Inocentes días festivos: la verdadera historia del Halloween y Día de Muertos

Por Ramón Arias 

INTRODUCCIÓN

A finales de octubre se celebra con gran expectación una fiesta dirigida a niños, jóvenes y adultos. Por todas partes se anuncian atuendos y disfraces que van desde lo más sencillo hasta lo más grotesco que la mente humana pueda concebir. ¿Por qué tanta conmoción en estas fechas? Por las fiestas del Halloween, entusiastamente promovido por las escuelas y los lugares de moda. Sin embargo, esta “inocente” celebración dista mucho de ser lo que la gente cree. La realidad es más profunda y traerá consecuencias en la vida de quienes se involucran en esta festividad. Ignorar sus efectos no nos hace inmunes a ellos y, en los últimos años, por si fuera poco, en México se ha levantado como alternativa la recuperación del tradicional Día de Muertos para contrarrestar esta festividad “extranjera”, ¿será la mejor opción?

¿Te has preguntado sobre la existencia de demonios y espíritus de maldad? ¿Crees que existe un mundo invisible con poder de manifestación en el mundo material? ¿Puede el hombre aspirar al conocimiento de fuerzas ocultas? ¿Dónde se puede encontrar el verdadero conocimiento?

Podemos afirmar que el verdadero conocimiento proviene de la Palabra de Dios: allí encontraremos respuestas reales a estas y más preguntas.

BRUJERÍA Y CULTO A LA MUERTE

En la actualidad, muchas personas no creen en los demonios ni en los espíritus de maldad, sin embargo, hay que entender que en el universo y en el mundo invisible existen dos fuentes de conocimiento y el hecho de que lo aceptemos o no, no altera esta realidad.

La brujería es una práctica muy antigua, y abarca una extensa cantidad de variantes, ritos y usos, entre los que podemos enumerar: la parapsicología con fenómenos de naturaleza extrasensorial, clarividencia, telepatía, precognición (conocimiento anticipado), así como levitación, manifestación de espíritus burlones, hipnosis, la astrología, la numerología, el yoga, las artes marciales y otras disciplinas que tienen la pretensión de unificarse con las fuerzas cósmicas, también son una forma de brujería, como lo afirma la Biblia.

Deuteronomio 29:29 nos dice: “Las cosas secretas pertenecen al Señor, nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley”. El aspecto oscuro y oculto de la brujería es la invocación a los espíritus, a quienes se les habla y se les pregunta. Las personas que la practican se dicen “mensajeros de Dios”. Estos médiums o videntes, aseguran que tienen comunicación con los muertos, lo cual es totalmente imposible, ya que la Biblia nos dice que el espíritu, una vez que abandona el cuerpo, regresa a quien lo dio (Eclesiastés 12:7). De manera que todas las manifestaciones que resultan de estas invocaciones son producto de los gobernadores de las tinieblas, carentes de cuerpo físico, pero altamente inteligentes.

La famosa fiesta del Día de Brujas, llamada Halloween, y la celebración del Día de Muertos, no son cuestión de risa. Son una puerta que comunica con el ocultismo. Los padres de familia, por ningún motivo, deben apoyar los deseos de sus hijos ni fomentarles la idea de que es un “juego inofensivo” o un “recuerdo” de las antiguas tradiciones. Y… ¿qué tiene de malo? ¡Mucho…! porque todo esto no es sino maldad espiritual disfrazada de inocencia, la cual, finalmente, traerá consecuencias lamentables.

ORIGEN DEL HALLOWEEN

El 31 de octubre es la fecha conmemorativa más importante del año para quienes practican la brujería.

La celebración del Halloween se inició con los antiguos celtas, que eran los pobladores de la Europa Oriental, Occidental y parte de Asia Menor. Entre ellos habitaban los druidas, sacerdotes paganos adoradores de los árboles, especialmente del roble; creían en la inmortalidad del alma, la cual, según decían, podía introducirse en otro individuo al abandonar el cuerpo físico. El 31 de octubre el alma volvía al hogar en el que había habitado sobre la tierra a pedir comida a sus moradores, quienes estaban obligados a hacer provisión para ella porque si no, les hacían “maldades”. Esto tenía un significado muy siniestro porque al volver, los espíritus de los muertos se hacían acompañar de brujas y gatos negros, los cuales se ahuyentaban por medio de fogatas diseminadas por el camino.

