Nena Arias | 22 de enero de 2024
“Antes que yo te formara en el vientre, te conocí.”
(Jeremías 1:5)
“No fueron encubiertos de ti mis huesos a pesar de que fui hecho en lo oculto y entretejido en lo profundo de la tierra. Tus ojos vieron mi embrión y en tu libro estaba escrito todo aquello que a su tiempo fue formado, sin faltar nada de ello.”
(Salmo 139:15-16)
La enseñanza de Dios sobre el carácter sagrado de la vida es muy clara en su Palabra, la Biblia. Por lo tanto, es increíble que, a pesar del hecho de que la vida inocente en todas sus etapas debe ser guardada, respetada y protegida, que aun esté siendo masacrada deliberadamente en el útero de la madre es algo horrible más allá de lo que las palabras pueden describir.
A pesar de que Roe v. Wade ha sido revocado a nivel de la Corte Suprema después de una larga batalla de 50 años, la guerra aún no ha terminado. Felicito y aplaudo profusamente a todos aquellos que, en un clima extremadamente frío, todavía marcharon por la vida en el evento anual en Washington D.C. y muchas otras partes de la nación. Esta batalla por la vida está lejos de terminar porque miles de niños inocentes por nacer aún están siendo masacrados en el vientre de sus madres, que debería ser el lugar más seguro para cualquier niño.
Incontables miles de personas distorsionan la Declaración de Independencia y la Constitución para “justificar” este horrendo fallo y siguen considerando que asesinar a su hijo no nacido es un derecho y una elección fundamental.
Es alentador ver a los miles de jóvenes y otras personas de todas las edades en la capital del país para la Marcha por la Vida. Esos bellos rostros de niñas y hombres jóvenes con carteles que expresan su posición: “Detengamos el aborto ahora”, “Defendamos la vida”, “Somos la generación pro-vida”, “La vida cuenta”, “La personalidad ahora”, “Enfréntalo, el aborto mata a una persona”, “La vida, qué hermosa elección”, “Soy una voz para los que no tienen voz”, “Gracias a Dios, mi mamá es provida”, “Demócratas por la vida”, “Desfinanciar Planificación Familiar”, “Rabinos provida de Nueva York”. “Judíos pro-vida de Nueva York”, y muchos más votan por la vida con su presencia. Hay carteles en español y en el idioma judío. Uno de los carteles más conmovedores es cuando muchas mujeres sostienen carteles que dicen “Me arrepiento de mi aborto”.
Si bien hay un porcentaje de personas que aceptan la legalización del aborto, la mayoría todavía está en contra. Históricamente, los pro-vida tienen razón y los proabortos están equivocados. Siempre hay un alto precio social que pagar por esta elección aberrante en la que los humanos asumen la responsabilidad de decidir si otros humanos inocentes e indefensos vivirán o morirán.
Estados Unidos legalizó el asesinato en masa de bebés en el útero de la madre por elección propia en 1973. El sitio web http://www.numberofabortions.com informa que 65,4 millones de bebés han sido asesinados en el momento de escribir este artículo, y ese número aumenta por 3,000 abortos por día en los EE.UU., desde 1980. Se informa que, en todo el mundo, 1.6 mil millones han sido masacrados a través del aborto, y estamos sumando 145,000 por día a esa cifra. Los del movimiento “de salvar la vida de los negros” deberían tomar nota y demostrarse a sí mismos que su lema es real y demostrar indignación por los 19.6 millones de bebés negros que han sido asesinados por la opción del “aborto”, y ese número sigue aumentando a pasos agigantados.
Como pueden ver, estamos fracasando miserablemente en ser una nación bajo el gobierno de Dios y hemos exportado más oscuridad que luz al mundo porque cada niño y cada vida es un regalo de Dios.
¿Cuánto falta para que termine esta masacre? ¿Es realmente tan difícil poner fin a esta maldita pesadilla nacional? Sólo en este país hay mucha sangre que mancha nuestro suelo, de costa a costa y de frontera a frontera.
¿Cuántas marchas y discursos más se necesitan para poner fin a esta práctica bárbara milenaria? ¿Qué tan serios son los funcionarios electos Pro-Vida y las organizaciones Pro-Vida para realmente terminar con toda esta locura que no puede quedar impune indefinidamente por el Real Juez Supremo del Universo?
Después de que la Corte Suprema revocó el caso Roe v. Wade, ahora se requiere inmediatamente que cada legislatura estatal haga lo mismo.
Más importante aún, los líderes de la iglesia cristiana y los cristianos deben movilizarse en todo el país para exigir que cada Congreso estatal detenga este holocausto. Tengamos en cuenta que la inmensa mayoría de los representantes estatales, senadores y electores profesan ser de fe cristiana. No hay forma de evitarlo, Dios nos hará responsables. Redoblemos nuestros esfuerzos y sigamos pidiéndole a Dios que nos libre de este flagelo.