Deja de creer el mito de que Jesús fue refugiado

Ramón Arias | 28 de diciembre de 2015

No es ninguna sorpresa que durante la temporada navideña el mito de que «Jesús era un refugiado» es usado al extremo por los políticos para impulsar su agenda de la transformación fundamental de los Estados Unidos. Sería risible si no fuera tan grave, con consecuencias devastadoras.

El pueblo estadounidense es conocidos por ser compasivo. Siempre está dispuesto a ayudar a los países que han sido devastados por desastres de la naturaleza, hambrunas, epidemias, guerras, guerras civiles y mucho más. Esta es la razón de que los políticos sin escrúpulos empujan con gran fuerza la crisis de los refugiados del Medio Oriente, apelando a los cristianos distorsionando los verdaderos hechos históricos de José, María y el niño Jesús, cuando fueron advertidos por Dios de que salieran de Belén y se fueran a Egipto para ser preservados.

He escrito sobre este tema antes. El 28 de julio de 2014, escribí sobre «¿Compasión política o anticipada agenda nefasta usando a los refugiados?», y el 30 de noviembre de 2015 otro artículo titulado, «No te dejes engañar, los peregrinos no eran los Refugiados».

Así que, si ya he escrito sobre esto, ¿por qué estoy tomando el tiempo para escribir de nuevo sobre el tema? Por tres razones: En primer lugar, la política y las élites de este país realmente creen que todos somos unos estúpidos y que no estamos al tanto de sus agendas. Durante décadas han sido envalentonados en empujar su ideología liberal / progresista / marxista socialista / comunista con la ayuda de los «tontos útiles» (término atribuido a Vladimir Lenin). Los únicos que bloquean su camino hacia el control total son los cristianos bíblicos y los verdaderos patriotas, que creen en la visión original y el propósito de esta nación. En segundo lugar, muchos «líderes religiosos cristianos» y «organizaciones cristianas» se han puesto del lado de los refugiados y de los grandes beneficios financieros que vienen con eso, y no porque sean compasivos hacia los «refugiados». En tercer lugar, es increíble cuántas personas creen la inexactitud histórica de que «Jesús era un refugiado».

La comprensión de los hechos históricos elimina no sólo nuestra ignorancia, sino que también nos permite ver cómo los lobos con piel de oveja manipulan las emociones a su beneficio.

Mis siguientes comentarios son muy conocidos por los cristianos bíblicos, sin embargo, me dará una oportunidad para reafirmar una vez más quién controla la historia; no cometas el error de creer que es el hombre.

Jesús es la figura central histórica de la raza humana y el universo. Él es el Creador / Dios de todas las cosas. Uno de los primeros apóstoles, Juan, expresa su comprensión de quién es Jesús de la siguiente manera:

“En el principio ya existía la Palabra. La Palabra estaba con Dios, y Dios mismo era la Palabra. La Palabra estaba en el principio con Dios. Por ella fueron hechas todas las cosas. Sin ella nada fue hecho de lo que ha sido hecho» (Juan 1:1-3). Años más tarde, el apóstol Pablo dijo esto:  “En él fue creado todo lo que hay en los cielos y en la tierra, todo lo visible y lo invisible; tronos, poderes, principados, o autoridades, todo fue creado por medio de él y para él” (Colosenses 1:16).

La venida de Jesús a la tierra fue un evento muy bien planificado; no había nada al azar al respecto. En el libro de Génesis, leemos acerca de la razón de la confusión humana a lo largo de la historia: que era, y sigue siendo, la rebelión del hombre contra Dios. En Génesis 3:15, el conflicto entre Dios, Jesucristo y Satanás se reveló. Este conflicto implicaría que la raza humana abrazaría dos visiones del mundo, los que seguirían a Dios, y los que seguirían a Satanás.

Desde hace aproximadamente 4,000 años, antes de la venida de Jesucristo para redimir a la raza humana, se anunció que iba a nacer de una virgen; esto se le anunció al profeta Isaías, un poco más de 700 años antes del nacimiento de Jesucristo (Isaías 7:14, Mateo 1:20, 23).

