El multiculturalismo es una amenaza igual que el terrorismo

Don Feder | 4 de mayo de 2011

El multiculturalismo, que solía ser simplemente nocivo, se ha convertido en una rabiosa infección que constituye una amenaza para los Estados Unidos tanto como lo son la deuda nacional o el terrorismo – antes que Osama se hiciera cargo del termostato.

La semana pasada, una banda de rufianes etnocéntricos tomó por asalto una reunión de la junta directiva de Tucson, del Distrito Escolar Unificado de Arizona, encadenándose a los escritorios, gritando consignas y persiguiendo a los miembros de la junta por la habitación.

Ellos estaban enfurecidos a causa de un intento por hacer opcional  un curso que enseña historia desde una «perspectiva mexicano-americana», en lugar de hacerlo sustituto de un curso obligatorio sobre la historia de los Estados Unidos. El Programa de Estudios Mexicano-Americano incita anualmente en el distrito alrededor de 1,700 estudiantes de secundaria intermedia y preparatoria.

Luego de una investigación, el Superintendente de Instrucción Pública de Arizona, Tom Horne, determinó que el tema básico del currículo (también conocido como Estudios de Raza) se basaba en que los estudiantes hispanos «eran y continúan siendo víctimas de una sociedad americana racista, dirigida por los intereses de los blancos de clase media y alta».

Las aulas donde esta pedagogía era perpetrada, estaban decoradas con imágenes de «héroes» latinos como Castro y el Che Guevara.

Los libros de textos se referían a los ciudadanos de este país como «Anglos» o «Euroamericanos» (en lugar de americanos), e incluían gemas tales como un ensayo por un tal Robert Jensen que afirma que el Día de Acción de Gracias es «día de fiesta de la supremacía blanca» que debería ser sustituido por un «Día Nacional del Perdón» por los pecados gringos contra la gente de color.

El capítulo introductorio promete: «Veremos cómo la mitad de México (California, Tejas y el Suroeste) fue arrancada mediante el engaño y la violencia. Veremos cómo los chicanos se convirtieron en gente colonizada. En el proceso de ser colonizados, nos robaron la tierra y otros recursos». ¡Qué nervios los de esos texanos, engañando a Santa Ana para que atacara el Álamo y matara a todos sus defensores hasta el último hombre! 

En violación de una ley de Arizona recientemente promulgada, el plan de estudios promueve el derrocamiento del gobierno de Estados Unidos y «el resentimiento hacia una raza o clase de personas», está «diseñado principalmente para los alumnos de un grupo étnico en particular» y propugna «la solidaridad étnica en lugar del tratamiento de los alumnos como individuos”.

El asalto del multiculturalismo en América es multifacético.

En el 2010, el Cinco de Mayo (fecha que celebra la victoria del ejército mexicano en 1862 frente a los franceses – un gran yupiiii), un grupo de estudiantes patrióticos de la Escuela Secundaria Live Oak en Morgan Hill, California, fueron enviados de regreso a casa por llevar puestos camisetas con la bandera americana. El subdirector, Miguel Rodríguez, se dice que sermoneó a los delincuentes con relación a cuán sagrada era la celebración mexicana y les dijo que su atuendo era una afrenta a las sensibilidades étnicas.

Al día siguiente, cerca de 200 estudiantes hispanos de la escuela salieron de clases y marcharon por las calles de Morgan Hill portando banderas mexicanas y cantando: «Queremos respeto», en inglés y en español. Para ellos, el país en el que resulta que residen – y donde son educados a expensa de los contribuyentes – no merece consideración.

En las escuelas públicas de California, la bandera americana – por la cual los americanos derramaron su sangre batallando para mantener nuestra libertad – no resulta ofensiva solamente el Cinco de Mayo.

El Día de los Veteranos en el 2010, Cody Alicea, de 13 años fue regresado a su casa desde la Escuela Intermedia Denair por haber ido a esta escuela en una bicicleta decorada con una pequeña bandera americana. El niño de 13 años dijo que estaba honrando a su abuelo veterano.

El superintendente Edward Parraz explicó: «Nuestros chicos, ya sabes, hispanos, ya sabes, traen sus banderas mexicanas y las muestran, y entonces por supuesto, los chicos harían lo suyo con la bandera americana, ya sabes, y eso causa una especie de tensión racial». Un «ya sabes» más y Parraz se habría ganado un par de entradas para un concierto de Justin Bieber.

El superintendente añadió, «Queremos que ellos (los estudiantes) aprecien las culturas». Dicha apreciación no incluye la identidad/cultura dominante (la forjada durante siglos por estadounidenses de todo tipo) en una fiesta estadounidense que conmemora los sacrificios de nuestros veteranos.

El multiculturalismo siempre es tóxico – la variante mexicana-hispana-latina-chicana lo es particularmente.

