Decir no a la educación pública es impopular con los cristianos

por Nena Arias

Si tenemos tantas iglesias en los Estados Unidos con un alto porcentaje de asistencia regular, veinticuatro horas al día de programación de radio y televisión cristiana, muchas librerías cristianas con una gran variedad de traducciones de la Biblia, miles de libros instructivos y devocionarios sobre cómo vivir una buena vida cristiana, tanta maravillosa música de alabanza y adoración, entonces ¿por qué está la nación en tal decadencia espiritual, política, educativa y moral? ¿Por qué semejante contradicción? Esto no tiene sentido.

Una de las razones principales del declive moral de Estados Unidos es que la mayoría de los padres cristianos han abandonado sus deberes como padres para educar a sus hijos en la sabiduría de Dios para todas las áreas de la vida como las Escrituras instruyen (Deuteronomio 4:9, 6:1-9; Salmos 78:5-8; Proverbios 22:6, Efesios 6:9). Ellos todavía están enviando a sus hijos a las escuelas públicas administradas por el gobierno, a pesar del adoctrinamiento ateo, liberal que reciben sus hijos por lo menos 6 horas al día y cinco días a la semana, en comparación con aproximadamente una hora a la semana en la iglesia si asisten con regularidad. Las devociones familiares prácticamente son inexistentes.

La gama de excusas, razones y justificaciones de por qué los cristianos continúan enviando a sus hijos a las escuelas públicas, a sabiendas del asalto agresivo a sus valores espirituales y tiernas mentes e impresionables de sus hijos, es aberrante a mí parecer. La mayoría de los cristianos ni siquiera quieren considerar la posibilidad de sacar a sus hijos de las escuelas públicas. Ellos simplemente no lo harán. Están tan acostumbrados a solo descargar a sus hijos, para que otros se los eduquen, que incluso el pensamiento de asumir la responsabilidad que ya tienen ante Dios, es inconcebible. Transferir la responsabilidad de sus niños para que otros los puedan educar, formar y entretener es tan conveniente y está tan arraigado en su pensamiento de que la educación «gratuita» es la única manera de hacer esto. No importa que este sistema «gratuito» de educación (adoctrinamiento) tenga la osadía de enseñar la educación sexual desde su perspectiva atea a los niños, incluso tan pequeños como de la edad de jardín de niños; a veces sin el consentimiento de los padres. Enseñar la abstinencia es un tabú, totalmente fuera del currículo. La educación sexual en las escuelas públicas ahora incluye la presentación de la homosexualidad como un estilo de vida completamente «normal» y aceptable. Esto se hace con el pretexto de que «la gente no debe ser juzgada por a quienes aman; ellos no pueden evitarlo pues se dice que ya ‘nacen’ de esa manera». No importa que no hay ningún hecho científico para apoyar esa afirmación. Así que ahora estamos empezando a oír hablar de los niños de ambos sexos, incluso tan pequeños como los niños de 4, 5 y 6 años, e incluso de preadolescentes y adolescentes que quieren cambiar su género sexual porque se sienten atrapados en el cuerpo equivocado. Y lo peor de esto, en muchos casos; estos pequeños están siendo totalmente apoyados por sus padres. ¿Qué base moral le dio el permiso a las escuelas para invadir la privacidad de las mentes de nuestros hijos para sembrar estas ideas en su cabeza? ¿Cómo nos está afectando una cultura altamente desenfrenada con el sexo?

Es hora de despertar, amigos. Por lo menos, hagan su tarea de conocer lo que les están enseñado a sus hijos. Acepten de una vez por todas que el sistema escolar público no se va a mejorar sólo va a empeorar, porque es un concepto fallido desde el principio. ¡El entregar a tus hijos para que sean enseñados por los demás es un error! En el sistema de escuelas públicas los padres de familia no tienen voz en la determinación de los planes de estudio que a sus hijos se les enseña. Esto está fuera de su control.

Otra atrocidad que está sucediendo en las escuelas públicas es el programa de Common Core (Tronco Común). Te desafío a que veas lo que es eso y te aseguro que te vas a horrorizar. Un excelente sitio web de recursos para aprender acerca de Common Core es: www.eagleforum.org. Sólo pon «Common Core» en la barra de buscar [información disponible sólo en inglés].

El totalitarismo es hacia donde vamos y sabemos lo que la historia revela sobre el resultado. Cuando la gente rechaza el plan de Dios para la vida en todos los ámbitos, están construyendo su propia cárcel, donde serán esclavizados por sus propios hechos. Todavía hay tiempo, no es demasiado tarde para dar un giro a todo esto con la ayuda de Dios y de nuestras acciones decisivas.

Los padres que quieren honrar a Dios deben de ser los proveedores para sus familiasporque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe y es peor que un incrédulo”, (1 Timoteo 5:8). Esto no es sólo en referencia a las cosas materiales, sino a los asuntos espirituales también. La responsabilidad que aceptamos cuando nos convertimos en padres de familia es para todo el bienestar de nuestros hijos en espíritu, alma y cuerpo.

Dado que la economía parece ser lo único en lo que las personas piensan, uno de los primeros argumentos «justificables» que emiten de la boca con respecto a la educación de sus hijos es:

«No podemos darnos el lujo de enviar a nuestros hijos a escuelas privadas».

