El mensaje de un hombre negro que no está oprimido a Colin Kaepernick…

Allen West | 28 de agosto de 2016

(allenbwest.com) – Si hay una cosa para la cual yo vivo son los partidos de fútbol americano, en especial los universitarios. El sábado por la noche estaba disfrutando de un juego fantástico entre la Universidad Sureña de Charleston y la Universidad Estatal de Dakota del Norte [NDSU]. El juego fue a tiempo extra y culminó cuando el Bisonte de la NDSU ganó 24-17. No obstante, mientras yo miraba este apasionante juego, hubo un punto en el cintillo de noticias de la ESPN que me molestó, y al cual creo que es necesario reaccionar en este «momento aleccionador».

Como informamos ayer, el mariscal de campo de los “49” de San Francisco, Colin Kaepernick, se negó a ponerse de pie para el Himno Nacional en el juego pre-temporada del viernes contra Green Bay, en protesta por «la opresión de los negros» en los Estados unidos. Los 49 jugaron y perdieron.

La Liga Nacional de Fútbol [NFL] emitió un comunicado que decía que a los jugadores se les exhortaba a ponerse de pie para el himno nacional, pero que no se les obligaba. Hummm, esta es la misma NFL que se negó a permitir que los Cowboys de Dallas usaran una calcomanía en sus cascos en honor a los oficiales de la Policía de Dallas que habían sido abatidos a balazos el jueves 7 de julio.

Esta es la misma NFL que no dijo nada cuando los jugadores de los antiguos Carneros de San Luis mostraron el símbolo de la falsa historia del «Manos arriba, no disparen» que sabemos que no sucedió. Hallo bien interesante que la NFL no tenga problemas en faltarles el respeto a los agentes de la autoridad, sin embargo sólo «exhorte» a los jugadores a respetar el símbolo de nuestra nación, la bandera estadounidense,  y a nuestro himno, La Bandera Tachonada de Estrellas.

No obstante, yo le recomendaría un sencillo texto de la Escritura, del sabio rey Salomón, al Sr. Kaepernick, Proverbios 17:28 (NVI): «Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca».

O, como diría la gente vieja del Sur: «Para una persona estúpida es mejor que mantenga la boca cerrada y no que la abra y deje que todo el mundo se dé cuenta de lo que es».

El Sr. Kaepernick, un joven de raza mixta adoptado y criado por padres blancos, pretende que los Estados Unidos están oprimiendo a los negros, en los momentos en que tenemos un Presidente negro, de raza mixta que ha sido elegido dos veces. Hemos tenido dos Fiscales Generales negros, y actualmente tenemos un Secretario de Seguridad Interna negro, además de un Asesor de Seguridad Nacional que es negro. Aquí en Dallas, el jefe de la Policía, a quien yo conozco, es un eminente líder negro. El oficial que mató al asaltante armado en Milwaukee, luego de haberle dado la orden de arrojar su arma, era negro. ¿Está el Sr. Kaepernick siguiendo la corriente y escogiendo casos aislados de lo que él llama «opresión»?

Primero que todo permítame aclararle, señor, que usted es un multimillonario del «uno por ciento» sólo porque puede lanzar una bola y besarse sus bíceps. Hombres como Jesse Owens, Jackie Robinson, Hank Aaron, Oscar Robertson, Ernie Davis y Bernard King y Condredge Halloway, de mi alma máter, fueron atletas que conocieron la opresión. Usted, señor, ciertamente tiene derecho a sentarse sobre sus «partes blandas» cuando toquen el himno nacional, pero no olvide nunca que vive en una nación que la ha dado el privilegio de tener ese derecho.

Mi historia es una que deseo contarle. Mi padre fue un cabo del Ejército de los EE.UU. y sirvió durante la Segunda Guerra Mundial. Nació en 1920 y conoció la opresión. Sin embargo, cuando él me sentaba en los escalones de mi casa en el número 651 de la Avenida Kennesaw del Nordeste, en Atlanta, me decía que no había mayor honor ni privilegio que llevar el uniforme de estos Estados Unidos. Quizás sea por eso que su primer y segundo hijos, al igual que su nieto, sean todos veteranos de guerra de los EE.UU. al igual que Papá. Herman West padre no era una víctima y crió hombres que nunca le iban a permitir a nadie que los suprimieran ni los oprimieran. Quizás usted deba dejar de buscar víctimas y aconsejar a las personas, a las personas negras, que sean vencedoras. Pruebe a hacerlo y lo hallará más satisfactorio que su acción insidiosa y que vomitar palabras.

Si usted quiere saber más de la opresión de los negros en los Estados Unidos, pasada y presente, ¿qué le parece si le pregunta a la representante Nancy Pelosi, del área de la Bahía de San Francisco, por las políticas que han diezmado a la familia negra? ¿Quizás pueda cruzar la bahía hasta Oakland y preguntarle a la representante Barbara Lee por los 13 a 15 millones de bebés negros muertos desde 1973, y preguntarle quién fue Margaret Sanger?

O quizás pueda preguntarles a los dos senadores de California, Boxer y Feinstein, acerca de quién no apoya mejores oportunidades de educación para los niños negros en los barios pobres — opción de escuela, bonos, escuelas registradas, educación en la casa.

Tal vez usted no sepa que Barack Obama fue quien canceló el programa de bonos del Distrito de Columbia para los niños negros que lo merecieran. ¡Y háblenme de opresión! ¿Es algo que usted querría hacer, o es demasiado difícil?

Usted debería mirar quién está controlando las comunidades y ciudades donde viven los negros. No se trata de lo que los Estados Unidos hayan hecho, se trata de lo que ha hecho cierto grupo, un partido político. Y su comentario algo socarrón hacia nuestros agentes de la autoridad… bueno, pregúntese cuántas veces el Departamento de Policía de San Francisco le ha protegido.

Vamos a hacer un trato, joven. Mi recomendación es que usted pida disculpas. Sea un hombrecito y admita que ha hecho un comentario muy estúpido. Exprese humildemente que usted se da cuenta de cuán especial es este país y de las oportunidades que le ha ofrecido; a usted y a muchos otros. Debería subir a ese podio y pedir disculpas a todos los que están actualmente sirviendo en nuestras Fuerzas Armadas y a todos esos veteranos que han estado dispuestos a mostrar esa última medida de la devoción. Vea: cuando se toca el Himno Nacional, el mismo tiene un significado especial para nosotros; quizás usted debería hacer una pausa e ir a la provincia de Helmand en Afganistán, pasar allí una semana y entender por qué. Vaya y lanza un balón de fútbol con los hombres y mujeres que le permiten a usted ganar esos millones de dólares.

La bandera estadounidense tiene un significado muy emocionante para aquellos de nosotros a quienes les va a envolver el sarcófago — como ocurrió con mi Papá… y ocurrirá conmigo. Esa canción define quiénes somos como un pueblo orgulloso y excepcional. Esta es una tierra a donde muchos sueñan venir y ganarse el título de estadounidenses. Sus actos son vergonzosos, desagradables, despreciables e irrespetuosos.

Usted claro que tiene el derecho a la libertad de expresión. Pero sepa que hay consecuencias para su acción ignorante, que es lo que fue ella.

Cuando tocan el Himno Nacional yo saludo porque soy un hombre negro nacido y criado en barrios pobres al que han dado la oportunidad de llegar a la grandeza por mi propio derecho. Que usted reciba el perdón de Dios y encuentre la humildad, porque nosotros, el pueblo, no vamos a olvidar lo que usted hizo y dijo.

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