El año céltico concluía en esta fecha que coincide con el otoño, cuya característica principal es la caída de las hojas. Para los celtas significaba el fin, la muerte o la iniciación de una nueva vida. Esta doctrina se propagó a través de los años, junto con la adoración a su dios, el Señor de la Muerte, o Samagin, a quien en este mismo día consultaban para preguntarle sobre el futuro, la salud, la prosperidad, la muerte, la suerte, las decisiones románticas, etc.

En algunos países, como Estados Unidos se festeja este día representando a las almas saliendo a las calles y pidiendo comida en las casas. Adultos y niños se disfrazan de brujas, muertos, monstruos, personajes de moda, etc. Entre más horror provoque el disfraz, mayor es su aceptación. Ataviados de esta manera, los niños visitan a sus vecinos, que por lo general se han preparado con anticipación, algunas veces hasta les ofrecen eventos especiales de horror. Los adultos, por su parte, se van a festejar entre amigos a fiestas de disfraces, cenas o bailes. En algunas ocasiones, cuando los niños no recibieron lo que esperaban, se vuelven agresivos, arrojan objetos o gritan y maldicen. 

TRADICIÓN MEXICANA DEL DÍA DE MUERTOS

Oficialmente, según el calendario católico, el día 1º de noviembre está dedicado a Todos los Santos y el día 2 a los Fieles Difuntos. En la tradición popular mexicana, el día 1º se dedica a los niños fallecidos, culto menor, y el día 2 a los adultos muertos, culto mayor. Según la cultura prehispánica, el alma de los muertos regresaba un día al año para visitar a sus familiares vivos. Al parecer, la fecha de este regreso fue acondicionada durante la conquista española, para hacerla coincidir con la celebración católica de Todos los Santos.

En esta fecha, la gente acostumbra ir a los cementerios para visitar a “sus” muertos y dejarles un recuerdo, se aprovecha la ocasión para pasar el día con los desaparecidos y toda la familia acude a rezar ante las tumbas adornadas con flores donde predomina el cempazúchitl, o flor de muerte, típica de la temporada. Estas manifestaciones populares han llegado incluso a transformarse en atracción turística.

El homenaje a los muertos también se hace en casa, adornando una mesa en forma especial, también con flores, copal y comida que se ofrece como homenaje al muerto; en ellas se colocan objetos del gusto del difunto: su comida, música, cigarrillos y bebidas favoritas, incluso retratos de sus artistas o ídolos deportivos, todo esto presidido por la fotografía del desaparecido. Las veladoras y las fogatas, que en algunos lugares se acostumbran, se encienden con el objeto de guiar a las almas por el camino seguro. A lo largo de la República Mexicana se dan una serie de variantes que han conservado un fuerte arraigo popular.

A los niños se les compran juguetes como calaveras de papel “maché” o esqueletos de cartón articulados que bailan al jalar un hilo; máscaras de diablos, brujos y muñecas, calaveras y frutas de azúcar. En el comercio se encuentran diversos productos como el pan de muerto, luces, frutas, objetos de cerámica, flores, candeleros, velas de todas clases, etc. La tradición sobrevivió a la conquista y se ha mantenido casi intacta hasta nuestros días, aun cuando la Iglesia Católica la ignoró durante mucho tiempo por considerarla pagana.

Estas tradiciones, producto de dos tradiciones culturales, consisten en una serie de prácticas y rituales entre las que destacan la recepción y despedida de las ánimas, la colocación de las ofrendas o altares de muertos, el arreglo de las tumbas, la velación en los cementerios y la celebración de oficios religiosos.

Hoy en día, el culto a los muertos en nuestro país define a las diversas etnias, comunidades, urbes y estratos sociales. El “Día de Muertos”, más que una fecha conmemorativa, es una ocasión en que el mexicano expresa su visión del destino final como algo que sucederá, pero sin temor y desdiciendo su trascendencia. Para los antiguos mexicanos la vida se prolongaba hasta la muerte: no era el fin natural de la vida, sino fase de un círculo infinito.

LA TABLA 1 MUESTRA UN CUADRO COMPARATIVO ENTRE ESTA TRADICIÓN Y LA FIESTA DE HALLOWEEN

¿Observas cuántos puntos afines tienen ambas celebraciones? Por tanto, no podemos seguir pensando que fomentar la recuperación del altar y el día de muertos es una alternativa positiva contra el Halloween. Tienen el mismo origen espiritual, el del ocultismo.

