Jesús no respetó la Oficina Ejecutiva

Ramón Arias | 23 de febrero de 2015 

Rudy Giuliani es el ex alcalde de la Ciudad de Nueva York (1994-2001), la ciudad más grande de la nación. Durante su término en la alcaldía, Giuliani tuvo que enfrentarse con los horrores de un ataque terrorista de gran escala horrorosa en la historia de Estados Unidos. Bajo su liderazgo, tuvo que lidiar con la muerte y la destrucción masiva causada por los terroristas islámicos. Si la nación se ha olvidado de lo que los terroristas islamistas son capaces, Giuliani no se ha olvidado.

Giuliani, al igual que millones de estadounidenses y líderes del mundo, está horrorizado de que Obama se niega a llamarle a los terroristas islámicos como lo que son. Giuliani sabe sobre la educación comunista de Obama y los antecedentes históricos, que lo vinculan con mentores comunistas, mentores islámicos, y esto se refleja en su idea de transformar fundamentalmente a EE.UU. Sus antecedentes demuestran claramente que no se identifica con el fundamento original de Estados Unidos como una gran nación. ¿Alguna vez has hecho un estudio sobre las palabras «fundamental» y «transformación»? Si lo haces, encontrarás que es exactamente lo que Obama ha estado haciendo y, a estas alturas, quiere apresurarse porque sabe que solo le quedan  menos de dos años para lograr su objetivo de eliminar el fundamento de los Estados Unidos y substituirlo por la ideología que se ha arraigado en él durante toda su vida.

Giuliani dijo lo siguiente durante una cena de recaudación de fondos privada para el republicano de Wisconsin, el gobernador Scott Walker: «Yo no creo, y sé que esto es horrible decirlo, pero no creo que el presidente ama a los Estados Unidos. Él no te ama. Y él no me ama. Él no fue formado de la manera en que tú y yo fuimos criados inculcándonos el amor por nuestro país». 

Estoy seguro de que tú sabes ahora cómo los demócratas izquierdistas y los liberales se han levantado en armas; están indignados y expresan comentarios incendiarios, palabras duras de retribución, pero eso es lo que mejor saben hacer, atacar, atacar y atacar. Ataques implacables es lo que su mentor, el neo-marxista y organizador de la comunidad, Saul Alinsky, les enseñó a hacer. A pesar de que ha estado muerto durante mucho tiempo, sigue influyendo en la mente de los izquierdistas en gran manera. Esto no es ninguna sorpresa, y lo triste es que los «conservadores» sólo de nombre se han unido al coro de condena. 

Giuliani está apareciendo en todos los medios principales de comunicación y no se está retractando de sus declaraciones acerca de que Obama no ama a los Estados Unidos ni a los estadounidenses. No está solo en esto, y algunos líderes conservadores prominentes están hablando en defensa de Giuliani y de su posición y aun están elaborando sobre el pasado y el presente de Obama.

De hecho, hace poco un video fue hecho por C.J. Pearson, que por cierto tiene 12 años de edad y es negro, y él también está expresando su opinión con respecto a la falta de amor hacia el país y sus ciudadanos por parte de Obama. ¿Qué nos debería decir eso?

¿Recuerdas en el 2008, cuando el entonces candidato presidencial Obama acusó al presidente George W. Bush de ser antipatriota por aumentar la deuda nacional a más de $4 millones de millones de dólares? La gente lo recompensó con aclamaciones, aplausos ruidosos y gritos fuertes animándole en su denigración de Bush. Bajo Obama la deuda nacional ya sobrepasó los $18 millones de millones de dólares; ¿no te parece que eso va más allá de ser antipatriotas?

El experimento estadounidense de gobierno civil nunca fue concebido para albergar a los funcionarios electos, los burócratas, o cualquier otra persona en el servicio público. Nunca fue la intención de que las personas hicieran de los funcionarios públicos unas vacas sagradas para adorarlos. Las ideologías paganas sí adoran a los que tienen autoridad, ay de la población si no lo hacen; ellos siempre pagan con su vida, con encarcelamiento o con la esclavitud. La presidencia de Estados Unidos no fue creada con la intención de ser motivo de adoración y sólo puede ser respetada si la persona que ocupa esa posición se ha ganado el derecho a ser respetado. 

Jesús no creía que el cargo más alto en la nación era digno de respeto especialmente cuando la persona que ocupa esa posición no tiene fruto que lo respalde. Jesús le llamó al rey Herodes un zorro y ese comentario no estaba destinado a ser un cumplido en absoluto, ni un reconocimiento de honra por parte de Jesús.

