Nena Arias | 17 de julio de 2023
“Ninguno que ha puesto su mano en el arado y sigue mirando atrás es apto
para el reino de Dios.”
(Lucas 9:62)
Los héroes, especialmente de la fe, son personas que toman las decisiones correctas, enfrentan el temor un poco más y no huyen. ¿Parece como que ser un héroe está al alcance de todos? ¡Por supuesto que sí! Pero hay una clave para esto. Debes tener fuertes convicciones en lo que crees para que estas te guíen frente a los desafíos. Los héroes toman decisiones mucho antes de enfrentarse a los peligros sobre los que tendrán que actuar.
La Biblia nos habla de tantos héroes de la fe que tuvieron que enfrentar desafíos terribles, que estaban solos, muchos fueron odiados y ciertamente considerados extraños e incluso peligrosos. Sin embargo, estaban seguros del llamado de Dios sobre sus vidas y, en última instancia, no querían desobedecerlo. Además de todo eso, los héroes de la fe no solo se enfrentan a poderosos enemigos humanos que estaban conduciendo a las personas al mal, sino que ponían sus vidas en peligro. En realidad, luchar por la fe y la voluntad de Dios significa enfrentarse a poderosas fuerzas espirituales de las tinieblas que van por “la yugular”, por así decirlo. Dios no solo nos ha revelado quiénes son nuestros verdaderos enemigos, sino que también nos ha equipado para ganar. Efesios 6:11-13 dice lo siguiente: “Vístanse de toda la armadura de Dios, para que puedan hacer frente a las intrigas del diablo; porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espíritus de maldad en los lugares celestiales. Por esta causa, tomen toda la armadura de Dios para que puedan resistir en el día malo y, después de haberlo logrado todo, quedar firmes”.
Algunos de los profetas del Antiguo Testamento podrían haber sido respetados, pero ciertamente no fueron tratados como celebridades. A menudo eran una sola voz en oposición. Puedes estar seguro de que sintieron que eran ellos contra el mundo entero. Sin embargo, cuando sabes sin sombra de duda que estás representando a Dios en una situación, la valentía santa se apodera de tu corazón y Dios recibe la gloria.
Todo eso para decir esto, que Dios definitivamente está necesitando héroes de la fe en estos días en el mundo para enfrentar tanta decadencia moral donde no es nada popular defender la verdad y los valores de Dios. Sé que muchos de nosotros hemos estado luchando por la fe constantemente en medio de tanta decadencia moral y las cosas solo parecen empeorar día a día. Pero nunca debemos desesperarnos. Las cosas toman tiempo y Dios espera el momento preciso para entrar en escena. Muchas veces, es cuando los impíos parecen ser invencibles y que están ganando más que nosotros cuando Dios hace su movida, entonces es más obvio quién se lleva la gloria.
Por eso, debemos seguir trabajando y orando sin cesar ante la terquedad del pecado.
Estados Unidos ciertamente está siendo controlado en la actualidad por poderosos gobernantes malvados en su mayor parte. Cuanto más se expone su maldad, parece que más se aferraran. Hacen alarde abiertamente de su desafío a los valores de Dios y exigen que hagamos lo mismo. Es de esperar que estos líderes depravados vuelvan su ira e influencias demoníacas contra aquellos que se niegan a aceptar su anarquía, depravación y falta de respeto a Dios porque nos interponemos en su camino y sacamos a la luz su pecado.
Se requiere valor, determinación y sabiduría del pueblo de Dios ante tal maldad. Así como los personajes de la Biblia enfrentaron la maldad de su época, nosotros debemos hacer lo mismo. Así como Dios estaba con ellos, está con nosotros porque es el mismo ayer, hoy y por los siglos. Su plan para erradicar el mal sigue siendo nuestra orden de marcha para hoy.
¡Debemos proclamar el mensaje claro de que el Señor, solo él es Dios y no hay otro! Nunca permitiremos que seres humanos pecadores nos gobiernen indefinidamente, incluso si eso significa dar nuestras vidas. Los cobardes no heredarán el reino de Dios.
“El que venza heredará estas cosas; y yo seré su Dios y él será mi hijo. Pero, para los cobardes e incrédulos, para los abominables… su herencia será el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”.
(Apocalipsis 21:7-8)