La razón que los ateos odian la Navidad

Ramon Arias | 17 de diciembre de 2013

Durante todo el año los ateos están en una constante guerra contra el cristianismo por una sencilla razón, niegan la existencia de Dios. Pero especialmente se enojan y se frustran en el mes de diciembre, ya que es la mayor época del año. ¡Es Navidad! ¡Los cristianos celebran el nacimiento de Cristo en grande!

Hay luces navideñas por todas partes, árboles de Navidad, tarjetas de Navidad, cenas especiales para Navidad en diferentes fechas del mes, villancicos y canciones navideñas, dramas navideños, referencias del nacimiento de Cristo en las carteleras, correos electrónicos, libros, y programas de televisión. La gran celebración comienza justo después del día de Acción de Gracias.

Los ateos se ríen y se burlan de que los cristianos celebran el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre afirmando que Él ni siquiera nació en esa fecha. Por supuesto, erran en no comprender lo más importante como lo hacen la mayoría de los cristianos. Mucha especulación rodea el nacimiento de Jesús. La verdad es que nadie sabe el día ni la hora exacta de su nacimiento, lo cual es totalmente irrelevante. Eso no es lo importante. Lo que si es importante es el hecho que Él nació y vino a la tierra en un cuerpo terrenal. Ni los ateos, ni los especuladores o cualquier controversia sobre el nacimiento de Jesús debe intimidar a los cristianos a tal grado de hacerles perder el hecho más importante que, ¡Jesús nació! Este es el enfoque real y los ateos saben esto pero odian pensar siquiera en la verdad de su nacimiento. El mejor plan que tienen es el de atacar con la esperanza de que algún día van a tener suficiente poder para dominar esta nación y erradicar todas las ideas acerca de Jesús, Dios el Padre, el Espíritu Santo y todo lo relacionado con ellos en el mundo y en el universo.

Tenemos que entender el rechazo del nacimiento de Jesús de parte de los ateos porque ese hecho destruye totalmente su visión del mundo, especialmente si admiten a la forma en que nació. A los ateos no les importan los hechos, sólo les importa lo que su capacidad intelectual limitada les dicta y lo que ellos presentan como «hechos» a pesar de todos los defectos en sus teorías. No pueden aceptar la manera en que Jesús fue concebido, se ríen de la idea de que ningún espermatozoide u óvulo fue parte de Su concepción.

Los ateos ridiculizan la fe cristiana por creer que el universo, el mundo y la vida tienen su origen en el Creador. Sin embargo, no se detienen lo suficiente para considerar que su creencia de orígenes igualmente requiere fe. Así es, el ateísmo exige fe. Se requiere una cantidad enorme de fe para aceptar que nada produce todo lo que vemos. Su premisa es que el universo entero y todo en la tierra, ¡surgió de la NADA! Ellos le llaman a ese conocimiento, ciencia. Afirman en su fe que los humanos somos descendientes del mono (chango), y luego nos imponen su fe o religión para todas las áreas de la vida. Exigen que debemos aceptar su religión de la nada, donde el hombre es el dios de este mundo. Ellos van a destruir, si pueden, a cualquier cosa o persona que se oponga a su visión del mundo, su religión o su fe.

Excepto que hay cantidad de problemas con la visión atea, todo lo relacionado con su fe se derrumba dentro de la ciencia, la política, la economía, el progreso social y los resultados hablan por sí mismos, los genocidios de los millones y millones de personas, las guerras, la miseria, la corrupción, la decadencia moral, y la lista es larga de todos sus fracasos. Ellos creen que la élite entre ellos debe determinar el destino de miles de millones de personas. Olvídate de los hechos históricos contra el ateísmo que muestran un fracaso rotundo.  Los que odian a Dios son resistentes y solo se cambian de marca mediante el reciclaje de las mismas viejas ideas.

No importa cuántas veces sus ideas han demostrado ser falsas en todos los ámbitos de la vida, siempre evocan algo para que puedan retener sus artimañas con la confianza de que las personas son unos tontos y van a aceptar todo lo que los «expertos» tengan que decir. El caso clásico de esto es el de Eugene McCarthy, académico respetado, genetista en la especie híbrida, una de las principales autoridades del mundo sobre la hibridación de los animales. A principios de este verano de 2013 publicó su hipótesis de que los humanos evolucionaron a partir de un cruce de una hembra chimpancé y un cerdo macho.

La comunidad científica se ha levantado en armas. La mayoría de los científicos evolucionistas están ridiculizando la hipótesis de McCarthy, por supuesto que  tienen que hacerlo. Esta idea de que un cerdo tuvo relaciones sexuales con una chimpancé y eso lo hace ancestro de los humanos. Eso no favorece a su antigua declaración de que los antepasados ​​del hombre son los changos. Incluso desafían a McCarthy para que pruebe su teoría en el laboratorio y se entere de que esa es una mezcla que es imposible. Los científicos creacionistas están teniendo un día de campo con esta nueva teoría, y con buena razón.

Quizás te estés preguntando, ¿qué tiene que ver este negocio del chimpancé y el cerdo con el nacimiento de Jesús? Bueno, recuerda que el ateísmo exige tener fe en su teoría de que todo procede de la nada, y que la nada produce todo y todo vuelve a la nada. Nos aseguran que después de la muerte no hay nada, esto es lo que su «religión» afirma.

