Ramón Arias | 18 de enero de 2016
Hay muchas naciones tercer mundistas que han modelado su forma de gobierno como el de los Estados Unidos. También tienen su discurso anual del Estado de la Unión, pero la población no cree nada de lo que oyen. Ellos están acostumbrados a escuchar mentiras, es un problema generacional por siglos. Cuando el ejecutivo presenta su año de logros en el discurso del Estado de la Unión esto significa absolutamente nada; la gente ya no se impresiona. Su realidad social refuta todas las palabras vacías en el discurso por más elocuente que este sea de cómo las cosas marchan de manera maravillosa y lo seguirán siendo.
En el pasado, los presidentes de Estados Unidos hacían todo lo posible para presentar sus logros; era una época en la que sabían que la gente no podía ser engañada todo el tiempo. No se atrevían a presentar una realidad que habría equivalido a escupir al aire y que les caiga en sus rostros.
A medida que más personas cambiaron su moral y abrazaron una forma narcisista de la vida, no les importaba lo que hicieron sus funcionarios electos, siempre y cuando pudieran seguir recibiendo los beneficios desde la cuna hasta la tumba. Esta mentalidad está arraigada en aquellos que están en el poder, sabiendo que el lavado de cerebro de la población por más de 170 años había funcionado. Todo el mundo sabe que la gente desinformada no presenta desafío alguno.
El último discurso de Obama sobre el Estado de la Nación aborda cinco temas: la economía, la seguridad nacional, desafíos urgentes, la política y el futuro. Como era de esperarse, los verdaderos conservadores están disgustados con lo que oyeron respecto a todos los «grandes logros» de los últimos siete años y lo que Obama prometió hacer en su último año que le queda en el cargo. Los conservadores pueden señalar claramente el mal récord de Obama y no pueden entender por qué se avergonzó a sí mismo diciendo tantas mentiras y tantos engaños inteligentemente diseñados. Pero, por supuesto, desde un inicio él ha manifestado esa habilidad extraordinaria para engañar.
Sólo aquellos que se benefician cuando un gran gobierno tiene el control estuvieron de acuerdo con los logros de Obama: la economía benefició a los que dependen del sistema de bienestar social, lo que incluye a los beneficiarios del mundo empresarial. No les importa que en siete años la deuda nacional se duplicó y los impuestos y los reglamentos para los negocios se dispararon. ¿Recuerdas cuando Obama le llamó a la deuda nacional de diez billones de dólares antipatriótico? Para aquellos que están del lado de la cosmovisión socialista piensan que la seguridad nacional está muy bien, no ven ningún problema y le dan la bienvenida a los votantes más incompetentes y beneficiarios de ayudas sociales para que los mantengan en el poder. Esto significa la apertura de fronteras y no se molestan en cuento a los horrores que están sucediendo en Europa que ha tendido su alfombra de bienvenida para los refugiados. Los retos urgentes para ellos siguen siendo los que se aferran a sus Biblias, sus armas, y la cosmovisión de los Antepasados que quieren que Estados Unidos regrese a su fundamento original de la Biblia y la Constitución.
Los socialistas quieren que la política sea dominada por su ideología atea y quieren acabar con todos los demás. Y el futuro, bueno, si las cosas continúan en el camino que van, la tarea de transformar radicalmente a la nación se logrará. Ellos ven al mundo dominado por unos pocos elitistas que, según ellos, saben lo que es mejor para la humanidad.
Aunque la frustración es comprensible, no debería haber ninguna sorpresa en el último discurso de Obama. Los Estados Unidos que Obama se comprometió a transformar va a paso acelerado. Fue reelegido para ese fin. Millones que están de acuerdo con él de que había que transformarla conforme a su visión de una nación diferente, pues aquí la tenemos. Las personas con una visión de crear una sociedad de acuerdo a su propia imaginación han tenido la determinación para lograrlo y lo han estado haciendo durante miles de años. No importa si esa visión resulta ser fatal, otros vienen y desenterrar los restos del pasado; se abrazan de esas ideas fallidas de nuevo y las presentan como la esperanza real y el cambio para seguir adelante. ¿Puedes acertar cuál será el resultado en el futuro?
