Por Frank Turek
Por lo menos una lesbiana no está contenta conmigo por lo que presenté la semana pasada contra el matrimonio entre personas del mismo sexo en nuestro programa de TV. Ella me escribió un correo electrónico de todas MAYÚSCULAS con «MUY MORALISTA» en la línea del encabezado:
SOLO DIOS PUEDE JUZGARME Y SOY UNA LESBIANA CRISTIANA, DESDE HACE CASI 20 AÑOS. ¡NO JUZGUES Y SIGUE TU CAMINO! ESTOY TAN CANSADA DE USTEDES LOS SANTURRONES, PECADORES QUE JUZGAN A LA GENTE.
Le escribí de vuelta a su pregunta y le pregunté por qué ella me estaba juzgando por juzgar. Me pareció una buena pregunta. Después de todo, si no debo «juzgarla», ¿por qué es aceptable que ella me juzgue? Y si es una cristiana, ¿acaso no sabe que Dios ya ha juzgado la conducta homosexual como inmoral? Es decir, yo no hice el juicio de que el comportamiento homosexual estaba mal. Dios es la norma de la moral, no yo. Pero el punto principal es que mi amiga lesbiana de correspondencia hizo lo que la mayoría de los liberales hacen cuando se enfrentan con argumentos que no les gustan, hacen mal uso de la orden de Jesús de no «juzgar» con el fin de hacerte callar. Así que si tú te opones a su comportamiento o de su intento de lograr que la nación apruebe su inmoralidad (es decir, el matrimonio entre personas del mismo sexo), de seguro vas a escuchar «¡No juzgues!» Al igual que con la mayoría de consignas gritadas por la izquierda, la verdad es exactamente lo contrario a lo que ellos dicen. Los liberales toman las declaraciones de juicio de Jesús fuera de contexto, ya que quieren evitar una condena moral de sus propias acciones, y no quieren que te des cuenta que ellos están haciendo juicios también. Echemos un vistazo a lo que realmente dijo Jesús:
No juzguen a otros, para que Dios no los juzgue a ustedes. Pues Dios los juzgará a ustedes de la misma manera que ustedes juzguen a otros; y con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les dará a ustedes. ¿Por qué te pones a mirar la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no te fijas en el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en tu propio ojo, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla que tienes en el ojo”? ¡Hipócrita!, saca primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien para sacar la astilla que tiene tu hermano en el suyo. (Mateo 7:1-5)
Nota que Jesús no nos dice que no juzguemos, Jesús nos está diciendo cómo juzgar. En realidad nos manda a sacar la paja del ojo de nuestro hermano – esto implica la realización de un juicio. Pero también nos ordena dejar de cometer los pecados más grandes en nosotros mismos para que podamos ayudar mejor a nuestro hermano. En otras palabras, cuando juzgas, hazlo con justicia y no hipócritamente.
Jesús expresó esta misma idea cuando dijo: «No juzguéis según las apariencias y haz un juicio justo», (Juan 7:24). Jesús nunca nos diría que dejemos de juzgar, ¡eso sería cometer suicidio! Piensa en cómo la vida sería imposible si no haces juicios. Tú haces cientos, si no miles, de juicios cada día entre el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, entre opciones peligrosas o seguras. Tú ya estarías muerto si no hicieras juicios.
¿Qué tiene esto que ver con la política? Toda ley es un juicio sobre lo que es mejor para la sociedad. Los activistas homosexuales están haciendo un juicio que el matrimonio entre personas del mismo sexo sería la mejor ley para la sociedad. Es un juicio equivocado como he argumentado en esta columna antes (con el artículo Gay Marriage: Even Liberals Know it’s Bad [El Matrimonio Gay: Incluso los liberales saben que es malo]), no obstante, es un juicio. Así que, además de ser autodestructivo, la creencia de que «no debemos juzgar» es totalmente impráctico e incluso peligroso. Tomar decisiones es inevitable, tanto personales como políticamente. Si quieres una muerte repentina y prematura, sólo deja de hacer juicios.
Por desgracia, los liberales están impulsando a nuestra sociedad hacia una muerte prematura, diciendo que es un juicio desastroso y que no debemos hacer juicios acerca de su comportamiento. Ellos, por supuesto, pueden juzgar nuestro comportamiento como inmoral cuando nos oponemos al matrimonio del mismo sexo o a la masacre de los no nacidos. Pero ellos dicen que no debemos juzgar su comportamiento. Esta es exactamente el tipo de hipocresía de la cual Jesús advirtió en contra. ¡El pasaje que citan en realidad les trae la convicción de su pecado!
Para la gente que está tan preocupada por la «separación de la iglesia y el estado», es increíble lo rápido que los liberales citan la Biblia cuando piensan que ayuda a su caso. No dejes que se salgan con la suya. Si ellos creen en la Biblia cuando piensan que condena el juzgar (que no lo hace), entonces pregúntales por qué no creen en la Biblia cuando sin duda condena a la homosexualidad. Si quieren usar la Biblia como su estándar, entonces van a ser juzgados por el mismo criterio.