La osadía de la maldad: Lecciones de la condena Gosnell

Douglas W. Phillips | 14 de mayo de 2013

El médico Kermit Gosnell fue declarado culpable de asesinato en primer grado por la muerte de tres bebés nacidos con vida en una clínica de aborto en Filadelfia. Después de más de cinco semanas de testimonio y de trece días de deliberación, el jurado declaró por unanimidad culpable de tres cargos de asesinato, así como de homicidio involuntario en la muerte de una paciente que se practicó un aborto. La decisión está enviando ondas de choque en todo el mundo, pero ¿cuáles son algunas de las lecciones que los cristianos estadounidenses deben recordar en este momento?

 

  1. No se hizo justicia: Gosnell médico ha asesinado quizá decenas de miles de seres humanos en su carrera. Fue condenado por matar a tres. ¿Dónde está la justicia para los numerosos niños sin nombre que fueron asesinados brutalmente? Jesús deja claro que los que fundamentalmente perjudican a los niños han cometido un acto increíblemente malvado (Mateo 18:6).
  2. Cada clínica de aborto en Estados Unidos es un mercado de horrores: Informes e imágenes de la clínica de abortos de Gosnell incluyen evidencia de un bebe que sobrevivió el aborto nadando en un inodoro y partes del cuerpo de los bebés muertos en frascos de vidrio. Los asesores políticos de Planned Parenthood [Planificación Familiar] quieren que creas que este caso realmente se trata de los procedimientos y normas de salud adecuadas. Presentación de un mejor saneamiento e higiene en una clínica de abortos es comparable como proporcionarles a los oficiales de la SS nazis con un limpiador desinfectante para prevenir la propagación de enfermedades mientras que por otro lado están operando cámaras de gas. Como Jennifer Mason de Personhood America [Personalidad Americana] acertadamente explicó: «Los proveedores de aborto en todo el país matan a los bebés todos los días usando métodos similares, que incluye la desmembración, apuñalar, la aspiración y la ruptura de la columna vertebral. Todas las clínicas de aborto son extremadamente peligrosos, y todas  matan a los bebés vivos».
  3. Ver para creer: Los dos argumentos más eficaces que los operarios de Planned Parenthood han utilizado durante el último siglo han sido (1) el alarmismo y (2) ocultando la evidencia. En el primer argumento, han abogado por el derecho al aborto basándose en los temores relacionados a la salud, la seguridad, el costo y cuestiones con relación a la calidad de vida. En el caso del segundo argumento, han tratado de sanear el proceso de cortar a los seres humanos en pedazos pequeños para evitar que las imágenes relacionadas con la práctica de la disección de los bebés se le oculte al público en general. Durante mucho tiempo, el caso de Gosnell fue ignorado por la prensa pro-aborto, que entiende la naturaleza volátil de exponer al público a las clínicas de aborto donde se puede escuchar el llanto de los bebés a quienes se les corta el cuello con tijeras y sus partes del cuerpo son colocadas en frascos de vidrio. Más de 70 miembros de la Cámara de Representantes de Estados Unidos pidieron a los medios de comunicación que cubrieran el caso. Al final, el caso llegó a los encabezados, pero sólo brevemente. Al igual que los alemanes que vivían junto a campos de concentración como Auschwitz y Dachau y se negaron a enfrentar el mal  que se estaba perpetuando tan cerca de ellos, muchos estadounidenses prefieren la ignorancia al horror gráfico del holocausto en este país. Llega el momento que hay que enfrentar el mal, y este es el momento. El caso Gosnell sólo será una victoria para la causa pro-vida si insistimos en que las atrocidades que su caso ha expuesto que no son fundamentalmente diferentes de las atrocidades que se llevan a cabo en las calles de la sociedad estadounidense en las fábricas de abortos de la comunidad.
  4. Las acciones de Gosnell, su actitud y visión del mundo son consistentes: Un desafiante e impenitente Gosnell se burló después de la lectura de su veredicto de culpabilidad. Al parecer, a Gosnell, la decisión era  una de hipocresía.  Después de todo, ¿cómo podía ser condenado por hacer básicamente lo que miles de proveedores de aborto hacen todos los días? Y, ¿hay realmente alguna diferencia moral entre cesar la vida de un bebé unos pocos segundos después de salir del vientre materno, o matarlo un par de segundos en el útero? Estamos de acuerdo con Gosnell – no hay diferencia moral. Por último, una vez que la premisa se establece que un padre puede tomar la vida de un hijo no deseado, ¿es válida con integridad la objeción a la idea de llevar a cabo el acto fuera del útero? En realidad, Planned Parenthood ahora tiene en su expediente que apoya a la matanza de los bebés nacidos con vida!
  5. El aborto siempre está mal, los cristianos deben dejar de hacer concesiones: Al igual que el mundo, muchos cristianos operan sobre la base de la teología por la emoción. Cuando algo se ve muy desagradable, nos oponemos a ello. Cuando no estamos obligados a enfrentar el mal de manera frontal, nos volvemos pragmáticos. De igual manera, cuando las cuestiones éticas son confusas, con demasiada frecuencia los cristianos echan por la borda al principio sano y permiten que las conclusiones sean conducidas por el temor. Los miembros del jurado en el caso Gosnell se vieron obligados a escuchar y a ver testimonios y evidencias horripilantes. Pero, ¿cuántos de ellos se hubieran sentido igual de horrorizados por los miles de otros seres humanos inocentes en los miles de desmembramientos que los médicos realizan en bebés vivos que se encuentran dentro del vientre de su madre? No podemos saber a ciencia cierta. Pero dudo que la respuesta habría sido la misma.

 

Más al punto, ¿estarán dispuestos los cristianos a enfrentarse y rechazar todo tipo de aborto – 100%, sin excepciones? ¿O vamos a seguir haciendo excepciones para aquellos casos en los que no parece tan horrible – como la violación, el incesto o la salud de la madre? Hasta que no estemos dispuestos a decir que nunca es aceptable matar deliberadamente una vida inocente, no tenemos base moral sólido para concluir que tenemos una objeción válida en principio hacia hombres como Gosnell. La cuestión no es de sanear los procedimientos ni si la muerte se produce en el útero o fuera del útero. La cuestión es que ni las circunstancias del nacimiento, ni la calidad de vida del bebé, ni el costo de la atención médica, ni los riesgos de salud percibidos a la madre son válidos. La única cuestión es si el hombre tiene el derecho bajo la ley revelada de Dios para conscientemente tomar la vida de un bebé nonato. La respuesta a esa pregunta es: No lo tiene.

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