La población mexicana de los Estados Unidos ha pasado de tres millones a 31.7 millones en las últimas cuatro décadas, un aproximado 10.3% de la población total en 2009.

Algunos son americanos leales, otros en gran medida indiferentes a su país de acogida, mientras que muchos de ellos son abiertamente hostiles a la nación que les ha ofrecido oportunidades inimaginables en su tierra natal. Extrañamente, no hay casos reportados de mexicano-americanos nacidos aquí tratando de colarse en México.

En un artículo aparecido en FrontPageMag.com, («Antiamericanismo mexicano en América», 6 de diciembre de 2002), David Montgomery, antiguo profesor de un colegio comunitario de California, revela que el sentimiento de reconquista abunda entre los estudiantes hispanos en sus clases y cómo ellos insistirían en que el territorio «robado» a México en la década de 1840 con el tiempo se devolviera a sus legítimos propietarios y que sería formidable.

Montgomery reporta haber visto en 2001 miles de carros en Los Ángeles que llevaban señales luminosas que decían «J—-, esto todavía es México».

Esta traición es fomentada y alimentada por un grupo bien financiado de agitadores, adoctrinadores, litigantes y activistas, entre ellos MALDEF (el Fondo para la Defensa Legal  y la Educación Mexicano-Americana, subvencionado por la Fundación Ford), el Consejo Nacional de La Raza, los departamentos de Estudios Chicanos y MEChA , el lunático grupo de alumnos con sus sueños de forjar una entidad que llaman «Aztlán» (una patria mítica del «pueblo indígena») que abarca territorios tan al norte como el estado de Washington y tan al Este como Texas.

Esta fantasía es promovida por el gobierno mexicano, el cual reclama la soberanía para los mexicanos que viven en ambos lados de la frontera.

¿Los chicanos revanchistas piensan alguna vez sobre las disparidades entre los Estados Unidos y México –y no sólo en ingresos, o en el hecho que, a pesar de la riqueza de sus recursos naturales, la mayoría de los mexicanos son patéticamente pobres? Como dice el chiste: No sólo robamos la mitad de su país, sino que robamos la mitad que tenía los caminos pavimentados.

Durante la mayor parte de su historia del siglo 20, México fue un estado unipartidista– una democracia sólo de nombre. Hoy, hay partes de México que se asemejan a Beirut en la década de 1970.

El pasado otoño, la Secretaria de Estado Hillary Clinton, nada chovinista, le dijo a un grupo de investigación de política exterior de D.C., que México «se veía cada vez más como Colombia se veía hace 20 años, donde los narcotraficantes controlaban ciertas partes del país».

Clinton fue desmentida rápidamente por su jefe, el multiculturalista en jefe, quien aseguró a los cuatro vientos que «México es una vasta y progresiva democracia, con una economía en crecimiento, y como resultado no se le puede comparar con lo que ocurrió en Colombia hace 20 años». Una vez más, el chico-prodigio de los asuntos exteriores piensa que la Hermandad Musulmana es una fuerza para la democracia en el Medio Oriente.

En nuestro vasto y progresivo vecino del Sur, usted puede terminar con la cabeza cortada y clavada en una estaca por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Su Gobierno informa que en los últimos cuatro años, 34,612 ciudadanos de la tierra de las oportunidades han muerto a causa de violencia relacionada con las drogas, y 15,273 de esos asesinatos fueron perpetuados solamente en 2010. 

El multiculturalismo busca enfrentar a las mujeres contra los hombres, los negros contra los blancos, marrones contra otras razas, minorías contra judíos (por difundir el odio hacia Israel y varias teorías conspirativas) y generar un profundo resentimiento entre otros grupos de víctimas designadas.

El multiculturalismo se apoya en el revisionismo histórico – un intento por reescribir la historia y encasillar a este país como América La Fea. En noviembre pasado, en una Conferencia del Fondo Nacional para las Humanidades («Historia y conmemoración: Legados de la Guerra del Pacífico en la Segunda Guerra Mundial») que tuvo lugar en la Universidad del Centro Este-Oeste de Hawai, sorprendentemente, se trató de exonerar al Japón imperial y acusar a los Estados Unidos. Uno de los participantes, la Dra. Penélope A. Blake, alertó sobre esta farsa.

En una carta a su congresista, Don Mazullo, Blake acusó: «En mis 30 años como profesora de la educación superior, nunca había presenciado ni participado en una conferencia más extremista, panfletaria, revisionista, casi carente del equilibrio retórico y del contexto histórico de los argumentos presentados».

De acuerdo con las presentaciones de la conferencia, en Pearl Harbor, los Estados Unidos deberían ser vistos tanto «como victimas como agresores» (exactamente lo que dice la izquierda sobre el 9-11), «los militares norteamericanos y sus veteranos constituyen una fuerza imperialista, opresiva», «los recuerdos de los veteranos de sus propias experiencias en la guerra son dudosos y están influenciados por los medios de comunicación y su propio auto-engaño» y «los monumentos de guerra, como el memorial de Arizona, deberían ser reformulados como ‘memoriales de paz’ sensible a los espectadores de todos los países, especialmente a los muchos visitantes de Japón». Todas las citas son de la carta que Blake le envió a Manzullo.

