La atracción y el poder del adoctrinamiento

Ramón Arias | 1 de mayo de 2017

 “Porque cual es su pensamiento en su mente, tal es él”

Proverbios 23: (RVA-2015)

En uno de mis viajes, estaba en un vuelo de dos horas a Florida. Al lado de mí estaba una señora con mucho decoro, y ya sabes qué sucede cuando uno tiene que sentarse al lado de un desconocido total. Pueden ocurrir dos cosas, o bien te informan que no quieren que los molestes y pronto utilizan diferentes aparatos electrónicos y se colocan sus auriculares inmediatamente, o lo otro es que buscan formas de involucrarlos en una conversación. Este último fue el caso en esta ocasión.

Normalmente, en un vuelo, estoy escribiendo o revisando un libro. En ese viaje en particular, estaba leyendo un libro, cuyo título le llamó la atención y se inició una conversación incluso antes de despegar, que duró todo el camino hasta la llegada a nuestro destino. Esta persona se había graduado con titulo de doctorado en la universidad de UCLA donde también había sido profesora hasta su traslado a Florida.  Es innecesario decir que estaba arraigada en la creencia de sus ideas, pero en lugar de atacar sus creencias, usé el método socrático y desafié la validez histórica de su cosmovisión y su resultado. Como era de esperarse, el tema de la educación se convirtió en el punto central de nuestro análisis, al cubrir los orígenes del sistema educativo estadounidense desde el comienzo de la época colonial. Era tan simple como preguntarle qué futuro le esperaba a su familia de acuerdo con las tendencias nacionales y mundiales en lo que se refiere a toda la historia. Su honestidad era encomiable, admitiendo que el futuro parecía sombrío y que estaba realmente preocupada. La invité a asistir a nuestro curso constitucional de 12 semanas en el que aprendería la cosmovisión bíblica que sentó las bases de nuestro país y la importancia de volver a esos principios como la única alternativa sabia contra la visión humanista socialista «utópica» de la vida. Ella aceptó mi invitación y vino al curso y trajo a una amiga.

Los padres razonables y responsables quieren lo mejor para sus familias; esta verdad se aplica tanto a los creyentes en Cristo como a los no creyentes. Las buenas intenciones no son suficientes, y cada uno de nosotros es responsable del resultado social para las generaciones presentes y futuras.

Una comprensión adecuada del significado de la palabra adoctrinación nos libera de la sujeción a la ignorancia porque veremos que tal concepto es malo. El diccionario Webster de 1828 define el adoctrinamiento como «Instrucción en los rudimentos y principios de cualquier ciencia; Información». Otros diccionarios coinciden al afirmar que es «el proceso de enseñar a una persona o grupo a aceptar un conjunto de creencias de manera acrítica». Los cristianos no deben estar paranoicos o enojados cuando se les dice que les han «lavado el cerebro» por el adoctrinamiento bíblico. Los padres sabios que enseñan a sus hijos el consejo completo de Dios como está revelado en Su Palabra los preparan para entender la vida y cómo cumplir su propósito con éxito.

Karl Marx creía que la religión cristiana era el enemigo del pueblo y sentó esa base en sus escritos, mismos que fueron abrazados por Vladimir Lenin, José Stalin, Adolf Hitler, Benito Mussolini, Mao Zedong, Margaret Sanger, Saúl Alinsky y una multitud de otros individuos. Todos tenían una visión compartida de las naciones y del mundo, sus ideas siempre están presentes, que por todos y cada uno de los medios de comunicación comunican sus adoctrinamientos, por lo tanto, dominan el paisaje cultural. Pero ¿qué han producido? Han producido una crisis moral generacional, dictadores, tiranías, desesperanza, muerte, pobreza, hambre y destrucción; una mirada rápida a Corea del Norte y a Venezuela confirma esta verdad.

Durante décadas, paso a paso, la civilización occidental se he estado moviendo en la misma dirección por el camino «utópico» hacia la destrucción. Los Estados Unidos de América no han sido inmunes y están infectados con el virus del humanismo. La buena noticia es que Estados Unidos tiene una salida si vuelve al fundamento bíblico y una vez más abraza la responsabilidad personal y la libertad personal, la libertad de conciencia y rechaza totalmente la premisa falsa de la inmoralidad y deja de comprometerse con aquellos que creen que el mayoría determina lo que es correcto e incorrecto. Vox populi, vox Dei, «La voz del pueblo es la voz de Dios», es un adoctrinamiento falso que anestesia la mente de la población que se deja atrapar por tal atractivo.

Estados Unidos y el mundo necesitan una generación de cristianos bíblicos que vigorosamente se sacudan los grilletes de pasividad y complacencia tomando una firme decisión para rescatar a sus familias, sus ciudades, su condado, su estado y las naciones. Un fundamento veraz es la única forma de destruir eficazmente la mentira de la evolución, la historia revisionista, la utopía social, la psicología humanista, la confusión de género, la tolerancia unidireccional, la política correcta, la diversidad, el multiculturalismo, el evolucionismo ambiental, el desmantelamiento de la estructura original de la familia, la visión equivocada de la economía y la pobreza, las drogas recreativas y la falacia de que Dios está muerto.

Sólo el Dios de la Biblia tiene autoridad para definir lo que es correcto y lo que está mal; ciertamente, los hombres y sus instituciones humanistas no pueden hacerlo. La cosmovisión humanista es anti-bíblica, a pesar de que tienen que pedir prestado de la ley moral de Dios para usarla a su ventaja y en su adoctrinamiento.

¡Debemos ser proactivos! Debemos entender que el adoctrinamiento no es neutral y es hora de demostrar su poderoso atractivo y marcar un camino claro para mejorar las cosas.

“El temor del SEÑOR es el principio del conocimiento; los insensatos desprecian la sabiduría y la disciplina”. Proverbios 1:7 (RVA-2015)

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