La resurrección de Jesús: ¿mito, religión o ciencia? 3ª. Parte

Ramon Arias | 5 de abril de 2013

En tres ocasiones Jesús le dijo a sus discípulos que él iba a ser condenado a muerte, pero al tercer día iba a resucitar. Definitivamente la segunda ley de la termodinámica no lo iba a mantener en la tumba. Todo esto fue delineado en las Escrituras y sucedió según está escrito en el tiempo exacto.

La resurrección de Jesús fue lo que convenció a los discípulos para que cambiaran de opinión acerca de un Jesús aparentemente derrotado en la cruz y en la tumba. Después de la resurrección, Jesús continuó enseñando por cuarenta días acerca del Reino de Dios y la victoria para todas las naciones. Está tomando tiempo para que esta verdad se manifieste en plenitud, pero se cumplirá.

El apóstol Pablo dijo acerca de la resurrección de Cristo: «Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su muerte» (Filipenses 3:10). La meta de conocer el poder de la resurrección de Jesús no es un fin religioso. El objetivo es entender el poder que resucitó a Cristo de entre los muertos y ser como él. En sus cartas, Pablo escribió que el creyente en Cristo ¡recibe la plenitud del Trino Dios! Asimismo también escribió, que el creyente tiene la mente de Cristo, por lo tanto eso hace de Cristo en el creyente la esperanza de la gloria. Durante miles de años este misterio estaba escondido al conocimiento del hombre hasta la aparición de Cristo. La meta de Pablo debe ser nuestra meta. No por curiosidad, sino una necesidad para ser la clase de persona que estamos llamados a ser.

Juan, en una de sus cartas, dice: «En esto se ha perfeccionado el amor en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio, pues como él es, así somos nosotros en este mundo” (1 Juan 4:17). Con la concepción de Jesús, su muerte y resurrección, el trabajo se completó para producir la nueva creación de Dios en la humanidad y el mundo. Una nueva sociedad nace no para ser religiosa, sino para ser exactamente como Cristo lo fue en la tierra y ahora es en el cielo. Hemos recibido de su naturaleza y la meta de Dios es esparcir este conocimiento hasta que la tierra esté llena, como las aguas cubren el mar.

Mientras que muchos «cristianos» rechazan la verdad debido a la ignorancia o la rebelión a la nueva naturaleza, la gente y las naciones sufren las consecuencias. Muchos prefieren abrazar la religión del cristianismo porque, como cualquier otra religión, pueden modificarla para que se adapte a sus gustos y disgustos. Esta es la naturaleza de todas las religiones y podemos ver claramente los efectos en el mundo. Ten valor, a pesar de que vemos al mundo cada vez más profundamente en la depravación y la anarquía, hay esperanza.

Esta esperanza viene a través de aquellos que entienden el poder de la transformación de la resurrección de Jesús en sus vidas. Ellos son los que efectuarán la próxima gran reforma bíblica donde todas las doctrinas y filosofías de los hombres, serán expuestas como lo que son, falsas. Esto traerá la restauración a la humanidad de una manera inimaginable todo porque ¡la resurrección de Jesús no es un mito y mucho menos un evento religioso! Jesús está vivo y trabajando arduamente con su pueblo en la tierra.

«Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: ‘Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo’” (Mateo 28:18-20).

Querido amigo, ¿qué dices? ¿Estás dentro o fuera? ¿Estás a favor o en contra del perfecto plan divino de Dios?

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