Rissa Arias

Esther Quinn | 19 de septiembre de 2013

Estados Unidos ha cambiado drásticamente en los últimos 200 años. Nuestro país se ha convertido en algo que la mayoría de nosotros no estamos dispuestos a aceptar. La gente sabe que algo anda mal y está luchando para encontrar algo que pueda hacer para mejorar al país. Sabemos que EE.UU. fue un país grandioso así que algo en su pasado debió haber estado bien. Sin embargo, el paradigma de nuestros valores y morales cambió, lo cual ha cambiado radicalmente el carácter de nuestro querido país y no para bien. 

Uno de los cambios obvios es que el “yo” no estaba puesto en un pedestal en el corazón de los estadounidenses. Hoy en día, la gente vive prácticamente para su propia satisfacción. Esto se conoce como el hedonismo, o auto-placer.

Esto está en total contraste con lo que se nos ha enseñado por Dios en Su palabra. En Filipenses 2:3-4, Pablo lo dice de esta manera:

“No sean egoístas; no traten de impresionar a nadie. Sean humildes, es decir, considerando a los demás como mejores que ustedes. No se ocupen sólo de sus propios intereses, sino también procuren interesarse en los demás”.

El diccionario define la palabra hedonismo de la siguiente manera:

 Hedonismo [etimología- griega]

1 . La doctrina de que el valor moral puede definirse en términos de placer

2 . La doctrina de que la búsqueda del placer es el bien supremo

3 . La gratificación en los placeres sensuales

 Los estudios demuestran que las civilizaciones que van hacia una caída demuestran 37 indicadores principales que son idénticos. Uno de los síntomas es el hedonismo que se describe de la siguiente manera:[1]

 La gente se ha vuelto pasiva, en lugar de activa, se interesan en los juegos, la recreación, la lectura, el entretenimiento y la ilusión, más que en el mundo real.

  • La obsesión de los estadounidenses para obtener una sobreabundancia   de bienes materiales los está consumiendo de día y de noche.
  • Buscan entretenimiento placentero en exceso, mientras que carecen de la autoestima y la moral para contener el comportamiento dentro de los límites civilizados. Desde los Estados Unidos se transmiten 428 millones de páginas pornográficas hacia el mundo.[2]
  • Las acciones de las personas se han vuelto extremadamente groseras y maleducadas, sin respeto por los demás.
  • El público estadounidense parece haber revertido a una forma de barbarie. En lugar de convertirse más civilizado, como debería esperarse de una civilización madura, parece que estamos descendiendo hacia una cultura carente de moralidad, decencia y el respeto para nuestros conciudadanos.
  • En la actualidad parece que hemos llegado a un estilo de vida decadente. Todos los días nos encontramos inundados por más ejemplos de la decadencia cruda y profunda.
  • Disfrutar de todo lo que la vida tiene para ofrecer dentro de los límites de la moralidad cristiana y el sentido común son cada vez más una cosa del pasado, e incluso mal visto.
  • Los comerciales titubean con la pornografía, o de hecho ya se consideran pornografía «suave».
  • Las adolescentes se visten provocativamente como prostitutas. La gente anda llena de tatuajes lascivos y perforaciones(piercings) que cubren los cuerpos de los jóvenes y adultos de todas las edades.
  • El sexo heterosexual, homosexual y el lesbianismo se expone al público en todos los sectores de la sociedad. Se le está enseñando a nuestra juventud que este comportamiento es normal y aceptable.
  • La gratificación instantánea se exige y se espera.

Por supuesto, los seres humanos son libres de elegir el estilo de vida que les plazca, pero debemos saber que sus decisiones afectan no sólo a ellos sino también a toda nuestra civilización. ¿Cuál es el consejo de Dios para una vida justa? Voy a dejar que las siguientes Escrituras te hablen para que puedas llegar a tus propias conclusiones del estado moral en el que se encuentra Estados Unidos, y por ende, el mundo. Estos versículos se explican por si mismos.

