta y se convierten en formar parte del pueblo de Dios, que es una fuerza real a tener en cuenta. Hay que tener en cuenta que también nosotros tendremos que dejar este mundo. Y podemos afirmar, como lo hizo el apóstol Pablo, antes de que el emperador perverso de Roma, Nerón lo ejecutara por decapitación: «He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.» (2 Timoteo 4:7)
De verdad que todo depende de qué fe estamos abrazando.