¿No va siendo hora de que comencemos a pagar indemnizaciones a las familias de los pilotos kamikaze y de los muchachos banzai muertos durante la campaña de isla en isla – muchos de los cuales habían recientemente violado y torturado a coreanos y a chinos?

Los autores de los libros para el programa de Estudios Mexicano-Americanos de Tucson, comparten la mentalidad de los falsos eruditos que hicieron desfilar sus tergiversaciones de la historia en esta conferencia – todos ellos subsidiados por los contribuyentes.

Las más recientes aventuras en la tierra del multiculturalismo incluyen el tratamiento del Islam en un libro de texto recomendado por el Consejo de Educación del Estado de California para su uso en sus escuelas. En «¡Historia Viva! El Mundo Medieval y más allá», el material sobre el Islam fue escrito con la colaboración de la fundamentalista Sociedad Islámica de América del Norte. 

El libro incluye una oración sobre Jesús y un capitulo sobre Mahoma, el cual presenta un recuento adulador y falsificado de la vida del profeta. La religión de la paz está tan higienizada que suena a metodismo con una burka.

¿Cuál es la incidencia del adoctrinamiento multicultural? En 2008, el Instituto de Manhattan hizo una encuesta sobre planes de estudio en los mejores programas de educación superior de la nación, clasificados por U.S. News & World Report, y encontró que en la descripción de los cursos, palabras como «multiculturalismo», «diversidad», «inclusión» y sus variantes, aparecían con un 82% más de frecuencia que la palabra «matemáticas».

En un ensayo de1995, el escritor y académico Michael Novak dijo que los componentes principales del multiculturalismo incluían: «anti-americanismo», «victimología», «doble rasero», «pensamiento colectivo», «ensalzamiento del ego» y «censura». 

El multiculturalismo es la realidad virada bocabajo y al revés. La grandeza de los Estados Unidos se atribuye, no a sus singulares instituciones políticas, a nuestro sistema de libre mercado, a una Constitución que salvaguarda el individualismo, al trabajo duro, a la creatividad (a la inventiva yanqui) y a un espíritu pionero; sino a la supuesta propensión de los estadounidenses al robo, la explotación, la subyugación, a las artimañas y al acaparamiento de los recursos a través del tiempo. 

La izquierda siempre ha tenido la intención de desunir a los Estados Unidos. En una de sus más conocidas apropiaciones erróneas, el Vicepresidente Al Gore proclamó sonoramente, «Podemos construir un espacio cívico colectivo suficientemente grande para todas nuestras identidades diferentes, que puede ser E pluribus unum – de muchos, uno. 

Hasta finales de la década de 1960, los estadounidenses lucharon por unir a una nación de diversas religiones, razas y etnias (de muchos, uno). Los denominadores comunes fueron una herencia de la que todos pudieran estar orgullosos, la fe en las instituciones democráticas y el libre mercado, una reverencia a Dios (como quiera que esa devoción fuera expresada) y, por supuesto, el idioma inglés. 

La izquierda se ha comprometido a hacer lo contrario – para hacer exactamente eso contra lo cual Theodore Roosevelt nos advirtió: convertir a Estados Unidos en «una maraña de nacionalidades contenciosas» – una cuyos distintos componentes estén impulsados por la amargura, la envidia, la paranoia y una profunda interpretación errada de la historia.

Barack Hussein Obama es el primer reconocido multiculturalista de la Casa Blanca.

El presidente hace giras internacionales de disculpa; pone en duda públicamente la singularidad de los Estados Unidos; ridiculiza a Main Street América diciendo que está repleta de fanáticos religiosos intolerantes, propensos a la violencia; distorsiona la historia (por ejemplo: al afirmar que Estados Unidos no es una nación cristiana, sino que el Islam hizo una gran contribución a nuestra identidad nacional); celebra el Ramadán, pero no el Día Nacional de Oración y apoya lo que equivale a una política de fronteras abiertas.

En declaraciones a la estación de televisión por cable en español Univisión, el otoño pasado, Obama instó a los hispanos a acudir a las urnas en noviembre y «castigar» a sus «enemigos» – aquellos que no entienden que el español es nuestra lengua oficial, la bandera de los Estados Unidos es ofensiva, los estudios de reclamos raciales son lo máximo y el Cinco de Mayo es un día de fiesta nacional en lo que solían ser los Estados Unidos de América. 

¿Me dan un «olé»?

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Don Feder  es un antiguo escritor del Boston Herald que actualmente es un consultante de política y comunicaciones. Además, mantiene su propio sitio web: DonFeder.com.
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