Su lugar de nacimiento sería en Belén, según lo revelado al profeta Miqueas siglos antes de su nacimiento, (Miqueas 5:2). Miqueas fue contemporáneo de los profetas Isaías, Amós y Oseas.

José y María vivían en Nazaret, a 110 kilómetros de Belén. La profesión de José era el de un carpintero, esto es contrario al mito de que vivía en la pobreza, y mucho menos que estaba planeando mudarse fuera de la ciudad. José no tenía ni idea acerca del lugar de nacimiento de Jesús como fue profetizado; lo que él pensaba es que el bebé iba a nacer en Nazaret.

El siguiente pasaje corrobora el hecho verídico de que Dios es quien controla la historia:

Durante ese tiempo el pagano Imperio Romano dominaba a Israel. Sin saberlo el emperador romano, César Augusto, estaba a punto de cumplir una parte importante de la profecía de Dios. Él ordenó un censo de todas las personas que vivían en el territorio romano lo cual requirió que todos fueran al lugar de origen de su familia. José era descendiente de David, quien era de Belén. Él tenía que cumplir con las órdenes del Emperador e hizo el viaje para registrarse en Belén. No fueron la única pareja que fue a registrarse; debió haber sido muy concurrido con espacio limitado en la posada. No había lugar para ellos allí y María estaba lista para dar a luz. (Lucas 2:1-7).

Dios tuvo una manera muy especial para que el mundo supiera que Su único Hijo había nacido; las primeras personas que recibieron las buenas noticias fueron unos pastores que fueron visitados por un ser angelical, seguido de un espectacular coro angelical que era una multitud (Lucas 2:8-14).

José, María y Jesús permanecieron en Belén por más de un año. Durante ese tiempo los hombres sabios del Oriente hicieron el viaje a Jerusalén para adorar al Rey recién nacido. Cuando llegaron a Jerusalén, los sabios se fueron al palacio del rey Herodes, el lugar más lógico para encontrar al Rey recién nacido, ¿no te parece? Cuando Herodes oyó la noticia de lo que vieron los magos y una estrella inusual que los llevó a la región, estaba sorprendido, junto con todo el pueblo en Jerusalén, ante la noticia de que un Rey había nacido. Herodes llamó a los jefes de los sacerdotes y líderes religiosos judíos para que le dijeran dónde iba a ser el lugar de nacimiento del Cristo como predijeron las Escrituras, le dijeron «en Belén de Judea», tal y como el profeta Miqueas escribió siglos antes (Mateo 2:1-6 ).

El rey Herodes les dijo a los sabios que fueran a Belén para buscar y encontrar al niño y traer las noticias del nacido Rey, porque él también quería ir a adorarle. Los políticos malvados nunca cambian a lo largo de la historia y la mentira es la mejor herramienta a su disposición para decir lo que la gente quiere oír, después de todo, el fin justifica los medios (Mateo 2:7-8).

Ahora, los hombres sabios tenían que buscar a un niño que ya no era un bebé; había muchas casas en Belén y habrían tenido que hacer una extensa investigación para encontrar a una familia cuyo nombre no sabían; ¡eso en si habría sido una gran tarea! Pero, el que controla los tiempos, las estaciones y la historia, estaba guiando a los hombres. Desde el principio los había guiado por una estrella, y ahora Dios permitió que la estrella se apareciera una vez más para llevarlos a la casa correcta para que no hubiera ningún error. La luz de la estrella se detuvo para iluminar el lugar donde estaba la familia y los sabios se regocijaron en gran manera (Mateo 2:9-10). Es aquí donde yo tengo una pregunta para los astrónomos: olvídense de la historia de un cometa o cualquier otra alineación de planetas, expliquen ¿cómo es posible que una sola estrella viaje de tal manera, y se detenga en un lugar específico para iluminar una sola casa? Eso nos deja anonadados ¿no es así? La luz era un acto muy especial de Dios; nada de la vida humana de Jesús era común, porque Él era, y es, Dios.