En su último discurso, Obama dio su vuelta de victoria, y con justa razón. Todo lo que quería llevar a cabo lo ha logrado porque no ha sido cuestionado y tarde o temprano la supuesta oposición ha sucumbido a su agenda. La mayoría de los «conservadores» en el Congreso se han unido con los demócratas socialistas / comunistas o son demasiado cobardes para presentar cualquier tipo de oposición. Durante el gobierno de Obama fuimos testigos de la anulación de una de las ramas del gobierno, el Congreso, y ahora vemos al Poder Judicial que se perfila para su salida. No te enojes por el discurso de la vuelta de victoria de Obama; cualquier enojo debe dirigirse a los que saben qué hacer, pero se niegan a hacerlo, a eso se le llama indignación justa.
A estas alturas debes de saber que los demócratas y muchos republicanos quieren un Estados Unidos diferente. Ellos odian cualquier cosa que se asemeja al fundamento bíblico de Estados Unidos, a la Declaración de Independencia, la Constitución y a la Carta de Derechos. Ellos tontamente no temen el no tener en cuenta a la Palabra de Dios y han destrozado los otros tres documentos de la fundación de esta país; es sorprendente que sus seguidores incautos los celebran. Esta es la razón por la que James Madison escribió: “Un despotismo electivo no fue el gobierno por el que luchamos; sino uno en que los poderes del gobierno deben ser tan separados y equilibrados entre los diferentes cuerpos de la magistratura para que nadie podría trascender sus límites legales sin ser efectivamente controlado y refrenado por los demás”.
Una cosa es cierta; los Estados Unidos de Obama aun no están del todo fundamentalmente transformados todavía. Eso significa que hay un rayo de luz de esperanza. Habiendo dicho esto, hagamos lo mejor para prepararnos para el próximo año y la tormenta social nacional que se avecina. Un año es lo que la izquierda tiene para estar a la cabeza del poder ejecutivo y hará todo lo posible para forzar su agenda en nuestras gargantas, si es posible. Por supuesto, no tienen planes para aflojar su control sobre lo que se ha convertido en el premio político más alto. Su meta es que la presidencia de los Estados Unidos sea la sede de la tiranía, este es su objetivo, y como lo han demostrado «un teléfono y una pluma (bolígrafo)» funcionan bastante bien.
¿Cuál debe ser nuestro plan de acción? En medio de toda esta agitación siempre debemos recordar y nunca olvidar quién tiene realmente el control, no sólo de este país sino en el mundo y el universo; ¡Él Reina Supremo!
“Porque el Señor es nuestro juez, el Señor es nuestro legislador, el Señor es nuestro rey; Él nos salvará». (Isaías 33:22)
Nuestro Dios Todopoderoso se mantendrá vigilante sobre los que dicen estar de Su lado para ver si respondemos a Su llamado. Meditemos en el cántico de Moisés que expresó antes que el pueblo de Israel entrara a la tierra prometida:
“Presten atención, oh cielos, y déjenme hablar; Y oiga la tierra las palabras de mi boca. Caiga como la lluvia mi enseñanza, Y destile como el rocío mi discurso, Como llovizna sobre el verde prado Y como aguacero sobre la hierba. Porque yo proclamo el nombre del Señor; Atribuyan grandeza a nuestro Dios. ¡La Roca! Su obra es perfecta, Porque todos Sus caminos son justos; Dios de fidelidad y sin injusticia, Justo y recto es El. En forma pervertida se han portado con El. No son Sus hijos, debido a los defectos de ellos; Son una generación perversa y torcida. ¿Así pagan ustedes al Señor, Oh pueblo insensato e ignorante? ¿No es El tu Padre que te compró? El te hizo y te estableció. Acuérdate de los días pasados; Considera los años de todas las generaciones. Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber; A tus ancianos, y ellos te lo dirán”. (Deuteronomio 32:1-7)