Obama expresa descontento de la Constitución… ¡Ay, qué sorpresa!

Ramon Arias | 26 de mayo de 2014 

Sí, lo confieso, estoy siendo sarcástico con la exclamación «¡Ay, qué sorpresa!» Sólo los ingenuos se sorprenden al pensar que el hombre que ocupa el cargo más alto del país es el único frustrado con la Constitución y quiere acabar con ella, porque su convicción es que es un pedazo de papel inútil y los Padres Fundadores no tenían idea de lo que estaban haciendo.

La visión de los Padres Fundadores, según Obama, se interpone en el camino de los «Demócratas y políticos aliados del otro lado del pasillo en el Congreso» que están dispuestos a mantenerse en el gobierno incivil que la gente les ha permitido crear con el fin de poner en práctica su visión del mundo de un «paraíso social». Lo que él no dijo abiertamente, al menos no en esta ocasión, es que «los Demócratas y sus aliados» que quieren avanzar más rápido en la transformación fundamental de Estados Unidos son el equivalente de las masas de «idiotas útiles» de Vladimir Lenin, que apoyan a sabiendas o sin saberlo, a los socialistas, comunistas, marxistas, humanistas, y sobre todo la agenda mundial de los magnates poderosos.

El comentario bien elaborado de Obama acerca de su descontento con la forma en que la Constitución establece tres poderes separados para mantener control y equilibrio se hizo en una reunión de recaudación de fondos para el partido Demócrata en Chicago, donde declaró a un pequeño grupo de partidarios ricos sobre los problemas que los Demócratas enfrentarán en las próximas elecciones para retener el control del Senado de los EE.UU.

El periódico, The Washington Times informa:

«En una reunión para recaudar fondos para el partido Demócrata en Chicago la noche del jueves, Obama le dijo a un pequeño grupo de partidarios ricos que existen varios obstáculos para mantener a los Demócratas en control del Senado y recapturar la Cámara de Representantes. Uno de esos problemas, dijo, es la distribución de solo dos lugares en el Senado por cada estado, independientemente de la población.

«Obviamente, la naturaleza del Senado significa que California tiene el mismo número de asientos que Wyoming en el Senado. Eso nos pone en desventaja», dijo Obama.

Los Padres Fundadores decidieron en el «Gran Compromiso» en 1787 para distribuir los asientos en la Cámara basado en la población y dar a cada estado dos asientos en el Senado, independientemente de la población. La solución fue un acuerdo entre los estados grandes y los estados pequeños en una disputa que casi disuelve la Convención Constitucional.

El presidente también culpó a la «demografía» por la incapacidad del Partido Demócrata para ganar más poder en el Congreso, diciendo que los demócratas «tienden a congregarse un poco más densamente» en ciudades como Nueva York y Chicago. Dijo que eso da a los Republicanos influencia desproporcionada en el Congreso».

Claramente, de acuerdo con Obama, si sólo los demócratas pudieran controlar toda la nación, ¡qué barbaridad, qué mundo tan maravilloso sería! Obama no es el único que quiere que los demócratas dominen todo. Los republicanos, en su mayoría, también quieren el mismo control a «su» favor. ¿Necesitamos alguna prueba de esto? Bueno, basta con ver el estado en general de esta nación y rastrear todos sus problemas paso a paso hasta sus raíces, y nos aterrizará en la Convención Constitucional de 1787 y el remanente de su colapso moral que se inició antes de esa fecha. Las concesiones que se hicieron hace mucho tiempo hace que aquí estemos sufriendo las consecuencias de ignorar la mayor parte de los principios que nos dieron nuestra grandeza y solo implementamos un pequeño porcentaje de la base establecida en el año 1620 de la fe, la moral, el derecho, la educación y la libertad.

La mayoría de la gente está acostumbrada a creer que las concesiones son buenas y necesarias para avanzar en las cosas correctas. La verdad es que cuando entendemos la verdadera naturaleza de la concesión en su pleno significado y manifestación nos damos cuenta de lo venenoso y mortal que es.

Cuando cedemos, hacemos concesiones o reacomodamientos, que son todo lo mismo; cuando se llega a un acuerdo en cualquier nivel de alterar la ley moral fundamental de Dios esto trae desastre social. Cuando la gente no tiene idea de lo que verdaderamente dicen la Declaración de Independencia, la Constitución y la Carta de Derechos, que son las primeras diez enmiendas, su ignorancia se convierte en una maldición que nos afecta a todos. Cuando el pueblo de Dios es ignorante de Su Verdad Revelada, esto es aún peor. Es absurdo concebir siquiera que Dios compromete Su ley moral:

“¡Cuán bienaventurados son los de camino perfecto,
los que andan en la ley del Señor! ¡Cuán bienaventurados son los que guardan sus testimonios,
y con todo el corazón le buscan! No cometen iniquidad,
sino que andan en sus caminos. Tú has ordenado tus preceptos,
para que los guardemos con diligencia”, Salmo 119:1-4 (NVI). 

Ningún documento humano, independientemente de cuánto sentido tenga, si viola las normas de Dios pronto abrirá la puerta para que los enemigos de Dios subyuguen y dominen a la sociedad; sus ideas se oponen a Dios y difieren en gran medida con Su perspectiva. Esta es la razón que Pablo y el autor de la carta a los Hebreos amonestó a sus lectores hace dos mil años, y que es relevante para nosotros. Ellos escribieron lo siguiente:

“Tengan cuidado: no se dejen llevar por quienes los quieren engañar con teorías y argumentos falsos, pues ellos no se apoyan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en los poderes que dominan este mundo”, Colosenses 2:8 (DHH).

“Hermanos, cuídense de que ninguno de ustedes tenga un corazón tan malo e incrédulo que se aparte del Dios viviente”, Hebreos 3:12 (DHH).

Obama está actuando sobre sus convicciones ideológicas, eso no es sorpresa. Los políticos de todos los partidos también están expresando sus convicciones. Él no es el único que miente cuando dice defender la Constitución de los Estados Unidos de Norteamérica. Poner una mano sobre la Biblia y hacer el juramento no convierte a ese individuo en una persona piadosa ni puede garantizar que él o ella no tiene una agenda diferente a la Constitución o la Biblia. Somos una nación profundamente dividida, ¿cuánto tiempo podemos sobrevivir así? ¿Qué pasa con los cristianos en los Estados Unidos? ¿Viven y defienden los principios bíblicos que llegaron con los Peregrinos al Nuevo Mundo en 1620? ¿Conocen la historia bíblica de esta nación? O, ¿pisotean la Biblia para rebelarse contra las normas de Dios? La respuesta no es difícil de encontrar; la condición de EE.UU. habla por sí misma, y esta es la razón por la cual debemos tener una reforma bíblica si vamos a evitar esta autodestrucción nacional.

Tú y yo debemos permanecer firmes en la fidelidad a Aquel que nos ha salvado y nos ha liberado a través de Cristo del poder de la oscuridad y la ignorancia, por lo que podemos participar con confianza en nuestras comunidades que necesitan desesperadamente ser estimulados a usar su pensamiento crítico y romper con el ciclo de la ignorancia y la destrucción.

“Y un siervo del Señor no debe andar en peleas; al contrario, debe ser bueno con todos. Debe ser apto para enseñar; debe tener paciencia y corregir con corazón humilde a los rebeldes, esperando que Dios haga que se vuelvan a él y conozcan la verdad, a fin de que se despierten y escapen de la trampa en que el diablo los tiene presos para hacer de ellos lo que quiera”,  2 Timoteo 2:24-26 (DHH).

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