La Navidad les recuerda a los ateos, y al mundo del nacimiento de Jesús y de su concepción extraordinaria. El hecho de que Jesús nació del Espíritu Santo, es decir, tenía que ser concebido en la perfección sin ADN humana que lo contaminara es algo que les molesta. Él debía vivir una vida perfecta y cumplir Su propósito terrenal y celestial. Él es la clave para la redención de la raza humana y su naturaleza caída de reconciliarlos con el Padre celestial. El objetivo de Dios era crear una nueva sociedad nacida de nuevo del Espíritu Santo, tal como Él es. Esta es la verdadera razón que los cristianos deben recordar acerca del nacimiento de Jesús.

Muchos cristianos quieren llamarle al nacimiento de Jesús un misterio, pero yo difiero de esa creencia. La Biblia es muy clara del por qué, cuándo y dónde de Su concepción. Génesis 3:15 revela el por qué Cristo tuvo que venir. También, a través de las Escrituras encontramos en la ley y los profetas más de los porqués de su venida. Durante miles de años se estableció cuando Él vendría y cuales serian las condiciones de esos tiempos, los escritos de Daniel son un buen punto de partida para definir el cuándo de la cronología. El donde de Su nacimiento también fue anunciado por el profeta Miqueas 5:2, cerca de 800 años antes que el nacimiento de Jesús se cumpliera. La precisión de todos los eventos que debían cumplirse, ya que se anunciaron desde hace miles de años no se puede fabricar ni siquiera por la mente más brillante. Someter las fechas y los eventos a un análisis científico es aún más asombrosa. Definitivamente el Jesús histórico nació y cumplió Su propósito.

En pocas palabras, ¿qué fue lo que se cumplió en Jesús? En primer lugar, Él vino a revelarnos que la vida en la tierra tiene un significado y que Dios es el Creador de todas las cosas visibles e invisibles. Los seres humanos pueden conocer a Dios el Padre cuando Cristo es aceptado como Salvador y Señor (Juan 1:18, Juan 14:9, Hebreos 1:3). El apóstol Juan escribió que Jesús fue manifestado en carne humana para que los humanos pudieran abrazar la oferta de tener la vida de la Santa Trinidad en ellos (Juan 1:14, 12-13). Exactamente, el Creador del universo caminó entre nosotros en forma humana hace dos mil años.

En segundo lugar, Él vino a pagar el precio de la redención de la raza humana pecadora. Todo el mal que el mundo ha presenciado es el resultado de la conducta pecaminosa. El pecado es destructivo en todas sus manifestaciones y los seres humanos no tienen forma de cambiar eso por su propia cuenta. Jesús se convirtió en el sacrificio sin pecado para pagar por y destruir el pecado. Él logró esta tarea en la cruz, (1 Juan 3:5). Jesús sabía muy bien que él tendría que experimentar la muerte en la cruz y sabía que esto tenia que cumplirse en su primera venida (Juan 18:37).

Los seres humanos nacen con una naturaleza pecaminosa y el pecado es algo natural a pesar de que pueden odiar el pecado se sienten impotentes para cambiar el mal comportamiento que los domina. El pecado separa a los humanos de un Dios moral y justo.

Todos necesitamos un salvador, y esto es exactamente la gran y buena noticia del mensaje de la Navidad, Cristo es nuestro Salvador (Lucas 2:11, Mateo 1:21). ¡Qué regalo! Jesús vino para librarnos de nuestros pecados (1 Juan 3:5).  No más especulaciones sobre el significado de la vida, la tierra, el universo y la vida después de la muerte física.

En tercer lugar, Jesús vino para destruir las obras del enemigo de Dios y de la raza humana, Satanás. Una vez que todos los seres humanos entiendan el origen del mal ellos tendrán la opción de rechazar el origen o rechazar a Jesús, el regalo de la vida y el poder para vencer al maligno. Juan escribió que Jesús vino a destruir las obras del diablo (1 Juan 3:8). Todos nacemos con deseos pecaminosos, Satanás se aprovecha de nuestra naturaleza caída para atraernos hacia el pecado y luego esclavizarnos a un comportamiento malo en un circulo vicioso (Santiago 1:13-15). Jesús libera a las personas. Definitivamente, una vez que aceptamos Su verdad y la vivimos día tras día, ¡somos verdaderamente libres!

Esta es una pequeña síntesis del verdadero significado de la Navidad como el regalo de Dios a todos los hombres de buena voluntad. Nótese que es «de buena voluntad», esto quiere decir que los que no son de buena voluntad encontrarán que la vida es insoportable para ellos.

Los ateos encuentran al nacimiento de Cristo inaceptable, porque va en contra de su fe. ¿Cómo es posible que este bebé que nació aproximadamente hace dos mil años es el Rey de reyes y Señor de señores en la actualidad y que gobierna de un lugar más allá de las galaxias?

Esta y más preguntas se les contestarán a los ateos de todos los ámbitos de la vida una vez que vean a los seguidores de Jesús vivir como Él vivió en el aquí y ahora. Jesús no es una religión establecida, con Él se trata de vidas transformadas con el fin de darle sentido a todo este desastre humano que está pidiendo ser revertido.

Dios ama a los ateos tanto como ama a cualquier persona y quiere que vengan a sus sentidos y disfruten de la vida. Él quiere que ellos acepten Su verdad y se involucren en el plan de orden social perfecto de Dios. Una vez que abrasen la verdad de la Navidad van a dejar de odiar al Cristo de la Navidad.

“Porque nos ha nacido un niño,
se nos ha concedido un hijo; la soberanía reposará sobre sus hombros, y se le darán estos nombres: Consejero admirable, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Se extenderán su soberanía y su paz, y no tendrán fin. Gobernará sobre el trono de David y sobre su reino, para establecerlo y sostenerlo con justicia y rectitud
desde ahora y para siempre. Esto lo llevará a cabo el celo del Señor Todopoderoso”. (Isaías 9:6-7)

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