¡Rehúsa abrazar la esclavitud!

Ramon Arias |8 de abril de 2013

En toda la historia humana no ha habido una nación tan generosa con el mundo como los Estados Unidos de Norteamérica. Cada año el pueblo estadounidense, tanto de manera privada como voluntaria, entrega miles de millones de dólares para ayudar a millones de necesitados, no importa cuál sea la filosofía, la religión o la ideología de esas personas. No obstante, aquí en este país, la compasión y la generosidad de este sector voluntario no reciben el reconocimiento. La generosidad de esta gente es posible debido a las donaciones libres de impuestos que esta gente entrega a las organizaciones de beneficencia de su elección. No obstante, todo eso puede estar cambiando delante de nuestros propios ojos.

Barack Hussein Obama ha anunciado su intención de reducir la reducción de impuestos hacia las organizaciones de beneficencia. Si se logra lo que él quiere, esto va a reducir en gran manera la cantidad de dinero que reciben las organizaciones de beneficencia y el gobierno se atribuirá miles de millones de dólares para redistribuir la riqueza a través de cuidados sociales. Los gobiernos marxistas se conocen por su deseo de tomar control de las instituciones sociales, odian el mercado libre y procuran mantener a la población pobre y estirando la mano hacia el «papá gobierno», esta es la agenda de Obama. Definitivamente está trabajando a todo lo que da para rehacer Estados Unidos y para mantener a la gente dependiente del papá gobierno. ¿Cómo lo ves tú?

Hay una publicación anual conocida como el índice de la filantropía global, publicada por el Center for Global Prosperity del Hudson Institute en Washington que revela la generosidad de los estadounidenses hacia naciones en desarrollo. La publicación declara quién da y cuánto da. Tú puedes leerlo por ti mismo y te maravillarás y quizás quieras hacer algo al respecto, como escribirle una carta a la Casa Blanca y expresarles que es inaceptable ir en contra de la generosidad de los ciudadanos estadounidenses porque el mundo sufrirá el impacto.

Cuando Obama estaba llevando a cabo su campaña de elección dio un discurso en la Wesleyan University, hablando de servicio a la nación, mencionando a John F. Kennedy y el compromiso al Peace Corps. Quizás, Obama estaba pensando en su propio ejército, después de todo, otros individuos lo han hecho en otros países, tales como Rusia, Alemania, Cuba, Venezuela y otros. Estados Unidos de Norteamérica no necesita una guardia civil creada por el gobierno. Yo digo, dale a la gente estadounidense la libertad de ser generosa y se verán forzados a contribuir y a darse de voluntarios para servir causas dignas. Así fue como se construyó este país.

Tengamos la esperanza y oremos para que los estadounidenses despierten a tiempo y reaccionen a lo que el gobierno le está haciendo a esta nación. Los grandes números de gente generosa en Estados Unidos de Norteamérica deben exigir que el gobierno sea más pequeño para que puedan retener más de lo que han ganado y así poder compartir con los necesitados.

Obama dice ser gran admirador de John F. Kennedy, muy bien, consideremos con buena atención porciones del discurso de inauguración de Kennedy en Washington D.C., el 20 de enero de 1961:

«… las mismas creencias revolucionarias por las cuales los Padres Fundadores pelearon y defendieron se siguen discutiendo alrededor del globo terráqueo—la creencias de que los derechos de los seres humanos proceden de nuestro Creador y no en la generosidad del Estado… no preguntes lo que tu país puede hacer por ti, si no pregunta lo que tú puedes hacer por tu país… Finalmente, seas ciudadano estadounidense o ciudadano del mundo, exige los mismos estándares elevados de fortaleza y del sacrificio que pedimos de ti. Con una buena conciencia como nuestro máximo galardón y el juicio final de la historia de nuestras acciones, prosigamos hacia delante siendo punteros y guiando a esta nación que tanto amamos, pidiendo Su bendición y Su ayuda, reconociendo que la obra de Dios aquí en la Tierra debe ser la nuestra también».

En otras palabras, el gobierno nunca puede ser generoso, sino sólo crea tiranía cuando se le da demasiado poder. Entre más la gente pide del gobierno lo que pueden hacer por ellos mismos, a ese grado entregan su libertad y abrazan la esclavitud. La gente en Estados Unidos de Norteamérica no debe tener al «Papá Sam» como su dios, pidiéndole su diario pan, sino que debe buscar a Dios, el Juez Supremo de nuestras acciones, como el único Todopoderoso. De la única manera que la gente puede pedir la bendición de Dios y Su ayuda es aceptando la responsabilidad de hacer del mundo un lugar mejor aplicando los principios de Dios en todas las áreas de la vida.

No es demasiado tarde para abrazar la perspectiva de Dios y de hacer y acatar la exhortación de Jesús y de orar de acuerdo a Su voluntad:

“Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan.

Ustedes deben orar así: 

«Padre nuestro que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan cotidiano.
Perdónanos nuestras deudas,
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores.
Y no nos dejes caer en tentación,
sino líbranos del maligno’. 
Porque si perdonan a otros sus ofensas,
también los perdonará a ustedes su Padre celestial”

— Mateo 6:5-14

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