Colosenses 3:5-7

Por tanto, consideren los miembros de su cuerpo terrenal como muertos a la fornicación, la impureza, las pasiones, los malos deseos y la avaricia, que es idolatría. Pues la ira de Dios vendrá sobre los hijos de desobediencia por causa de estas cosas, en las cuales ustedes también anduvieron en otro tiempo cuando vivían en ellas. 

Santiago 4:1-3

¿De dónde vienen las guerras y los conflictos entre ustedes? ¿No vienen de las pasiones [hedone] que combaten en sus miembros? Ustedes codician y no tienen, por eso cometen homicidio. Son envidiosos y no pueden obtener, por eso combaten y hacen guerra. No tienen, porque no piden. Piden y no reciben, porque piden con malos propósitos, para gastarlo en sus placeres. [hedone].

Santiago 1:14-15

Sino que cada uno es tentado cuando es llevado y seducido por su propia pasión [hedone]. Después, cuando la pasión [hedone] ha concebido, da a luz el pecado; y cuando el pecado es consumado, engendra la muerte. 

Tito 3:3 

Porque nosotros también en otro tiempo éramos necios, desobedientes, extraviados, esclavos de deleites y placeres diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y odiándonos unos a otros.

Eclesiastés 2:1-11

Entonces me dije: “Ven ahora, te probaré con el placer; diviértete”. Y resultó que también esto era vanidad. Dije de la risa: “Es locura;” y del placer: “¿Qué logra esto?” Consideré en mi corazón estimular mi cuerpo con el vino, mientras mi corazón me guiaba con sabiduría, y echar mano de la insensatez, hasta que pudiera ver qué hay de bueno bajo el cielo que los hijos de los hombres hacen en los contados días de su vida. Engrandecí mis obras, me edifiqué casas, me planté viñas;  me hice jardines y huertos, y planté en ellos toda clase de árboles frutales; me hice estanques de aguas para regar el bosque con árboles en pleno crecimiento. Compré esclavos y esclavas, y tuve esclavos nacidos en casa. Tuve también ganados, vacas y ovejas, más que todos los que me precedieron en Jerusalén. Reuní también plata y oro para mí y el tesoro de los reyes y de las provincias. Me proveí de cantores y cantoras, y de los placeres de los hombres, de muchas concubinas. Me engrandecí y superé a todos los que me precedieron en Jerusalén; también la sabiduría permaneció conmigo. Y de todo cuanto mis ojos deseaban, nada les negué, ni privé a mi corazón de ningún placer, porque mi corazón gozaba de todo mi trabajo. Esta fue la recompensa de toda mi labor. Consideré luego todas las obras que mis manos habían hecho y el trabajo en que me había empeñado, y resultó que todo era vanidad y correr tras el viento, y sin provecho bajo el sol.

Eclesiastés 12:13-14

La conclusión, cuando todo se ha oído, es ésta: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos,
Porque esto concierne a toda persona. Porque Dios traerá toda obra a juicio,
Junto con todo lo oculto,
Sea bueno o sea malo.

El sabio Salomón ofrece el valor de la sabiduría que es incalculable. Proverbios registra este plan de acción para tomar decisiones correctas para liberarnos de los deseos carnales. 

Proverbios 2:1-9

Hijo mío, si recibes mis palabras
Y atesoras mis mandamientos dentro de ti. Da oído a la sabiduría.
Inclina tu corazón al entendimiento. Porque si clamas a la inteligencia,
alza tu voz por entendimiento; si la buscas como a la plata,
y la procuras como a tesoros escondidos, entonces entenderás el temor del Señor
y descubrirás el conocimiento de Dios. Porque el Señor da sabiduría,
de Su boca vienen el conocimiento y la inteligencia. El reserva la prosperidad para los rectos
y es escudo para los que andan en integridad, guarda las sendas del juicio,
y preserva el camino de Sus santos. Entonces discernirás justicia y juicio,
equidad y todo buen sendero.

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