Como mamá que ha educado en el hogar, te puedo decir que la mejor opción es la opción bíblica, que es la educación en el hogar. Hay programas de estudio excelente de Internet disponible sobre cada tema con instructivos para el profesor para que se le facilite al padre o instructor. Su niño puede ser educado de manera superior a cualquiera de sus compañeros que asisten a la escuela pública. No es necesaria la acreditación si su hijo(a) puede pasar un examen de ingreso a la universidad. Cada vez más, los colegios y las universidades están codiciando a los estudiantes educados en el hogar debido a su formación de auto-disciplina, sus grandes hábitos de estudio y la forma en que sobresalen de los graduados de las escuelas públicas convencionales. Como padres de familia, especialmente los padres cristianos, tenemos que dejar de adorar en el altar del dólar todopoderoso y dejar de sacrificar a nuestros hijos allí. Las iglesias deben ofrecer una alternativa a la educación pública humanista y abrir sus instalaciones como un ministerio para las familias jóvenes. Es hora de rescatar a nuestros hijos en todos los niveles escolares de las garras de los malvados que quieren a nuestros hijos a toda costa para justificar el llenarse sus bolsillos y producir más hijos del diablo con el permiso de sus padres «cristianos».

Creo que los cristianos tienen la clave para la transformación de esta nación si tan sólo todos sacaran a sus hijos del sistema educativo público y luego exigieran la exención del pago de los impuestos que financian este «abismo» que consume tanto dinero y sólo empeora en lo que se supone que debe sobresalir. En una sociedad libre debemos tener la oportunidad de salirnos del sistema educativo de gobierno y aceptar nuestra responsabilidad de velar por la educación de nuestros niños y hacer un trabajo mucho mejor en eso, ya que nadie está más interesado en una educación de alta calidad para nuestros hijos que nosotros los padres.

En Estados Unidos, hemos estado tratando de «salvar» a las escuelas públicas por más de 50 años. Cuanto más dinero se le invierte, peor se pone. Según el Departamento de Estadísticas Laborales, el salario promedio de los maestros de escuela pública es de 43,000 dólares al año por 9 meses de trabajo con un par de meses de vacaciones pagadas y un montón de beneficios maravillosos. Esto ha atraído a muchos supuestos maestros que no deberían estar allí, porque la vocación no está en sus corazones. Ellos sólo quieren la seguridad que el trabajo ofrece.

Para los padres, sacar a sus hijos de la escuela pública puede significar algunos sacrificios, pero si no lo hacemos por nuestros hijos, ¿quién lo hará? Tal vez tenemos que conducir un modelo de coche mas antiguo, tener una casa más pequeña y renunciar a vacaciones costosas o regulares. ¿Y qué? ¿Acaso nuestros hijos no valen la pena? Hay innumerables maneras de reducir nuestros gastos con el fin de cubrir las prioridades. Podemos empezar un negocio familiar en casa e incluso involucrar a los niños. De esta manera podemos tener un ingreso extra y seguir estando libres para educar a nuestros hijos. 

El sistema escolar público sólo va a empeorar porque no es la manera de Dios para educar adecuadamente a los niños. Además, no son zonas neutras; no hay tal cosa. La neutralidad no existe. La religión del gobierno es el humanismo. Si no queremos que nuestros niños sean adoctrinados en la falsa religión, las prácticas del mal y se les enseñe a odiar al Dios de la Biblia y sus caminos, ¿tiene sentido entonces que pongamos a nuestros hijos en las manos de aquellos que se oponen directamente a la verdadera perspectiva cristiana del mundo y por encima financiarlo con nuestro dinero? ¡Piénsalo! 

Otra pobre excusa o razón de por qué los padres cristianos continúan enviando a sus hijos a las escuelas públicas es porque dicen:

«Nuestros niños tienen la oportunidad de brillar para Jesús y ser testigos».

¿Lo crees? ¿Con qué herramientas exactamente? ¿De verdad creemos que el intento a medias con una historia de la Biblia condensada durante veinte minutos de una hora de clase de escuela dominical que tiene que ser dividida con tiempo para juegos y golosinas va a ser efectivo cuando a nuestros hijos se les enseña en la escuela que la Biblia es un libro de fábulas y que realmente evolucionaron de los animales? ¿Cuánto tiempo dedicamos en casa para instruir a nuestros hijos en lo sólido de la Palabra de Dios para hacerlos razonar acerca de su fe, para que sepan lo que creen y, ¿por qué lo creen? ¡Abre los ojos! Nuestros hijos no están equipados para ser testigos en el sistema de escuelas públicas así como yo no estoy lista para ser un astronauta.

El sistema escolar público es el taller del diablo para desviar a nuestros hijos del camino de Dios. La Palabra de Dios tiene la respuesta a la educación excelente que nuestros niños merecen y deben recibir, junto con nuestros mejores esfuerzos como padres. Es hora de dejar de ser irresponsables en nuestros deberes y no hacérsela fácil al diablo para que devore a nuestros hijos.

“ … Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón;  y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos. Y las escribirás en los postes de tu casa y en tus puertas”, Deuteronomio 6:6-9.

«Por tanto, guárdate y guarda tu alma con diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto ni se aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a tus hijos y a los hijos de tus hijos”,  Deuteronomio 4:9.