Pat Buchanan al Partido Republicano sobre el Obamacare: «Seguro que no van a ganar si no pelean»
26 de septiembre de 2013
Después de su derrota por escaso margen a manos de Gerald Ford, en la convención de Kansas City de 1976, a Ronald Reagan lo miraban como algo del pasado.
Sin embargo, llegaron los Tratados Carter-Torrijos de 1977, que entregaron el canal de Panamá, y el viejo vaquero se ciño las pistolas:
«Nosotros lo compramos. Pagamos por él. Es nuestro. Y vamos a quedarnos con él.»
A los Estados Unidos les gustó eso. Bill Buckley dijo que debíamos aceptar la realidad y transferir el Canal. El líder republicano del Senado, Howard Baker, fue el desastre del día cuando llevó a 16 republicanos a votar con Jimmy Carter. Los Tratados fueron aprobados.
¿El premio de consolación de Reagan? La presidencia de los Estados Unidos.
En 1980, los votantes de Nuevo Hampshire, que recordaban su desafío solitario, premiaron a Reagan con una victoria decisiva frente a George H. W. Bush, que lo había derrotado en Iowa. Cuando Howard Baker entró en la palestra, fue saludado como «Panama Howie» y no sobrevivió a las primarias.
El conflicto de los republicanos sobre si rendirse a lo inevitable y aprobar los fondos para el Obamacare es un asunto como el del Canal de Panamá. La manera en que uno vote aquí puede afectar de manera decisiva a su carrera.
Puede que Ted Cruz se haya, como decía Richard Nixon «quebrado el pico» en el caucus republicano. Pero, con respecto al Obamacare, su análisis es correcto, sus instintos son correctos, su disposición a pelear es correcta.
Esos son asuntos más importantes que las noticias de que ya no participa en el concurso por el premio de Mr. Simpatía en la Colina del Capitolio.
Si se le conceden los fondos al Obamacare, los subsidios que empiezan en enero serán un goteo de morfina del cual no se va a recuperar el sistema de salud de los Estados Unidos. Si no se le detiene ahora, el Obamacare será para siempre.
Los republicanos del Senado deberían preguntarse por qué Cruz y Rand Paul, dos recién llegados al Senado, que tienen dos temperamentos definitivamente opuestos, son considerados como candidatos probables para las primarias presidenciales de 2016.
La respuesta: Ambos están claros en sus convicciones, no piden perdón por ellas y están dispuestos a quebrar algunas lanzas para lograrlas. Y esa parte de los Estados Unidos de la cual más depende el Partido Republicano está cada vez más frustrada e irritada con los que manejan el Partido a nivel nacional.
Los estadounidenses no quieren una rendición honorable ante el Obamacare. Quieren que alguien le meta una estaca al Obamacare.
Y la pregunta que va a ser respondida en las semanas próximas es: ¿Está dispuesto el partido republicano a apostar todo su capital sobre la mesa para enfrentarse al Obamacare? ¿O el Partido en la Cámara al final va a depositar su voto para hacer permanente al Obamacare?
Porque, como dice el columnista Terry Jeffrey: «No se equivoquen. Si el Obamacare recibe los fondos y es implementado, es porque los miembros republicanos del Congreso, deciden hacerlo».
Como señala Terry, el Congreso tiene poder absoluto sobre el bolsillo público. El Artículo I de la Constitución dice: «Ningunos fondos serán retirados del Tesoro, excepto como consecuencia de las apropiaciones establecidas por la ley».
La ley que autoriza al presidente Obama a gastar más dinero para el Obamacare expira el 30 de septiembre. Si la Cámara rehúsa votar por ninguna proyecto de ley que contenga más fondos para el Obamacare, el mismo está muerto. Así que la Cámara republicana controla el destino del Obamacare.
Pero si no asignamos fondos al Obamacare -dice el lamento republicano- Harry Reid va a dejar que el Gobierno cierre. El pueblo estadounidense nos echará la culpa y todos nuestros eruditos dicen que no podemos ganar esta pelea.
Seguro que uno no puede ganar si no pelea.
Pero si un Senado Demócrata se niega a aprobar una resolución de la Cámara que continúa proveyendo fondos para el Gobierno, ¿quién lo estará cerrando?
Si Obama veta cualquier resolución con fondos para el Gobierno que no contenga el Obamacare ¿quién estará cerrando entonces al Gobierno?
¿Quién está arriesgando la economía de los EE.UU. para proteger un programa que el pueblo estadounidense no desea, y que el Congreso nunca aprobaría si votaran por él hoy?
Lo que les ha faltado a los republicanos de la Cámara no ha sido coraje, sino una estrategia política y de comunicación.
Después de aprobar una resolución permanente que dé fondos para el Gobierno, excepto para el Obamacare, la Cámara deberá a continuación comenzar a aprobar resoluciones permanentes –una para cada departamento. Una resolución permanente para dar fondos a la defensa y los asuntos de los veteranos. Una resolución permanente para los fondos del Dpto. de Estado, la CIA y la Seguridad Interna. Otra para Justicia, Transporte, Energía, etc. Una cada día.
¿Se negará Harry Reid a aprobar fondos para el Ejército de los Estados Unidos y la Marina de Guerra a menos que la Cámara bajo John Boehner introduzca el Obamacare en el presupuesto de Defensa?
¿Realmente los republicanos se sienten incapaces de ganar esta pelea?
¿Están los republicanos tan amarrados de la lengua que no pueden convencer a los Estados Unidos de la verdad: Ellos ya han votado para financiar el gobierno.
Si los republicanos se rinden y pierden esta batalla, y este desorden no deseado pasa a ser ley, hay algo profundamente mal con el partido.
Hace dos semanas, un Congreso valiente, escuchando a los Estados Unidos, se levantó en contra de y le dijo a Obama: Tus líneas rojas sean maldecidas; no votaremos a favor de la guerra contra Siria.
Ahora los republicanos de la Cámara tienen que decirle al país: Vamos contra viento y marea, no votaremos para financiar el Obamacare. Pasaremos una resolución para todo lo demás en el presupuesto, pero el Obamacare no sale de esta Cámara con vida.