Este rey Herodes Antipas o el tetrarca, era el hijo de Herodes el Grande, ¿lo recuerdas? El es el que quería matar a Jesús y en el proceso masacró a todos los niños varones de la región de Belén que tenían dos años o menos (Mateo 2:16-18). Eso no es lo que se dice de un rey amoroso que tiene a su pueblo en gran estima, ¿verdad?

¿Por qué le llamó Jesús a Herodes Antipas un zorro? ¿Estaba resentido porque su padre quería matarlo cuando era un bebé y a su vez sacrificó a todos aquellos niños inocentes? ¿Es por eso que él estaba insultando a Herodes Antipas? ¿Era un insulto llamarle a Herodes un zorro? Sí lo era, los zorros eran animales inmundos.

Jesús no consideró que Herodes que era un gran amante de la nación judía, y mucho menos un gran líder. La mayoría de los judíos no lo veían con buenos ojos ni le tenían confianza, sino que lo vieron por lo que era, un títere del Imperio Romano. César Augusto, el emperador romano, lo nombró para el cargo en el año 4 a. de C. Herodes se inclinó ante el poder romano y demostró su lealtad mediante la construcción de una nueva capital llamada Tiberio. 

Este fue el mismo Herodes que ordenó que Juan el Bautista fuera decapitado para complacer a Herodías, su esposa ilegal, quien odiaba a Juan porque él condenó el matrimonio de ellos y era un crítico constante del comportamiento malvado del rey. Todo acerca de Herodes Antipas manifiesta el fruto de la injusticia, esa no es la descripción de un líder piadoso. Jesús sabía que Herodes quería matarlo y no lo evitaba por temor, sino porque sabía que Galilea no era el lugar donde tenía que morir (Lucas 13:30-35). Así que, ¿por qué quería matar a Jesús? La fama de Jesús era mayor que la de Herodes en su propio territorio asignado por Roma; a los malos gobernantes no les gusta la competencia, sobre todo de aquellos que tienen la verdad de Dios de su lado.

Jesús ante Poncio Pilato no lo reconoció como alguien con poder superior como para determinar si vivía o moría. ¿Estaba Jesús deshonrando la posición de Pilato y su autoridad? No, sólo estaba haciéndole saber que su autoridad no vino de Roma sino de fuera de este mundo y eso asustó a la persona asignada por Roma (Juan 19:9-11). 

Jesús no sólo condenó el comportamiento inmoral de los gobernantes civiles, sino también el de los líderes religiosos que durante siglos habían distorsionado la ley moral de Dios y enseñaron a la gente equivocadamente, lo que los llevó a abrazar ideologías del mal que se manifestaban en su cultura. Jesús no fue amable con sus palabras al reprender el liderazgo religioso de Israel (Mateo 23).

Jesús también habló en contra de la religiosidad del pueblo de Israel que creían que eran el pueblo escogido de Dios, independientemente de su rebelión contra Él. Ellos estaban en rebelión abierta contra sus mandamientos, estatutos, preceptos y Su Ley Moral. Esta es una de las razones por las que Jesús les dijo abiertamente que eran los hijos del diablo, ya que reflejaban la cultura de Satanás no la de Dios (Juan 8). También les reveló que el Templo y Jerusalén iban a ser destruidos por el mismo Imperio Romano, a quien ahora le lamían sus manos (Mateo 24).

Jesús no podía respetar a los líderes civiles y religiosos o a cualquier otra forma de vida que no estuviera produciendo el fruto de una vida que camina en obediencia a la voluntad de Dios. Sí, Jesús estaba y sigue estando en lo correcto. Cada uno de nosotros no podemos escapar de la realidad de lo que somos y lo que adoramos, ya sea conocido o desconocido, se manifiesta en nuestra cultura, independientemente de nuestra condición social. Un árbol no puede ocultar su fruto; si es bueno es bueno, si es malo, es malo. Manifestamos lo que somos (Mateo 7:15-20; 12:30-37).

Dios, a través de Su ley moral y los profetas, lo dejó muy claro y así lo hicieron también  Jesús y Pablo; entendieron muy bien esta verdad inmutable. Pablo explicó quien es digno de nuestro respeto y admiración, no nuestra adoración “… al que deban respeto, respétenlo; al que deban estimación, estímenlo” (Romanos 13:7).

Ganamos el respeto cuando hacemos lo que es correcto y aceptable ante nuestro Dios.

Facebook
Twitter
LinkedIn
Reddit