Cuando los sabios vieron al niño Jesús, lo adoraron y abrieron sus tesoros, que habían traído para ofrecerle. Le trajeron oro, incienso y mirra. La Biblia no especifica cuántos sabios vinieron a adorar a Jesús; sólo menciona los tres tipos de regalos que le trajeron a Él (Mateo 2:11). Esto trae una pregunta a la mente; ¿por qué entonces, en todas las representaciones de los sabios hay tres de ellos? ¡Dime tú! Mi conclusión es que si no está en la Biblia, entonces de seguro es folclore.

Además del significado tradicional del oro, incienso y la mirra, en lo que se refiere a Jesús, enfoquémonos en los regalos. La Biblia dice que los sabios abrieron sus tesoros; nota la palabra «tesoros» está en plural. ¿Qué viene a tu mente cuando escuchas la palabra tesoros? Si sabes algo acerca de la historia y los regalos traídos a reyes en la antigüedad, incluso en los registros que están en la Biblia, eran muy excesivos. Sé que lo que vemos en las tarjetas navideñas, las postales, los dramas y otras representaciones, los regalos son pequeñas cajas que se le presentan al niño Jesús, pero ¿es una representación precisa? ¡Por supuesto que no! Pero, hablaremos más sobre ese tema más adelante.

Después de la visita con el niño Jesús, los magos fueron advertidos en un sueño que no volvieran a Herodes con los detalles acerca de dónde encontrar al nuevo rey. Evitaron regresarse por Jerusalén y tomaron otra ruta (Mateo 2:12).

Lo que siguió después de la partida de los sabios es de gran interés. El ángel del Señor habló a José en un sueño dándole instrucciones inmediatas de llevar a su familia y huir a Egipto; deberían permanecer allí hasta nuevo aviso. El ángel le dijo a José, el motivo: Herodes iba a venir a Belén para buscar al niño y matarlo. José, María y Jesús se dirigieron a Egipto y permanecieron allí hasta la muerte de Herodes (Mateo 2:13-15).

Desde la perspectiva histórica de Dios, su huida a Egipto fue el cumplimiento de la profecía dada por Dios al profeta Oseas: «De Egipto llamé a mi hijo». (Oseas 11:1)

¿Crees que José dejó atrás los regalos, que le trajeron los sabios, de oro, incienso y mirra? Espero de verdad que no creas eso. La Biblia no tiene que decirnos una cantidad específica de cada regalo, pero una cosa es cierta, que iban a necesitar recursos financieros para vivir en Egipto hasta la muerte de Herodes. Dios no sólo sabía esto, sino que Él les proveyó antes de tiempo. El incienso y la mirra son productos que podrían ser vendidos, según fuera necesario. El oro siempre ha sido valioso; no necesitamos explicar más a fondo. Dios envió a Su Hijo, José y María con recursos financieros, y esos son los hechos.

¿Fueron José, María y Jesús refugiados? Egipto fue parte del Imperio Romano por lo que las personas eran libres de viajar sin restricciones de una región a otra. Algunos erróneamente dicen que fronteras con puestos de control para los viajeros no existían en el Imperio Romano, al igual que lo que se hizo en la Unión Europea. A pesar de que esto está cambiando, algunas naciones europeas están empezando a traer de nuevo sus fronteras y puntos de control desde la invasión de los refugiados de Oriente Medio, África y otros lugares.

Así que no creas en la mentira de que las fronteras no existían. Desde los primeros relatos de la historia humana, las naciones con sus fronteras y puestos de control han existido, por razones obvias, hasta que los liberales y los progresistas salieron con esta «gran idea» de tener naciones sin fronteras. Su idea de una familia feliz mundial se está desmoronando, ¿pregúntales a los europeos cómo les está funcionando a ellos? E incluso aquí en casa, ¿cómo nos está funcionando esa idea?

La respuesta a la pregunta: ¿Eran José, María y Jesús refugiados? No, no lo eran, pero los que tuercen los hechos históricos y bíblicos para hacer su caso, no dudan en usar el mito de que Jesús fue refugiado cuando esto se les acomoda a sus propósitos.

