La resurrección de Jesús: ¿mito, religión o ciencia? 2ª. Parte

Ramon Arias | April 4, 2013

Piensa por un momento, si aceptas a Dios como el Creador de todas las cosas, el universo y la tierra; ¿son estos los resultados de un evento religioso o un diseño científico?  Antes del nacimiento de Cristo, la Biblia y la arqueología revelan intervención sobrenatural en nombre del pueblo de Dios, ¿son el resultado de un evento religioso o una manifestación científica?  Sé que los llamamos milagros. Pero lo que para nosotros puede ser interpretado como un milagro, ¿no crees que para Dios sea una intervención natural de acuerdo al propósito original de Su creación?

Cuando Jesús comenzó su vida pública, ¿acaso proclamó que «la nueva religión había llegado» o dijo: «El Reino de Dios ha llegado»?  Sé que tú sabes que la segunda respuesta es la correcta.  Jesús dejó muy claro que Él no decía nada por su propia cuenta, sino que él decía lo que oía al Padre decir y sólo hacía lo que veía al Padre hacer.  ¿Te suena esto como a religión?  Todos los milagros de Jesús fueron nada menos que la manifestación y la comprensión del diseño original de todas las cosas y actuó conforme al funcionamiento correcto de tales.  

El conocimiento perfecto de Dios solo puede traer resultados perfectos para la humanidad.

Todo lo que Jesús enseñó e hizo fue confirmar la funcionalidad del hombre y de la tierra cuando la Palabra de Dios se aplica correctamente en todos los ámbitos de la vida.  Cuando el pueblo de Dios no entiende o no obedece Su Palabra todos sufrimos las consecuencias de tal ignorancia o rebelión.  Esta es la razón por la cual Jesús reprendió a los líderes religiosos de Israel en muchas ocasiones por no entender las Escrituras y el poder de Dios, una combinación que no debe ser pasada por alto por cualquier verdadero creyente. 

Si queremos representar a Cristo y nos llamamos cristianos tenemos que entender la importancia de no asociar la resurrección de Cristo con un evento religioso.  Jesús no es como otros líderes religiosos que son los padres de una religión inspirada de acuerdo a su percepción del universo, el mundo y la vida. 

Jesús manifestó el verdadero significado de ser creados a imagen de Dios.  Esa imagen no fue destruida cuando Adán y Eva cayeron.  Los seres humanos son capaces de pensamiento racional, crítico y lógico.  Claro cuando Adán y Eva pecaron esto afectó su capacidad humana para entender completamente cómo utilizar su mente en la forma correcta.  El pecado tiene efectos devastadores día a día en la vida de las personas y las naciones como somos testigos.  El pecado es una fuerza bien organizada dentro del alma humana.  No sólo la tierra sufre las consecuencias de la caída de Adán y Eva, sino también el universo.  Tan duro como esto podría ser de aceptar, eso no cambia el hecho de que sucedió.  Es fácil que la gente culpe a Dios por todas sus miserias sin saber o aceptar que es el pecado el que nos aleja de Dios, y nos impide el desarrollo de la inteligencia y la comunicación efectiva con Él y con los demás.  Esta es la razón por la cual una mente pecadora genera tanta miseria.  Jesús vino a cambiar todo eso, y, sí, para la indignación de miles de millones, Jesús es el único camino, la única vida y la única verdad que puede conectarnos de nuevo a nuestra posición justa con Dios Padre. 

Jesús demostró que no hay desconexión entre lo natural y lo que definimos como lo sobrenatural.  Podemos entender lo natural, es decir la naturaleza o lo físico que puede ser entendido y probado por nuestros cinco sentidos: la vista, el tacto, el oído, el gusto y el olfato.  Los científicos no tienen toda la comprensión de cómo funcionan realmente los sentidos, pero todos están de acuerdo en que los sentidos son necesarios para la supervivencia humana.  Sin la capacidad de nuestros sentidos la raza humana no existiría. 

Cuando leemos y estudiamos seriamente los evangelios, aprendemos que Jesús tenía un conocimiento perfecto de los cinco sentidos, debido a su perfecta comprensión de los orígenes de todas las cosas creadas por el Trino Dios, que lo incluye.  Nicodemo visitó a Jesús de noche para preguntarle cómo era posible que cualquiera podía hacer y enseñar como Jesús lo hacía.  Él reconoció que Dios estaba con Jesús y esa fue la única explicación de todo lo que Él hizo.  Jesús le revela a la raza humana la existencia de una dimensión con gran influencia en la tierra.  La mente de Cristo entendía ambas dimensiones: los sentidos y lo espiritual o sobrenatural.  Si estamos en Él podemos tener Su mente para entender ambas dimensiones.  Esto no se puede lograr a través de la religión tiene que venir por medio de una relación personal con el Padre, de la misma manera que Jesús tenía. 

La ventaja que Jesús y la Biblia tienen sobre la ciencia moderna es que la ciencia sólo puede asumir que sabe respuestas a través de muchas especulaciones del universo natural y el mundo.  La resurrección de Cristo destruye toda la ciencia antagónica exponiendo sus limitaciones y errores en su conocimiento cosmológico antiguo.  Por cierto, si se me permiten inyectar, Charles Darwin no fue el creador de la teoría de la evolución sino que reunió información de las filosofías o creencias paganas del pasado y las adaptó al lenguaje de su tiempo.  ¿No me crees?  Entonces haz tu propia investigación con una mente abierta y verifica la verdad. 

El mundo científico sabe de la segunda ley de la termodinámica.  Esta ley explica por qué todos los procesos químicos y físicos van hacia el desorden extremo mejor conocido a los demás como la entropía.  Todo en la naturaleza tiene un ciclo de concepción, nacimiento, vida, y muerte.  Por cierto, la ciencia evolutiva ahora utiliza las dos leyes de la termodinámica para explicar su visión del caos y el orden.  Sin embargo, la concepción de Jesús, su nacimiento, vida pública, muerte, resurrección y ascensión al cielo, más allá de la última galaxia, completó la reestructuración de la vida aquí en la tierra, demostrando un control total de la inversión de la entropía en todo aspecto de la vida.  Él sanó a los enfermos, echó fuera a los demonios que oprimían a la gente, resucitó a los muertos, multiplicó la comida, pagó los impuestos mandando a Pedro a pescar para que sacara el dinero de la boca del pez.  Jesús calmó el mar furioso, viajó por el aire, caminó sobre el agua, y mucho más.  Él demostró que tenía dominio sobre la segunda ley de la termodinámica.  Todas estas manifestaciones no eran para impresionar a los demás con su habilidad sino para revelar lo que otros deberían hacer como resultado de ser seguidores de la verdad revelada de Dios.  A sus discípulos les dijo que iban a hacer obras mayores que las que Él había hecho.

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