El púlpito de la intimidación

Thomas Sowell | 28 de mayo de 2013

(townhall.com) – Verdaderamente hemos entrado al mundo de «Alicia en el país de las maravillas», cuando el director ejecutivo de una empresa que paga $16 millones al día en impuestos es llevado ante un subcomité del Congreso para ser denunciado ante la televisión nacional por no pagar suficiente.

El Director Ejecutivo de Apple, Tim Cook fue denunciado por contribuir a «un déficit federal preocupante», según el senador Carl Levin – uno de los grandes liberales  gastalones en el Congreso que ha tenido mucho más que ver con la creación de ese déficit que cualquier otro ciudadano. 

Debido a los «trucos» utilizados por las empresas para reducir sus impuestos, dijo el senador Levin, «los niños de todo el país no tendrán la educación temprana de Head Start (pre-kínder). Los ancianos necesitados se quedarán sin comer. Los aviones de combate se quedarán fuera de uso en las pistas de aterrizaje, porque nuestros militares no tienen los fondos para que los pilotos continúen entrenando».

El gobierno federal ya tiene poderes amplios para castigar a las personas que han infringido las leyes tributarias. No necesitan poderes adicionales para intimidar a las personas que no las han violado.

¿Qué es un «tecnicismo” en los impuestos? Se trata de una disposición en la ley que permite a un individuo o una organización pagar menos impuestos de lo que serían obligados a pagar de otro modo. Debido a que el Congreso crea estas disposiciones en la ley, es demasiado gravoso que los miembros del Congreso denuncien a las personas que utilizan las mismas para reducir sus impuestos.

Si tales disposiciones son malas, entonces los miembros del Congreso deben culparse a sí mismos y anular las disposiciones. Sin embargo, las palabras como «trucos» y «tecnicismos» sugieren que las personas están haciendo algo mal cuando no pagan más impuestos de lo que la ley exige. 

Acaso las personas que compran una vivienda, que deducen los intereses que pagan por sus hipotecas al presentar sus declaraciones de impuestos, están usando «truco» o un «tecnicismo»? ¿O acaso se pueden representar las deducciones de las otras personas como algo malo, mientras que las nuestras están bien?

Juez de la Corte Suprema Oliver Wendell Holmes dijo hace mucho tiempo que «el verdadero significado de una línea en la ley es que se puede intencionalmente ir tan cerca como se pueda sin cruzarla».

Si la línea en las leyes fiscales se fijó en el lugar equivocado, el Congreso siempre la puede recorrer a otra parte. Pero, si aceptas el argumento utilizado por gente como el senador Levin, entonces un policía estatal te puede detener en una carretera por ir a 64 millas por hora en una zona de 65 millas por hora, debido a que estás conduciendo demasiado cerca de la línea. 

El verdadero peligro para todos nosotros es cuando el gobierno no sólo ejerce los poderes que les hemos dado, pero ejerce poderes adicionales que nunca  votamos para darle. Es entonces cuando los «servidores públicos» se convierten en amos del pueblo. Es entonces cuando el propio gobierno se ha pasado de la raya.

El poder del gobierno para intimidar a las personas que no han violado ninguna ley es peligroso para todos nosotros. Cuando el Departamento de Justicia, el Procurador General Eric Holder, comenzó a llevar un registro de las llamadas telefónicas del reportero de Fox News, James Rosen (y sus padres) dispararon un tiro de advertencia al canal de Fox News – y de cualquier otro periodista o red que se atreva a criticar al gobierno de Obama.

Cuando el Internal Revenue Service (Hacienda) comenzó a exigir saber quiénes habían donado a las organizaciones conservadoras que habían solicitado la exención de impuestos, ¿qué propósito pudo haber tenido mas que el de intimidar a las personas que de otro modo podrían donar a las organizaciones que se oponen a la agenda política de este gobierno?

El poder del gobierno para intimidar se ha utilizado para extraer miles de millones de dólares a los bancos, con amenazas de demandas de archivos que causarían automáticamente que las agencias reguladoras suspendieran los derechos de los bancos para hacer diversas decisiones comerciales normales, hasta un tiempo indefinido que los juicios se finalizaran. Chantajistas expertos dentro y fuera del gobierno han jugado este juego lucrativo.

Alguien dijo una vez: «cualquier gobierno que es lo suficientemente potente como para proteger a los ciudadanos contra los depredadores también es lo suficientemente potente como para convertirse en un depredador.» Y dictatorial en el proceso.

El gobierno estadounidense no puede quitar todas nuestras libertades a la vez. Sin embargo, una erosión lenta y constante de la libertad puede lograr lo mismo poco a poco. Ya vamos demasiado avanzados por ese camino. F. A. Hayek  le llamó «el camino a la servidumbre».

¿Hasta qué punto seguiremos por ese camino?  Eso depende de si nos mantenemos vigilantes a – la libertad – o nos dejamos distraer por demagogos depredadores como el senador Carl Levin.

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