Personal de aborto ayudó a una madre a forzar a su hija a abortar

Sarah Terzo | 24 de enero de 2019

(Live Action News) – Los activistas que están a favor del aborto afirman que el objetivo de éste consiste en ofrecer opciones a las mujeres. Sin embargo, muchas menores son obligadas o presionadas a abortar. Investigadores examinaron, en un estudio, casos en los que la menor no les había contado a sus padres sobre el embarazo, pero los progenitores lo habían descubierto de alguna manera. Entre estas familias, el 18% de los padres obligaron a sus hijas a abortar. En el 6% de los casos, hubo violencia física. El 18% puede no parecer una cifra elevada, pero decenas de miles de menores tienen abortos cada año. Las cifras van en aumento.

Kelly Lang estaba en el pre-universitario cuando quedó embarazada. Después de que la prueba de embarazo diera positiva, se lo dijo a su madre, quien le exigió que abortara. Kelly le rogó a su progenitora que le permitiera tener el bebé, pero de todos modos su madre hizo una cita para el aborto. Estaba a pocas semanas de cumplir los 18 años, y su novio tenía más de 18. Su madre amenazó con mandar a arrestar a su novio por estupro y encarcelarlo, si ella no se realizaba el aborto. Kelly lo consideraba “el amor de mi vida” y no quería que su novio fuera a la cárcel.

La madre de Kelly le dijo que la llevaría al centro de aborto. Después de realizado éste, Kelly podría continuar la relación con su novio. No obstante, no se le permitió ponerse en contacto con él hasta después de concluida la interrupción.

Kelly escribe:

Durante los siguientes días, mi madre pasó más tiempo conmigo que en cualquier otro momento de mi vida. Lamentablemente, no lo hizo porque quisiera compartir conmigo mi poco tiempo de embarazo. Más bien, lo hizo ante el temor de que si pasaba tiempo con mi novio, encontraríamos la manera de no abortar.

Ninguna cantidad de lágrimas cambió la idea de mi madre. Ella estaba decidida y eso era todo. (1)

Kelly le suplicó a su madre todo el camino hasta el centro de aborto:

El viaje a la clínica estuvo lleno de ruegos y súplicas. Sin embargo, ninguna cantidad de súplica tocó el corazón de mi madre. Al llegar a la clínica, mi madre firmó la documentación que se le entregó. Mientras esperábamos que llamaran mi nombre, intenté por última vez convencerla, suplicándole: “¡Por favor, mamá! Por favor, no hagas esto”.

El personal de aborto ayudó a la madre de Kelly a obligarla a llevar a cabo el aborto.

La pesadilla continuó cuando me llamaron y me llevaron a una pequeña oficina en medio de un largo pasillo. La señora detrás del escritorio me preguntó si tenía alguna pregunta. Cuando la última palabra salió de su boca, yo estaba en pie, corriendo por el pasillo, abriendo de par en par las puertas dobles de la sala de espera, todavía rogando y pidiendo clemencia. Caí de rodillas sollozando. Fue entonces cuando sentí que me halaban los brazos hacia arriba y me arrastraron a una habitación donde mi bebé fue aspirado.

Kelly fue literalmente arrastrada a la habitación donde mataron a su bebé. Es ilegal que los padres obliguen a sus hijas menores de edad a abortar, sin embargo, el personal de aborto no tuvo reparos en ayudar a la madre de Kelly a forzarla.

Kelly sufrió, durante muchos años, una enorme pena y culpa:

Viví con las consecuencias de esta pesadilla por los próximos 30 años: despertándome constantemente en el dolor, el vacío, la ira, la depresión, la soledad y los impulsos autodestructivos que experimentaba cada día. Estaba convencida de que todo lo que alguna vez había salido mal en mi vida, había sido un castigo por haber abortado a mi bebé.

Treinta años más tarde, después de ir a un retiro en el Viñedo de Rachel [Rachel’s Vineyard], Kelly finalmente se enfrentó a su madre. No obstante, esto no le trajo sanación ni cierre:

Su comentario para mí fue que ella realmente no se acordaba. Fue una de las experiencias más traumáticas de mi vida, y mi madre dijo que ni siquiera la recordaba.

Kelly nunca se ha curado completamente de este aborto forzado.

JoAnne Crough, consejera de la oficina de la Meier Clinics, en Pittsburgh, ha visto a muchas mujeres como Kelly, que una vez fueron obligadas a abortar. Crough dice:

Esto sucede más a menudo de lo que piensas. En la mayoría de los casos, son los padres de la adolescente o la mujer quienes sugieren esta forma de lidiar con el embarazo. Dejan en claro que un aborto “resolverá todo”. (…) La joven en esta situación es extremadamente vulnerable a que se le obligue a hacer felices a las demás personas que forman parte de su vida. Ha molestado a las personas más cercanas con la noticia de su embarazo. Siente confusión, vergüenza y miedo. Se aísla de otras formas de apoyo. Combinados estos factores, ejercen una tremenda presión sobre ella para que obedezca. (2)

1. Janet Morana Shockwaves: Abortions Wider Circle of Victims (Nueva Jersey: Catholic Book Publishing Corp., 2017) 119-120.

2. Sharon Serratore “Coerced into Unwanted Abortions” The American Feminist (publicación de Feminists for Life) Otoño/Invierno 2016.

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