EL PELIGRO

El conocimiento de lo culto no está vedado a la raza humana porque seamos un linaje sujeto a un Ser Supremo egoísta que no quiera compartir sus misterios; Él se opone a este tipo de incursiones porque sabe que hay otra fuente que puede penetrar en nuestros canales de percepción, engañándonos y haciéndonos creer que estamos dentro de la ciencia perfecta que agrada y armoniza con todas las cosas del universo, cuando en realidad es todo lo contrario.

¡Cuidado! Esto no es algo nuevo, pues antes de que el ser humano pisara la tierra, estos poderes ya estaban activos en el universo. El diablo y sus “ministros de justicia” anteceden y con mucho, a la raza humana. Su labor ha consistido desde entonces, en pervertir la ciencia perfecta de Dios. Estas costumbres paganas fueron prohibidas por Dios en Deuteronomio 18:10-12: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, quien practique adivinación, agorero, sortílego, hechicero, encantador, adivino, mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Dios cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones el Señor, tu Dios, echa naciones de delante de ti”.

Quienes practican la adivinación tienen soluciones temporales; pero, a medida que aumenta la dependencia, se van esclavizando hasta quedar atrapados y sometidos a estos poderes malignos que con el tiempo cobrarán con creces sus servicios. El individuo está obligado a dar algo a cambio.

El enemigo distorsionó hábilmente el verdadero y auténtico significado de la muerte. Para el pueblo hebreo la muerte no existe, y nosotros los creyentes sabemos que es sólo el cambio de lugar en el universo, al cual no podemos llegar con nuestra materia, sino solamente con el espíritu y alma. El Salmo 23:4 nos da una idea más clara de lo que esto significa: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno porque Tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán confianza”. Por supuesto, esto se refiere a los creyentes que han muerto en Cristo Jesús.

En Apocalipsis 14:13 se nos dice: “Oí una voz que me decía ‘Escribe: bienaventurados de aquí en adelante, los muertos que mueren en el Señor, tu Dios, porque dice el Espíritu Santo, descansarán de sus trabajos porque sus obras siguen con ellos”.

Quiere decir que sus obras, la recompensa y la felicidad siguen con ellos en su estado perfecto. Cualquiera que celebre el Halloween o reproduzca la tradición mexicana del altar de muertos, con o sin conocimiento, está cultivando el ocultismo.

EN LA TABLA 2 PUEDES ENCONTRAR CITAS BÍBLICAS QUE SE OPONEN A ESTAS COSTUMBRES

LA OPCIÓN

El Halloween es una celebración que data aproximadamente de 2000 años a. de C. y el Día de Muertos existe en México desde, por lo menos, 1800 a. de C. De cada uno de nosotros depende ser la luz para aquellos que están en las tinieblas, cambiando estas costumbres por la verdad, que es la libertad en Cristo Jesús.

No lo tomes a la ligera: aparta a tus hijos de estas tradiciones paganas que no dejan ninguna enseñanza edificante, sino todo lo contrario: abren las puertas a la dimensión espiritual sin conocimiento ni protección, haciéndote presa fácil y dejándote vulnerable a las fuerzas del ocultismo.

El hombre es un ser espiritual, creado a imagen y semejanza de Dios, por esta razón anhela el conocimiento que trasciende la materia: busca responderse qué hay después de la muerte. Para que el hombre pueda encontrar las respuestas sobre la vida y la muerte y pueda comprender y diferenciar las dimensiones del mundo espiritual, necesita buscar a Dios y escuchar Su Palabra. Jesucristo vino a la Tierra para vencer a la muerte y permitirnos alcanzar la Vida Eterna; desenmascaro las obras del ángel rebelde, conocido como Satanás, y nos liberó de las tinieblas. Cuando aceptas a Cristo Jesús, como Hijo de Dios y lo recibes como Salvador, tu espíritu se regenera y recibe cualidades extraordinarias manifestadas por medio del Espíritu Santo; Quien tiene poder para guiar al creyente a toda la Verdad.

“…Y yo le pediré al Padre que les mande un Consolador que nunca los abandone, y Él les enviará al Espíritu Santo, Espíritu que conduce hacia la Verdad. El mundo no lo puede recibir porque no lo busca ni lo reconoce. Pero ustedes sí, porque Él vive con ustedes ahora, y algún día estará en ustedes”. San Juan 14:16-17.

Comparte esta información. Este 31 de octubre y 2 de noviembre, tú puedes marcar la diferencia en la vida de otra persona. Pero para que esto suceda, tú tienes la última palabra.

NOTA: Las citas bíblicas fueron tomadas de la Biblia al Día

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