Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán

Nena Arias | 8 de enero de 2024

“Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida.”
(Salmo 23:6)

En su mayor parte, un nuevo año trae grandes expectativas a la mente de las personas. Ponen en marcha las ruedas de su imaginación y grandes esperanzas nacen en sus corazones. Puede que tú tengas grandes esperanzas o ninguna. Una cosa es segura, muchas cosas pueden suceder y de hecho sucederán. Algunas las anticipaste, otras serán una sorpresa total. Algunas traerán satisfacciones, otras quizás serán grandes decepciones. Pero en este punto, el mejor consejo que puedo darte es desafiarte a que te decidas a vivir tu mejor vida para Dios porque él promete a sus hijos estar con nosotros en las buenas y en las malas. Esto nos dice en Isaías 43:1-3 “Pero ahora, así ha dicho el SEÑOR, el que te creó… el que te formó… No temas, porque yo te he redimido. Te he llamado por tu nombre; tú eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y cuando pases por los ríos, no te inundarán. Cuando andes por el fuego, no te quemarás ni la llama te abrasará. Porque yo soy el SEÑOR tu Dios…”

Es un hecho comprobado que los propósitos de Año Nuevo de la mayoría de las personas son un desastre casi de inmediato. De hecho, las estadísticas muestran que un alto porcentaje no logra alcanzar sus propósitos de Año Nuevo incluso antes de que termine el mes de enero, y mucho menos el resto del año.

Sin embargo, no tiene que ser así. Tú y yo podemos decidir tener un gran año, lo mejor es que con Dios podemos tener éxito por el resto de nuestra vida terrenal.

Hace miles de años Dios delineó las bases para que tengamos una vida próspera y exitosa, sobre la cual podemos leer en el libro de Josué 1:1-9:

“Aconteció después de la muerte de Moisés, siervo del SEÑOR, que el SEÑOR habló a Josué hijo de Nun, ayudante de Moisés, diciendo: —Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. Yo les he dado, como lo había prometido a Moisés, todo lugar que pise la planta de su pie. El territorio de ustedes será desde el desierto y el Líbano hasta el gran río, el río Éufrates, toda la tierra de los heteos hasta el mar Grande, donde se pone el sol. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te desampararé. Esfuérzate y sé valiente, porque tú harás que este pueblo tome posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de cumplir toda la ley que mi siervo Moisés te mandó. No te apartes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito en todo lo que emprendas. Nunca se aparte de tu boca este libro de la Ley; más bien, medita en él de día y de noche, para que guardes y cumplas todo lo que está escrito en él. Así tendrás éxito y todo te saldrá bien. ¿No te he mandado que te esfuerces y seas valiente? No temas ni desmayes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas”.

La promesa que Dios le dio a Josué es completamente válida para nosotros hoy. Dios promete que si obedecemos Su Ley podemos esperar prosperidad y éxito en todo momento. Cuanto más apliquemos el pasaje anterior del libro de Josué a nuestro caminar de fe, más garantía tendremos de Dios para un viaje terrenal feliz y exitoso, sin importar lo que tengamos que enfrentar. El tipo de obediencia del que habla el pasaje de Josué fortalece nuestra confianza porque experimentaremos cómo Dios nos da la dirección y guía que necesitamos diariamente tal como lo hizo con Josué. Ese tipo de fe y obediencia destruirá cualquier limitación que podamos sentir acerca de nosotros mismos y nos permitirá escuchar la voz de Dios en nuestro interior. Su voz nos asegura quiénes somos y qué podemos lograr.

Debes asegurarte de que tus planes de Año Nuevo estén de acuerdo con los que Dios tiene para ti. Busca en nuestro Padre celestial tu dirección para llegar a sus objetivos. Acepta el gobierno de Dios para tu vida y determina desarrollar un fuerte amor por Él en todo lo que hagas y así asegurar tu Año Nuevo verdaderamente próspero en una nueva dimensión espiritual feliz y satisfactoria. Sólo entonces podrás decir como el salmista: “Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida…” (Salmo 23:6).

Facebook
Twitter
LinkedIn
Reddit