José, María y Jesús no debían permanecer en Egipto, y cuando llegó el tiempo José recibió instrucciones de ir de nuevo a la tierra de Israel; Herodes, que quería matar a Jesús, estaba muerto. Ellos hicieron su residencia en Nazaret para el cumplimiento de la profecía de que Jesús iba a ser llamado nazareno (Mateo 2:19-23). 

La comprensión de las Escrituras es importante, su conocimiento sólo se puede lograr cuando nos convertimos en estudiantes diligentes a diario para poder comparar la Biblia con la Biblia y obtener respuestas precisas para poder discernir las falsedades que vienen de parte de las personas con agendas malignas.

De gran preocupación

Las guerras, hambrunas, los desastres naturales, las pandemias, la pobreza, las enfermedades y todos los males de la humanidad son de gran preocupación. De los más de 7 mil millones de personas sobre la tierra hoy en día, la mayoría vive en condiciones paupérrimas. Si somos honestos, en su mayoría, nos encontraremos con que esas condiciones terribles son el resultado de las acciones del hombre. Es el resultado de la naturaleza pecaminosa y el hombre tiene que entender las buenas nuevas de Jesucristo para toda la humanidad y lo que pueden hacer para mejorar su vida aquí y ahora.

Mientras tanto, es la responsabilidad moral de todas las naciones trabajar juntas, lo mejor que se pueda y aliviar la miseria humana. Es imposible que una sociedad, como los Estados Unidos de América, pueda resolver los problemas del mundo, sobre todo cuando la nación misma también se encuentra en una profunda necesidad de restauración.

Un punto final

Ten cuidado con todos los políticos, líderes religiosos cristianos y las personas de superioridad moral que usan a Jesús y la Biblia para promover sus agendas malvadas citando sólo lo que se ajusta a su visión del mundo, pero en realidad son enemigos de Jesucristo y Su Reino, al igual que Herodes el rey lo fue.

Aquellos que malinterpretan el viaje de José, María y Jesús a Egipto nos han mentido. Ellos no fueron refugiados, a expensas de su país anfitrión, ellos estaban siendo protegidos y provistos de lo necesario, y, a su tiempo regresarían a su país de origen.

Herodes mató a los bebés varones, de dos años para abajo para preservar su gobierno y el gobierno de sus descendientes (Mateo 2:16-18). La orden de Herodes para masacrar a los niños no es diferente de lo que la Corte Suprema de Estados Unidos hizo al legalizar el asesinato de niños inocentes en el vientre de su madre, fueran hombre o mujer. Todas las administraciones y Congresos de Estados Unidos desde 1973, no han estado dispuestos a detener el exterminio de cerca de 60 millones de bebés abortados. ¿Son ellos los Herodes de nuestro tiempo? Esas vidas inocentes y su sangre claman continuamente ante Dios Todopoderoso por la justicia, y la justicia se llevará a cabo, sin duda. En el momento de escribir este editorial, más de 1,300 mil millones de bebés han sido «abortados» en el mundo y la cuenta crece cada segundo.

¿Acaso los demócratas y los republicanos en su mayoría, muestran la misma compasión para aquellos bebés que no tienen manera de defenderse? Las estadísticas dicen que no, que no lo hacen y siguen financiando el asesinato de los bebés, ya que es la ley del hombre.

Como nación, si no nos convertimos de nuestros malos caminos, al igual como Dios trajo sanciones negativas judiciales a la nación de Israel en el año 70 d.C., así será para los Estados Unidos y el mundo.

Dios ya proveyó el remedio para todos los males en el corazón de la humanidad. En su vida pública, Jesús inauguró el Reino de Dios; el verdadero orden del mundo. Jesús vivió sin pecado, sufrió la muerte en la cruz por los pecados de la humanidad y la restauración del mundo. Él resucitó y venció a las obras y el poder del diablo (1 Juan 3:8; Hebreos 2:14). Ahora le corresponde al pueblo de Dios hacer la diferencia siguiendo la voluntad de Dios Todopoderoso aquí en la tierra como en el cielo como Sus representantes. Proclamar la Buena Nueva en Cristo y discipular a las naciones con principios bíblicos aplicados en todas las áreas de la vida es nuestra tarea de hacer del mundo un lugar mejor.

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